Samanta había insistido en que la boda fuera pequeña, cosa que Harry ignoró, tal vez, si hacían el suficiente escándalo, Louis llegaría a impedir la boda.
Guardaría esa esperanza para siempre.
Llevaba dos horas viendo a lo lejos la calle empapada de lágrimas del cielo.
Y es esas dos horas sólo pensó en Louis.
Las personas pasaban apresuradas con sus paraguas, algunas se detenían un segundo a ver el reloj en sus muñecas o simplemente a admirar la lluvia.
Louis amaba la lluvia.
Desde la casa de su amiga podía ver perfectamente la lluvia, y el negocio que había enfrente lucía hermoso.
En él vendían guitarras, muchas y muy hermosas guitarras.
Louis no quería aceptarlo, pero la única persona que podía tocar la guitarra perfectamente, era Harry Styles.
Susana podía jurar que el brillo en los ojos de su ex novio era diferente viendo la lluvia.
— ¿Me quieres decir qué ocurre?— Preguntó ella, pero Louis quería contestar esa pregunta para él mismo antes que para cualquier otra persona.
Louis abrió y cerró la boca varias veces, intentando encontrar el valor de hablar.
Pero Susana ya lo sabía.
—Quieres volver a verlo— Asumió, captando la atención de Louis, que iba a negar eso, pero no encontró la fuerza para mentir, no a ella—, bien, escúchame Louis, —Comenzó hablando Susana, lista para llorar, reír y hasta gritar si era necesario— no puedes detener lo que sientes, nadie puede, porque entregar el corazón a un depredador, aun sabiendo lo que es, requiere valentía, y tú eres valiente, eres tan valiente, que no has salido corriendo. — Los ojos de Louis se aguaron, él sí quería llorar. Y es que de sólo pensar que la persona que él estaba seguro de amar estaría caminando en un tiempo junto a la persona a la que le juraría frente a la ley y frente a un Dios en el que Louis aún no confiaba plenamente, lograba romperle el pecho para que toda una manada de lobos mascaran su corazón. — Louis, eres tan valiente que te enamoraste y aun así apagaste el fuego para no quemarte, incluso sabiendo que podías morir congelado.
Louis mordía su labio inferior por dentro, para que nadie pudiera ver que lo hacía para no llorar.
—Yo sólo... sólo necesito dormir, voy a estar bien— Concluyó Louis, sus ojos escociendo por aguantar el llanto.
Pero siempre era Susana quien tenía la ultima palabra.
—El amor no se cura durmiendo una siesta, Lou.
Louis quería salir corriendo, pero no lo hacía, estaba demasiado cansado como para hacer eso.
Cerró los ojos y un par de lagrimas cayeron, pero se dignó a dormir un poco sobre el cómodo sillón de esa casa.
Y tal vez fue el miedo o algo más fuerte que él no quería explicarse, pero decidió ignorar el hecho de que huyó de el último lugar en el que estuvo con la esperanza de llegar directamente a los brazos de Harry.
Y la decepción que sintió hacia sí mismo al darse cuenta de que no sería así, lo marchitó.
Y en el momento en el que se dio cuenta de que no todo sería tan fácil como él deseaba, comenzó a sollozar.
Y cuando también llegó a su mente la rosa que le había dado y las estrellas que le había prometido, comenzó a llorar.
Y un último recuerdo lo invadió: el momento exacto en el que su despedida no se pudo seguir aplazando, el momento de lo inevitable, el momento en el que ambos huían, y entonces terminó de romperse.
Louis durmió esa noche con el corazón roto, igual que los últimos tres años, pero esta vez era diferente, y era por el simple hecho de que ya lo había aceptado.
Y maldita sea, dolía como el infierno.
Pero todo estaba bien, todo estaba jodidamente bien.
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Doña referencias jaskaJaskajayahaska.
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Océanos [l.s.]
FanficLouis ha huido de Londres desde que rompió su relación con Harry, en una forma bastante cobarde, cabe aclarar. Pero cuando amas algo con todas tus fuerzas, vuelves. Aún si sabes que te hará daño. Una gran sorpresa lo recibe cuando baja del avión de...