Capítulo 47. ¿Unas pizzas?

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Salimos juntas de la habitación, eran ya pasadas las 2 del mediodía, y cómo era domingo no nos importó lo más mínimo que se nos pegaran las sábanas mucho más de la cuenta.

- ¿A esta hora se desayuna o se almuerza? -dije bromeando.

- ¿Tienes hambre? -me preguntó Mimi, yo negué con la cabeza, la verdad que no tenía mucho apetito- Yo ya he desayunado -continuó Mimi riendo, solté una carcajada con su ocurrencia. Y ambas nos tumbamos en el sofá, con muchas ganas, como si no llevásemos horas y horas tumbadas en la cama- ¿Enciendo la tele? -preguntó Mimi con el mando en la mano.

- Dale -respondí, la verdad es que no me gustaba mucho ver la televisión pero tampoco me molestaba qué otros la vieran. Cogí mi móvil para ver si tenía algo pendiente, pero nada, o por lo menos nada relevante. Me fui para Instagram y empecé a ver las historias.

- ¿Has visto? La semana que viene vamos a poder salir a la calle -dijo Mimi que seguía con mucha atención las informaciones que daban en la tele.

- Lo dudo -dije algo escéptica- con la que se ha liado hoy con los niños... ¿Lo has visto? La gente está que echa humo... -le comenté.

- ¿Sí? ¿Tú crees? -preguntó Mimi- pero eso habrá sido un hecho puntual ¿no? -siguió- A ver, enséñame -Mimi se acercó para ver las imágenes que estaba viendo en mi teléfono

- No sé Mimi, hay gente muy irresponsable -seguí mientras esta aún miraba las fotos en el móvil.

- También es verdad -respondió Mimi dándome la razón- pero si nosotras somos responsables... ¿No te gustaría salir?

- Bueno, allí dice que solo se podría salir a hacer deporte -dije señalando los carteles que aparecían en ese mismo instante en el televisor.

- Ana, ¿enserio tía? -dijo Mimi riendo- ¿Te puede más la pereza que las ganas de salir tras 45 días encerrada? -reí porque tenía la respuesta clara: sí.

- Bueno -contesté a Mimi- puedo andar rápido -añadí bromeando.

- Te seguiré el ritmo entonces -respondió Mimi en una risa. 

- Pero sí, tengo ganas de salir ya -dije respondiendo la pregunta que me había hecho anteriormente- a pasear -añadí.

- Nuestro primer paseo, por las calles de Madrid -dijo Mimi algo emocionada- Uy! -dijo Mimi que aún sostenía mi móvil al verse sorprendida por la llamada que acababa de entrar- Te llaman. Es... -dijo mirando el móvil- ¿Ricky? -asentí para que Mimi entendiese que podía descolgar, y eso hizo, deslizo para coger la llamada y puso el altavoz.

- Hola

- ¿Mimi?

- Sí, soy yo. Estás en altavoz, Ana te está escuchando.

- Joder tía, ¿donde tienes tu móvil? Te he llamado ochenta veces -Mimi empezó a mirar por todos lados buscando el móvil sin lograr encontrarlo.

- En la habitación, te quedaste sin batería ¿te acuerdas? -le dije a Mimi para refrescarle la memoria.

- Ah coño! -dijo Mimi al recordarlo- Ricky, estoy sin batería

- Mimi que estás en altavoz, que lo estoy escuchando todo -dijo Ricky riendo- ¡Qué tía!

- Oye no os riáis de mí -dijo Mimi al percatarse que yo también me estaba descojonando con la situación- ¿Pasó algo Ricky?

- No nada, pero llevaba des de ayer por la noche intentando contactar contigo y ya me estaba preocupando.

- Ah pues no, no te preocupes Ricky, estamos bien -respondió Mimi.

- Ya lo veo ya, hubo juerga anoche, ¿no? -dijo Ricky riendo.

- Teníamos algo pendiente -respondió Mimi.

- Bueno, pues ya que estamos ¿qué tal estáis?

- Aquí andamos -dije respondiendo a Ana- comentando las noticias de hoy, ¿lo has visto?

- Uy uy, quita quita, no quiero ni pensarlo -me contestó Ricky.

- Eso le decía yo ahora a Mimi, no creo que podamos salir a partir del sábado si esto sigue así...

- Pues yo pienso lo mismo, me sorprende que no haya salido nadie a dar un comunicado aún.

- Joder que positivos sois -comentó Mimi que escuchaba con atención la conversación.

- Por lo que veo Ana ya no está tan agobiada ¿no?

- Estoy bien, gracias -respondí escuetamente.

- Yo también eh -dijo Mimi bromeando.

- Bueno, entonces, ¿este viernes os hace una videollamada? -preguntó Ricky- Que la última vez nos dejasteis a medias ¿eh? -yo asentí para que Mimi le transmitiera mi respuesta a Ricky.

- Sí, vale -contestó Mimi.

- Pues nada niñas, os dejo, me voy a comer. Adiós!

- Chao!

- Adiós! -Mimi colgó el teléfono y alargó el brazo para devolvérmelo- ¿Has hablado con ella? -dijo justo cuando ambas agarrábamos el móvil. Le negué con la cabeza- Hazlo -me respondió- Por favor -añadió mirándome a los ojos.

- Habría que comer algo... -le dije a Mimi

- ¿Unas pizzas? -rodeé los ojos, pues llevábamos ya demasiados días comiendo mucha comida basura y no era que me apasionase demasiado.

- Es domingo -replicó Mimi para intentar convencerme.

- Bueno vale -cedí sin poner muchas trabas porque tampoco tenía muchas ganas de cocinar algo mucho mas elaborado. Nos levantamos del sofá y fuimos hasta la cocina, Mimi abrió la nevera.

- ¿Jamón o 4 quesos?

- Jamón -respondí sin pensarlo- ¿Podemos ponerle un poco de piña? -pregunté a Mimi aún sabiendo cuál iba a ser la respuesta.

- Claro -respondió Mimi- ¿Y atún? -preguntó Mimi. Esa era mi combinación perfecta que nadie entendía pero yo disfrutaba como si no hubiera un mañana. 

- Por favor -respondí a Mimi.

- Vale, pero con cuidado, que todo caiga en tu mitad ¿eh? -me advirtió Mimi.

Ese mediodía cualquiera Mimi me arrancó una enorme sonrisa, supongo que en eso consistía el amor, y la vida, en encontrar la felicidad en los pequeños detalles. En darse cuenta que alguien se había tomado el tiempo y la molestia en acordarse como era tu pizza favorita, cuál era tu helado preferido o cómo preferías la tortilla de patata, con o sin cebolla. 


Domingo 26 de abril - Día 45 de confinamiento

Atrapadas en Madrid | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora