11. VOY POR TI MI JENNIE

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- ¿Y qué harás conmigo ahora?, ¿Acaso me tendrás aquí encerrada por siempre? –

- No, tengo mejores planes para ti... te convertiré en un demonio –

- ¿Qué...?

- Lo que oíste preciosa, con mi sangre Minho hará una poción y te volverás un demonio, así ya no tendré que preocuparme de que los ángeles vengan por ti. Serás mía para siempre -

- Estás loco...-

- Ja ja ja!, Claro que estoy loco!, hace años que estoy loco por ti... ¿imaginas lo que sentí cuando volví a buscarte y sólo encontré una lápida?..- le dijo mientras se acercaba más a ella mirándola con sus ojos brillantes.

Jennie intentó evadirlo pero él con un sólo movimiento de su mano la obligó a recostarse en aquella jaula.

Kai se abalanzó a medias sobre ella y le susurró - ¿Sabes cuál fue tú único pecado?, robar el corazón de un Diablo... cuando amamos somos esclavos de nuestros sentimientos, al punto tal que haremos cualquier cosa por tener lo que queremos, incluso perseguirlas en cien vidas -Sin poder moverse, estaba limitada solo a escucharlo en silencio. En un momento Kai tomó su rostro con ambas manos y la besó intensamente, ella quedó impactada por tal acción.

- No sabes cómo extrañaba la sensación de tus labios dulces...- le dijo apenas separados por unos centímetros, luego bajó lentamente por su cuello - y tu piel tan suave, es como la recordaba... despierta viejos y salvajes deseos en mi... pero aún no, ya tendremos tiempo para eso preciosa - sonrió.

Jennie respiró aliviada - Déjame ir, estás en un error... no soy ella - El Diablo se puso de pie - Ja ja no estoy equivocado, soy consciente de lo que digo y hago... No quisiera tener que dejarte encerrada, pero como aún te resistes, no quiero que cometas una locura en mi ausencia - le dijo y cerró la jaula - Ya te perdí una vez, no dejaré que pase de nuevo...- terminó y se retiró de la habitación cerrando una enorme puerta atrás de él.

La joven ángel seguía asustada, pero se decía a si misma que no tenía tiempo para llorar, necesitaba encontrar la manera de salir de allí. A los minutos que Kai se fue, ella recuperó nuevamente el control sobre su cuerpo. Intentó todo lo que estaba a su alcance, pero aquella jaula era un cubo perfecto de cristal que no podía romper.

El tiempo siguió corriendo y Jennie pasó de la determinación por escapar a la aceptación con tristeza de su destino, ya que no veía forma de salir, poco a poco iba perdiendo la fe. Hasta que en un momento comenzó a oír fuertes ruidos que venían de afuera, no podía distinguir que era, pero parecían ser gruñidos y pisadas que cada vez se sentían más y más cerca. En un momento la puerta se abrió con violencia y entraron dos enormes perros del infierno que asustaron terriblemente a Jennie, nunca antes había visto criaturas así de feroces. Lentamente se fueron acercando a la jaula, ella no podía dejar de mirarlos con lágrimas en sus ojos por el miedo, hasta que en un momento distinguió la figura de una mujer que se acercaba deprisa. Parecía gritar su nombre, pero no podía escucharla bien, y al verla en detenimiento pudo notar que, al igual que Kai, tenía cuernos en su cabeza, se trataba de Lisa.

Para ella era una completa desconocida, su única certeza es que era una Diabla y por alguna razón se lo veía desesperado. Con la empuñadura de su espada, Lisa golpeó repetidas veces el cristal hasta que logró romperlo

- Jennie, vamos! - exclamó él.

- ¿Quién eres...? - preguntó ella desconfiada.

- Eso no importa ahora, he venido a sacarte de aquí. Ven conmigo por favor - insistió.

El ángel, sin más opción, decidió tomar su mano y juntos salieron corriendo por los pasillos del lugar escoltados por aquellos feroces perros.

En su camino se interponían los demonios sirvientes de Kai

- ¡Belzet al frente!, ¡Zero detrás de nosotros! - ordenó la Diabla.

Lisa controlaba a los perros como si fuesen soldados de ataque y así abrirse paso hacia la salida. En un momento fueron rodeados por un grupo de temibles demonios que buscaban hacerse nuevamente con Jennie

- Señorita Lisa devuelva el ángel, le pertenece al Señor Kai - dijo un sirviente principal.

- Nunca, ella vendrá conmigo - respondió lleno de determinación.

- Lo siento, pero no podemos dejar que se la lleve –

- Entonces enfréntenme, si se atreven - Las criaturas avanzaban hacia él

- Belzet, Zero, protejan a Jennie! - terminó por decir la Diabla y se enfrentó a los demonios con su espada en la mano derecha y la otra totalmente desarmada.

La fuerza y destreza que desplegaba eran impactantes, Lisa era una guerrera formidable, al igual que sus hermanos, un soldado del infierno. En medio de la adrenalina un pensamiento atravesó su cabeza, Jennie no conocía ese lado salvaje y violento de ella, temió que al presenciar eso ella le tuviese miedo. Pero rápidamente se dijo a si misma que ya no era importante si le temía, mientras pudiese sacarla sana y salva de allí.

El enfrentamiento duró apenas unos minutos, Lisa había resultado victoriosa y rápidamente escapó del palacio de Kai. Al salir del mismo se dirigió a las enormes puertas que estaban por fuera del lugar, una llevaba al primer reino, el del orgullo, mientras que la otra al suyo, el infierno de la ira.

Su intención era ir hacia el reino del orgullo, pero aquella puerta estaba sellada con una poderosa magia. Así que sin más opción, y viendo que otros demonios venían por ellas, decidió volver a su reino ya en la compañía de Jennie.

Atravesaron la puerta y ella velozmente la cerró con su magia para que más nadie pudiese cruzar. Podía escucharse como las criaturas intentaban atravesar sin éxito, agitada, Lisa resoplaba de alivio ante la mirada de una Jennie aún confundida por la situación.

Con todo lo sucedido ella ni siquiera había tenido la oportunidad de hablarle de manera apropiada, se acercó a ella con esa intención, pero al verla se dejó llevar por la emoción y la abrazó con todas sus fuerzas - No sabes cuánto deseaba volver a abrazarte... moría por tocarte una vez más... mi ángel...- dijo con ternura.

Jennie se sonrojó, y en un susurro preguntó - Quién...eres?...-.


Mientras tanto en algún lugar del quinto infierno, Kai se encontraba en el templo del Espectro, entregando su sangre para conjurar la poción - ¿Con esto será suficiente? - preguntó el Diablo, dejando caer la sangre que brotaba de la palma de su mano.

- Sí señor, se lo aseguro - respondió Minho. En ese momento se hizo presente el quinto príncipe y guardián de la Codicia, Jackson

- Así que aquí estabas - dijo mientras veía a Kai cerrar su herida.

- Que sorpresa Jackson, ¿qué te trae por estos rincones? –

- Este es mi territorio, es normal que me interese si veo movimientos extraños, y más si se trata de ti Kai...-

- Sí!, ¿y ahora que tramas Kai? Je je - Rio una voz desde la oscuridad, era Mark, sexto príncipe y portador de la Gula...

MARATON 2/3

El Demonio Que Se Enamoro Del Angel  | JenLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora