Capítulo 45. ¿Podemos hablar?

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Me desperté por primera vez en la cama tras 4 días habiendo dormido en el sofá. Tras lo que me había dicho Mimi la noche anterior, no tenía para nada pensado volver a dormir en la habitación, pues me lo había dicho de muy mala gana y parecía que solo buscaba bronca, pero pasadas las 3 de la noche, sin conseguir pegar ojo y con un dolor terrible de espalda, decidí tragarme el poco orgullo que me quedaba y regresar de una vez por todas a la maldita cama. Entré a la habitación haciendo el mínimo ruido posible y deseando que Mimi ya estuviese durmiendo, pero cuando entré en la habitación la luz abierta del cuarto impactó de lleno en mis ojos. Mimi levantó la cabeza, me miró con indiferencia y volvió a bajar la mirada para mirar su móvil. Por lo menos no me ha echado, pensé. Sin mediar palabra fui hasta mi lado de mi cama y me metí dentro, fue en aquel momento cuando Mimi estiró el brazo y apagó la luz quedando la habitación iluminada unicamente por el poco brillo que resplandecía su teléfono. Me acomodé en la cama intentando no molestar a Mimi y me quedé en el extremo de la cama dejando un generoso espacio entre las dos.

- Sabía que vendrías -susurró Mimi.

Cuando me levanté, Mimi seguía durmiendo, y yo no me demoré mucho en irme de la habitación. Me pegué una buena ducha y fui directa a desayunar. Mientras comía mis tostadas, cogí el móvil y revisé los mensajes.


Ago 🥰

Mi niña ¿que tal?

Hace días que no hablamos

¿Todo bien?

Ana Guerra

Todo bien 😊

Ago 🥰

¿Distraída? jajaj

Ana Guerra

Eso es 😉


No quería preocupar a mi amigo y menos cuando estaba tan lejos y no podría hacer nada por mi, conocía esa sensación y sabía lo mal que se podía llegar a pasar y no quería que Agoney lo pasara mal también. Seguí deslizando entre los chats y me encontré algo que ya me esperaba.


Lola Índigo

Te echo de menos 💔

Espero que estes bien

¿Hablamos mañana?

¡Buenos días!

Ana Guerra

Hola!

¿Puedes hablar?

Lola Índigo

Claro

¿Te llamo?

Ana Guerra

Por aquí mejor 😊

Lola Índigo

Ok

Ana Guerra

Quería pedirte algo

Lola Índigo

Dime

Ana Guerra

Me gustaría que me dejases de atosigar a todas horas y hacerme esos comentarios que tú sabes. Te dejo claro ahora, y espero que sea por última vez, que tengo pareja, estoy con Mimi y entre nosotras dos no va a pasar absolutamente nada. Si te he dado a entender algo que no era me disculpo pero para nada era mi intención tener algo contigo. Y me da igual que tú me des el trabajo ahora, no todo se vale. Te agradezco el apoyo que me has dado estos días, pero en eso se queda, en una amistad, si es que tu quieres, si no me limitaré a una relación laboral sin ningún problema. Pero quiero que sepas que todo esto casi me cuesta mi relación con Mimi y no estoy dispuesta a pagar este precio. Ahora ni nunca.

Lola Índigo

Joder...

No era mi intención

Yo solo quería lo mejor para ti

Bueno, quiero

Y por supuesto que respeto y voy a respetar que tengas pareja

No quiero que tengas esa imagen de mi...

¿Habéis hecho las paces?

Ana Guerra


Aunque no hubiésemos hecho las paces aún confiaba en que pronto las haríamos, o por lo menos esa era mi intención, pero no quería darle ni un segundo más el placer a Lola. No quería que pensara que yo y Mimi estábamos mal y encima por su culpa, bueno, en realidad, por mi culpa. 


Lola Índigo

Me alegro entonces

Supongo que será mejor que no hablemos en unos días

Te enviaré el trabajo por correo


Dejé el móvil y regresé a la habitación dispuesta a arreglar las cosas por una vez con Mimi, costase lo que costase, no quería perder ni un segundo más. Abrí la puerta y efectivamente Mimi ya estaba despierta.

- Buenos días -Mimi se incorporó en la cama esperando a que dijera algo más- ¿Podemos hablar? -Mimi asintió esperando a que continuará con lo que le iba a decir- Lo siento, ¿vale? Se me fue de las manos, como siempre me obsesioné con el trabajo. Estaba pasando de ti y justo cuando me hablaste para hacer algo te dije que no, porque quería hacer una cosa que me había pedido ella, y... Bueno, que no pensé en ti en ningún momento, y que se perfectamente que lo que te molesta no es ella si no que yo pasé de ti y no me preocupe y que se que tu no tenías ningún problema con ella. Perdón -estaba algo nerviosa, pero aún podía guardar la compostura. Mimi me miraba con una cara muy seria y parecía muy poco convencida con mis palabras- Y joder, que se me fue, porque solo miré por mí y no me preocupé ni un minuto por ti desde que me llamó esa tía. Siempre tuviste razón, estoy obsesionada con el trabajo, me lo has dicho mil veces y nunca te he hecho caso, pero creo que esta vez he aprendido la lección -dije ya aguantándome las lágrimas.

- Ey -dijo Mimi apiadandose algo de mi- yo también me he equivocado, no debí decirte eso el otro día, no fui justa contigo pero es que no logro comprender como el trabajo puede ser algo tan importante para ti llegandote a olvidar de tu misma y de todo lo que te rodea. Pero te voy a ser sincera, lo único que me ha jodido estos es días es estar a la una de la madrugada llorando sola en la cama por ti cuando tu estabas de risas en el cuarto de al lado. Por eso no te he hablado estos días, porque me daba rabia que tu estuvieses feliz después de todo mientras yo estaba hecha mierda en la habitación, pero me comporté como una cría, debí dejarte hablar antes y no llevar esto tan lejos.

- Te juro que tiene una explicación, pero ya te lo contaré en otro momento -contesté.

- Está bien -dijo Mimi sin insistir más en aquello.

- ¿Puedo? -Mimi asintió y me senté a su lado en la cama. Ambas quedamos calladas y Mimi lentamente levantó su brazo hasta rodearme con él.


Viernes 24 de abril - Día 43 de confinamiento



Atrapadas en Madrid | ‪WARMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora