Capítulo 20. Felicidades Mimi!

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Me desperté temprano para prepararle el desayuno a Mimi, esa era mi primera sorpresa de cumpleaños. A Mimi, al igual que a mi, le apasionaba comer, y sobretodo le encantaba el dulce, algo que yo aún no había podido comprender, ya que era, de lejos, mucho más de salado. Esta vez, me decidí por preparar algo sencillo, primero porque no sabía cuánto tiempo tendría hasta que se despertaste y segundo, y más importante, para asegurarme de que me salía bueno. Hice mis tortitas porque eran un clásico que nunca fallaban, y ese día, no iba a ser menos. Me apresuré a mezclar todos los ingredientes y cuándo tuve la masa calenté la sartén para hacerlas. Una vez los tuve escogí los toppings para acompañarlos, puse un poco de nata y virutas de chocolate, estaba segura de que acertaría. Por último, preparé un café para acompañar las tortitas. Cuando ya estaba todo listo, lo puse todo en una bandeja de madera que Mimi tenía por la cocina, mire el reloj que había en la pared, faltaban 10 minutos para las 9, así que cogí la bandeja y me dirigí con todo al cuarto. Abrí la puerta intentando hacer el mínimo ruido posible y dejé todo en la mesilla de noche. Me acerqué a Mimi y le susurré:

- Buenos días!

- Buenos días -murmuró Mimi aún con los ojos cerrados y recolocándose en la cama.

- Felicidades Mimi!

- Gracias! -dijo ya despierta y riñéndose de la situación- aún no supero lo de anoche -añadió.

- Pues mira -le dije señalando la bandeja que reposaba en su mesita de noche.

- ¡Noooo! ¡Me muero! ¿Lo has hecho tú? -preguntó sin esperar respuesta- ¿Es todo para mí?

- Sí -respondí.

- Sientate -me pidió mientras señalaba mi lado de la cama, y así lo hice. Ella cogió la bandeja y empezó a comer las tortitas- mmmm está buenísimo ¿Enserio no quieres?

- Ya he desayunado -respondí- y ya sabes que a mi el chocolate no me apasiona tanto como a tí, así que disfruta que es tu día -añadí.

- Jo Ana como te lo curras, solo son las 9 y ya has superado mi sorpresa por tu cumple.

- No digas tonterías -por mi cumpleaños, que había sido hacía un mes y pico, Mimi me preparó una sorpresa algo accidentada, y digo accidentada porque a la pobre le salió todo al revés, pero al fin y al cabo lo celebramos juntas y nos lo tomamos con humor, así que en definitiva fue un buen cumpleaños, aunque terminásemos cenando en el McDonald's y fuera un cumpleaños de todo menos glamuroso, es una de las mejores noches que recuerdo- esto es solo un desayuno hecho en casa y tu me llevaste a cenar fuera, ¿te imaginas poder ir a comer fuera? -bromé- Imposible superarlo -Mimi rió, y es que algo de razón llevaba, algo que nos hubiera parecido de lo más normal, incluso aburrido, hace unas semanas ahora sería uno de los planes más increíbles.

- Es el cumpleaños más raro de la historia -añadió Mimi- Suerte que estás conmigo, me llega a pillar sola y a saber que sería de mí -me dijo Mimi mientras apoyaba su cabeza en mi hombro.

- Lo mismo digo -le respondí acariciando su mejilla suavemente. Por un momento, pensé que estaba sobrepasando la barrera del contacto físico, pero al fin y al cabo, ya llevábamos casi 3 semanas encerradas, y los ánimos cada vez eran más flojos y estábamos más sensibles. Y eso era lo que me tenía más confundida ¿me estaba acercando a Mimi por pura desesperación y necesidad o realmente me estaba enamorando? ¿Y ella? ¿Por qué lo hacía?- Por cierto, tengo algo para ti -le dije a Mimi.

- ¿Enserio? ¿Qué es? -respondió ilusionada y levantando su cabeza rápidamente.

- No te hagas tantas ilusiones... -continué- Es solo un detalle, ya sabes que no he podido comprar nada -le expliqué.

- Va venga! Dámelo! -dijo impaciente.

- No te pienses que va a ser tan fácil -le respondí- ¡Tienes que encontrarlo tu! Aquí tienes la primera pista -le dije entregándole una hoja de papel doblada.

- Pero como eres tan cabrona -respondió en broma agarrando el trozo de papel y abriéndolo apresuradamente- ¿Dónde guardas tu comida favorita? -leyó en voz alta. Mimi saltó de un brinco de la cama y fue corriendo a la cocina, yo la seguí para ver cómo iba su búsqueda- Tiene que estar por aquí -dijo rebuscando entre los trastos de la encimera.

- Frío, frío -respondí desde una esquina de la cocina.

- Mi comida favorita -dijo mientras intentaba pensar en dónde podía estar aquello- Claro! -dijo mientras corría hacía la nevera para abrirla- Lo tengo! -dijo cogiendo la segunda pista- No puedo salir de casa sin ponerme mi... -leyó- Pintalabios! -Mimi arrancó hacía el baño y empezó a rebuscar por los cajones- Otra! Para ver mis series favoritas te tengo que encender. La tele! -sin pensárselo regresó a su sprint matutino y fue hasta el televisor dónde empezó a meter la mano por detrás para alcanzar el tercer papel- Enciendeme! -Mimi se extrañó con dicha indicación pero lejos de pararse a pensar de que se podía tratar alargó su brazo, cogió el mando y abrió la tele. En ese momento, yo, que observaba todo desde una distancia prudencial, recé para que no me la liara y todo funcionará. En la tele apareció la cuarta y última pista- Ya estás muy cerca de tu regalo, ve dónde guardas tu ropa y me encontrarás -Mimi corrió por última vez hasta la habitación y abrió su armario- ¿¡Qué!? -exclamó- ¡Esto es enorme!

- Venga, abrelo!

- ¿Pero de dónde has sacado esto? ¿Cuánto tiempo lleva aquí? -se preguntaba Mimi mientras arrancaba a pedazos el papel de regalo- Uau! -dijo al ver el regalo- ¡Esto es increíble! ¡Me encanta! -dijo ilusionada- pero... No entiendo nada, ¿de dónde lo has sacado?

- Tengo la manía de comprar las cosas cuando las veo, y las guardo hasta que hay una ocasión especial para regalarlo. Se me ocurrió hacer este cuadro con nuestras cosas un día, me pareció tan chulo que me pasé toda la noche escogiendo las fotos y haciendo el diseño, y al día siguiente lo mandé imprimir.

- ¿Pero que lo has hecho tu? Flipo enserio.

- Llevaba al fondo del armario desde el primer día, pero ni cuenta te diste -dije riendo- Y esto también -añadí mientras le acercaba su segundo regalo.

- ¿Otro? ¿Es enserio? 

- Venga! Abrelo! -le respondí apresurándola. Mimi abrió el paquete ágilmente y sin decir nada, al ver lo que contenía se paró en seco y quedó bocabierta, sin decir nada sacó el primero de los objetos, un antifaz peludito, y se lo puso a modo de diademada. Llegó el momento del segundo objeto y me puse algo nerviosa. La primera vez que lo vi me enamoré de él, mi empresa estaba haciendo una colaboración con la marca y fui a visitar una de sus tiendas para hacer unas fotos y hablar con la manager, muy amables me regalaron algunas prendas, pero yo seguía encaprichada con ese picardías, que desde el momento que lo vi supe que sería para Mimi, así que lo compré con mi propio dinero. Y aunque cuando lo compré para nada iba con segundas intenciones, tenía claro que en ese momento si se podría interpretar como tal, aún así decidí entregárselo, porque no la quería dejar sin sus dos únicos regalos, y porque sabía que le iba a gustar.

- Uau! -reaccionó Mimi después de ver de qué se trataba- No me esperaba esto! -me había dado cuenta que se había quedado sin palabras y estaba algo nerviosa, yo permanecía igual esperando a que dijera algo más- Muchas gracias! Enserio! No sé que decir, esto es increíble, no pensaba que me ibas a regalar nada y ahora tengo tres regalos. No sé como agradecerte todo esto...


Miércoles 1 de abril - Día 19 de confinamiento




Atrapadas en Madrid | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora