Capítulo 14. Mañana viernes

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- ¡Mañana viernes! -dije mientras dejaba mi plato de sopa encima de la barra de la cocina y me sentaba dispuesta a saborearlo.

- ¡Por fin! ¿Cómo fue la mañana? -me preguntó Mimi.

- Bueno, algo ajetreada -respondí- pero ni tan mal -añadí. Me puse una cucharada de sopa en la boca y la saboreé- Mmmmm

- ¿Está rico? -me contestó Mimi que aún no había empezado con el almuerzo.

- Mucho -asentí con la cabeza- ¿Tienes algún plan para este finde? -pregunté para charlar de algún tema.

- Pues ni idea, ¿Todavía podemos aguantar sin ir al super no? -me preguntó.

- Mmmm -pensé- yo creo que hasta el lunes o el martes aguantamos.

- Mejor... -respondió Mimi aliviada- Pues había pensado en proponer algún plan a Ricky y estos, ya que tú me abandonas por tus amigas -dijo en broma.

- ¡Oye! Que tú también estás invitada, ¡faltaría más!

- Ya pero no sé, como que no pega, son tus amigas... -respondió algo cabizbaja.

- ¡Anda Mimi! No digas esto, si las conoces de sobras!

- Bueno, solo nos hemos visto una vez Ana -rió

- Pero tú le caes bien a todo el mundo Mimi -repliqué, porque sí, Mimi tenía esa personalidad y esa vitalidad que enganchaba a cualquiera y todo el mundo que la conocía la quería des del primer momento.

- ¿Tú no? -me preguntó.

- No tanto como tú -respondí. Nunca me consideré una persona difícil de esas que suelen caer mal a mucha gente, de hecho, todo lo contrario, al igual que Mimi, yo también solía caer bien a la gente, salvando excepciones. Pero entre nosotras dos había una pequeña diferencia. A Mimi le caía bien todo el mundo, en general, a mí, en cambio, me caía bien poca gente y detestaba a muchos tipos de personas y lo peor es que no lo ocultaba para nada. Lo cierto es, que me había cruzado con mucha gente con malas intenciones, supongo que simplemente había tenido mala suerte, y basándome en mi experiencia, ahora podía anticipar quién venía con sospechosas intenciones y evitar un mal mayor, lo cuál, al fin y al cabo lo veía como algo positivo. Tenía suficiente con mis amigos y no necesitaba agradar a nadie más.

- Es que eres un poco borde -bromeó Mimi, rodé los ojos molesta por que Mimi sacara el tema otra vez y le respondí.

- No empecemos... -la verdad, que si una cosa me molestaba de ella era su empeño por caer bien a todo el mundo, todo lo contrario a mi. Lo cierto es, que no necesitaba de mucho esfuerzo porque caía bien por naturaleza, pero Mimi no sabía decir no o dejar las cosas claras a alguien cuando se pasaba de la ralla. Esto, fue algo que descubrí con el tiempo, y la verdad, que me sorprendió, Mimi se las pasaba todas a todo el mundo y sinceramente, era algo que casaba cero en su fuerte personalidad. Tenía la teoría de que como nunca le había caído mal a nadie, temía el día que llegase esa persona y por eso estaba tan empeñada en quedar bien con absolutamente todo el mundo. Y a pesar de que eso fuese algo que me molestase, en varias ocasiones he pensado que de no ser así capaz el día que nos conocimos no hubiesemos ido a por un café y nos hubiesemos hecho amigas, porqué es más que obvio que los primeros minutos de conocer a Mimi me cayó como el culo y no podía parar de pensar que era imbécil, y quizás si no hubiese sido por su empeño de que yo no me fuese pensando esa de ella, hoy, yo no estaría aquí. 

- Vale, pues dime, ¿que me vas a hacer para cenar esta noche?

- ¡Burritos! -dije decidida.

- Mmmm los quiero con queso y guacamole

- Por supuesto -respondí.

- Que sería de nosotras sin aguacate -dijo Mimi riendo.

- Quién sabe -respondí- quizás seríamos millonarias -dije en broma.

- Pues últimamente estoy comiendo menos

- Claro, algo positivio tendría que tener la cuarentena -lo cierto es que, los aguacates se pasaban en pocos días y al salir tan poco de casa y como Mimi tampoco encontró muchos, nos los acabamos en tes días, por suerte, teníamos un bote de guacamole, del cuál solo quedaba la mitad, y con eso podríamos saciar nuestras ganas de aguacate unos días más.


🖤🖤🖤


- Cuidado que quema -dije dejando apresuradamente los platos encima de la barra para que mis manos dejaran de quemarse.

- Mmmmm Menuda pintaza! -dijo Mimi al ver los platos- Si al final sabrás cocinar y todo!

- La verdad que siempre me dio mucha pereza -dije mientras me sentaba para empezar a cenar- pero la verdad es que estoy bastante motivada, y a pesar del desastre del otro día, me van saliendo las cosas.

- Claro, si es que esto es solo cuestión de práctica -dijo Mimi con la boca llena- Además, lo del bizcocho fue mi culpa, por confiarme en que sin levadura servía igual, tu estabas en lo correcto -añadió.

- Bueno, voy a probar esto que me muero de hambre -le metí un buen mordisco al burrito para alcanzar todos los ingredientes- Mmmm

- Buenísimo -respondió Mimi- Solo me queda uno -añadió mientras me señalaba su plato.

- Oye! Una cosa te voy a decir, si yo cocino, los platos los lavas tu.

- Creo que estoy dispuesta a pagar el precio -aceptó Mimi. Y es que si había algo que detestaba era fregar los platos, hacía un mes se le había roto el lavavajillas, y se iba a comprar otro, pero por culpa del confinamiento, ahora nos veíamos encerradas sin él y teniendo que lavar los platos de las dos a mano, por eso mismo nos sorteábamos quién cocinaba todos los días, y la otra tenía que lavar los platos a cambio. Era un buen trato, al menos para mí, pero a Mimi se le hacía bola hacerse cargo de la tarea.


Jueves 26 de marzo - Día 13 de confinamiento

Atrapadas en Madrid | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora