Epílogo

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Domingo 20 de abril.

No habían pasado ni veinticuatro horas y todos los conocidos –o la mayoría– de Louis estaban en la funeraria de Doncaster.

Todo había pasado muy rápido.

Las gemelas llegaron cargando a los más pequeños, y Charlotte parecía petrificada. No quería ser la mayor de sus hermanos, le daba pánico.

Y le daba más pánico pensar que nunca podría sustituir a Louis. Había un número considerable de personas. Incluso había algunos alumnos y la directora.

Susana estaba destrozada, y ni hablar de Zayn. Nick no entendía aún lo que estaba ocurriendo.

Samantha sostuvo la mano de Harry en todo momento, no como un esposo, sino como un amigo.

Harry no había dormido nada, y había llorado toda la noche. Había preparado un discurso que terminó por tirar a la basura. Sabía que él tendría que hablar, y que esa era la única forma de soltarlo.

Pero Harry no sabía si quería soltarlo.

Pero cuando llegó el momento de hablar frente a todos, deseo fuertemente que su corazón también se detuviera.

Se paró frente a todos, con miedo, y comenzó a hablar.

— Me gustaría iniciar con un agradecimiento. No solamente por venir, sino por formar párate de la vida de Louis. —Todos estaban atentos a sus palabras. —Y me recordarles quién era él. Así que, por favor, sean respetuosos, les diré quién fue Louis Tomlinson. Louis Tomlinson fue un gran amigo, y una gran cantante y un excelente escritor. —Hablaba mirando a sus amigos más cercanos y a la directora. —Fue un hombre con un gran sentido del humor y con un corazón enorme. Fue un gran maestro, y un excelente estudiante. —Veía está vez a sus alumnos, así como a su familia y la pequeña mujer de la que desconocía el nombre. —Y fue también una excelente alma gemela.

El llanto surcó su rostro en una expresión dolorosa.

»La realidad es que me gustaría que esto hubiera sido diferente. Que hubiera alguien a quién culpar. —Las palabras de Harry tenían un especial impacto en Charlotte, y Zayn sólo lloraba más al leer sus labios. —Pero a veces las cosas ocurren porque así tenía que ser. Y no dejará sin sueño tantas noches, hasta que entendamos que debía pasar. Louis Tomlinson fue un buen hombre, un buen amigo, un buen maestro, un buen estudiante y un perfecto amante. Y por eso es por lo que debemos recordarlo.

Entonces todos estaban llorando.

Finalizada la ceremonia, y ya afuera del cementerio, aquella mujer de acercó a Harry.

Él no había averiguado quién era, ni qué conocía de Louis.

Pero ella sabía perfectamente quién era él.

Por eso fue repentino cuando él la sintió posar su áspera mano en su mejilla. Sus ojos se cristalizaron de una forma trágica, y Harry pudo ver al dolor hecho carne.

—Louis Tomlinson fue también un excelente hijo, olvidaste mencionarlo. —Harry aún intentaba entender quién era, pero comenzaba a darse una idea. — Mi nombre en Maggie, y soy la mujer que cuidó de Louis cuando no tenía un hogar.

Y entonces Harry rompió en llanto nuevamente, abrazando a la mujer que sentía haber perdido a un hijo.

- two years later -

Harry alguna vez escuchó, por parte de su esposa, que el amor era un jardín de rosas.

Y, efectivamente. El amor es un jardín de rosas.

Y el precioso chico de ojos azules es quien lo cultivó.

Harry era una rosa marchita, y lloró tanto, que volvió a tener sus brillo. Un poco más opaco, claro está, pero parecía que llevaba a Louis en él.

Había comenzado a pintar levemente sus uñas, recordando momentos cuando Louis lo hacía. Y miraba sus tatuajes a diario, sabiendo lo que significaban para él.

Había dejado atrás todo el rollo empresarial, poniéndolo en manos de su esposa y mejor amiga.

Había decidido no divorciarse de ella, pero nunca pudo amarla de la misma manera.

Había comenzado a cantar y a escribir canciones, también tomaba algunas de aquellas que Louis alguna vez le cantó.

Había hecho tantas cosas en nombre de Louis, que se olvidó de qué era una vida sin él.

Tuvo después dos hijos, unos gemelos, para variar. Uno llevaba de nombre William y el otro Louis. La madrina de William era Gemma, aquella tía que se encargaría de emborracharlo cuando estuviese grande. La madrina de Louis era Lottie, y podía jurar que cuando no los veía, ella le enseñaba a levantar el dedo.

Samantha había aprendido a vivir un vida al extremo, siempre junto al hombre que consideraba su mejor amigo.

Todo parecía ir bien, y Harry sabía eso.

Fue una noche estrellada, que decidió salir a cantar al claro escondido que Zayn, el amigo de Louis, le había mostrado.

Fueron varias personas las que siguieron su voz, y fueron todas las que llegaron quienes lo vieron llorar y dedicarle cada letra a Louis.

—Estás en cada estrella que surca el cielo.

Fue su última oración antes de comenzar a convivir con todos.

Y era real. Todo era tan real.

Incluso Harry, que en cierto punto, al ver la pequeña foto de Louis que siempre llevaba consigo, se sintió completo.

Ahora sí, fin.



Ayyyyy, sí me gustó jajaja, espero que a quien lo leo le guste, o sienta algo al respecto. ¿Quién fue su personaje favorito?

Los amo, profunda y sinceramente, ds.

Océanos [l.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora