LIA PARTE 5

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La Diabla estaba llena de deseo por ella, era la primera vez que se sentía así, la suavidad de sus labios la poseía.
Ambas se encontraban perdidas la una en la otra hasta que una voz a lo lejos las interrumpió

-¡¡¡ Ryujin!!! ¡¿Dónde estás?! - se escuchó.

Inmediatamente la joven lo reconoció y se separó abruptamente de Lia - Es mi padre... - dijo casi sin aliento.
No pudo disimular el impacto en su rostro, lentamente se puso de pie, Lia intentó detenerla pero ella sólo se limitó a hacerle un gesto de silencio y se hizo visible ante aquel hombre para evitar que viese la joven Diabla

- Aquí estoy padre...

- ¡Ryujin! ¡¿Qué rayos haces aquí?! ¿Perdiste la cabeza? ¿Por qué te expones a ti misma de esta forma? ¿No has pensado que si un comerciante de esclavos te ve podría llevarte a si sin más? - la reprendió.

- Lo siento padre... sólo vine a limpiarme la sangre...

- ¿Terminaste? Entonces vamos a casa, debes ser más precavida, dentro de unos días tu esposo vendrá por ti. Se obediente, no te metas en problemas, no ensucies el nombre del Clan.

- Sí... lo lamento...

- Vamos - terminó aquel hombre y empezó a caminar esperando que ella lo siguiese por detrás.

Lia no hacía más que apretar los dientes, tragarse su rabia, estuvo tan cerca de convencerla. Moría de ganas de atacarlo y llevarse a la joven con ella, pero se contuvo al observar que Ryujin volteó a verla como pidiéndole que no hiciese nada, marchándose así con un gesto de resignación en su rostro, nuevamente sus ojos se apagaron.

La Diabla estaba entre la espada y la pared, temía que si actuaba en contra de aquel miserable hombre Ryujin la odiase por eso, ya que aún estaba anulada por su padre, podía soportar cualquier cosa menos que ella la rechazase.

Rápidamente un pensamiento atravesó su cabeza, ahora que la había descubierto lo más seguro es que su padre se aseguraría de que no pudiese escapar nunca más hasta que su futuro esposo se la llevase con él. Necesitaba saber a dónde es que vivía para poder volver a verla, así que escondido en las sombras los siguió.
Lia se sorprendió al ver a la distancia que aquella aldea se encontraba de ese lugar, Ryujin caminaba mucho para llegar hasta el lago.
La aldea de ese Clan era humilde pero sobria, se podía sentir un aire de mandato incuestionable en la misma, un lugar con autoridad.

Y así la vio una vez más regresar a aquel mundo cruel del que era prisionera.
La Diabla ya no sabía cómo actuar, temía caer presa de sus emociones y accionar de manera desmedida, necesitaba un consejo y La única que sintió que podría entenderla era su hermana Lisa.
Así que pasadas unas horas fue a visitarlo de mañana a su casa en el mundo humano

- ¡Lia! Que sorpresa verte por aquí - La recibió Lisa.

- Hola Lisa... ¿Te encuentras sola?

- Sí, Jennie salió con los niños.

- ¿Tienes un momento?... necesito hablar contigo.

- Claro, ven - le dijo y ambas tomaron asiento en el jardín - ¿Y bien? ¿Qué sucede? -

- Necesito pedirte un consejo...

- ¿Tú? ¿Un consejo a mí? Entonces debe ser algo serio.

- Se trata de una mujer...

- ¿Una mujer? No me digas que...

- Sí, me interesé en una mujer. Estoy enamorada de una humana...

- Una humana... vaya, eso sí que no me lo esperaba, sin ofender.

- No te preocupes, no me ofende... a mí también me sorprendió, pero así fue... lo reflexioné mucho, incluso comparé las sensaciones...

El Demonio Que Se Enamoro Del Angel  | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora