SEULGI PARTE 14

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La princesa estaba devastada -, no podía terminar de asimilar la noticia.

- ¿Dónde... está el cuerpo?... - preguntó.

- No hay cuerpo...- respondió Jimin.

- ¡¿Qué quieres decir con que no hay cuerpo?!

- Joven princesa ha pasado más de un mes, los cuerpos de los demonios desaparecen al poco tiempo para que las almas sigan su curso.... usted lo sabe.

- Wendy... - dijo la joven en señal de pregunta a la sirviente.

- Joven Princesa-

- ¡Sólo creeré lo que Wendy diga!, Wendy, dímelo...

- Es verdad... no hay cuerpo señorita... - respondió ella.

- Lo único que podemos darle como recuerdo en su memoria es su anillo de compromiso Joven Princesa... - dijo Jimin y se acercó a ella para entregarle el anillo en la mano.

Al tenerlo Seulgi sintió que le oprimían el corazón y cerró su puño con tanta fuerza que empezó a sangrar.

- ¡Señorita contrólese!

- Déjenme sola...

- Pero-

- ¡Váyanse todos, déjenme sola! - gritó llena de dolor.

Todos abandonaron la habitación y ya lejos de ella Jimin comentó

- Es una fortuna que la joven Princesa tenga los poderes de Minotauro sellados, de lo contrario podría haber destruido todo.

- Si la Señorita no hubiese tenido sus poderes sellados desde un principio nada de esto habría pasado... - comentó Wendy y se alejó.

Jimin quedó molesto con su actitud y le ordenó a un asistente personal

- No confió en Wendy, no le saques la vista de encima, mantenlo disimuladamente alejada de la Princesa.

- Entendido Señor Jimin - respondió este.

Mientras tanto Seulgi permanecía sola en su habitación, abrir aquel armario con los vestidos de Irene la destruía y lo que más le dolía es que ni siquiera había podido verla una última vez aquella noche.

La Diabla cayó en depresión, nadie que la conociese habría imaginado que podría verse así, no quería que ninguno se le acercase, apenas probaba bocado, los sirvientes la observaban recorrer el Palacio con la mirada perdida, había hecho un collar donde llevaba colgado el anillo de compromiso, y en algunas ocasiones la encontraban con una manzana en su mano, las hacía buscando recordar el aroma de Irene en ellas.

Así pasaron varios días, Wendy ya no podía soportar verla en ese estado, pero entre que Seulgi no quería ver a nadie y el asistente de Jimin acechándola se le hacía casi imposible acercársele, hasta que un día decidió forzar las cosas para hablar con ella.
Con la complicidad de los demás sirvientes fieles a Seulgi, distrajo la atención del asistente y entró sin permiso a la habitación de la Diabla a riesgo de que este terminará desatando su furia con ella.

- ¡¿Wendy que haces aquí?! ¡Pedí expresamente que me dejarán sola, vete!

- Lo siento Señorita, pero no lo haré, tiene que escucharme, por empezar, quítese esa basura del cuello - dijo y le arrancó el collar.

- ¡¿Qué rayos crees que estás haciendo?! Devuélvemelo si no quieres que te mate.

- Reaccione señorita, este anillo no le pertenece a la Señora Irene.

El Demonio Que Se Enamoro Del Angel  | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora