Jeff the Killer

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Extracto de un periódico local:

Abominable asesino desconocido todavía anda suelto.

Tras unas semanas de asesinatos insólitos, el detestable asesino desconocido continúa atacando. Tras haber dado con escasa evidencia, un niño afirma que sobrevivió a uno de los ataques del criminal y valientemente nos contó su historia.

«Tuve un mal sueño y desperté a mitad de la noche. Por alguna razón mi ventana se encontraba abierta, pero recuerdo que la cerré antes de ir a la cama. Me levanté y volví a cerrarla. Luego me coloqué debajo de mis mantas e intenté volver a dormir. Fue en ese momento cuando tuve una extraña sensación, como si alguien estuviera observándome. Alcé la vista y brinqué de la cama. Allí, bajo un leve rayo de luz que los iluminaba tras mis cortinas, vi dos ojos. No eran ojos normales. Eran oscuros, escalofriantes. Estaban bordeados de negro y simplemente me aterrorizaban. Entonces vi su boca. Tenía una enorme y horrible sonrisa que me puso los pelos de punta. El ser permaneció allí, mirándome. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, me habló. Una simple frase, pero pronunciada de una manera en la que solo un demente podía hablar».

«Me dijo: 'Vete a dormir'. Grité y eso fue lo que le hizo acercarse a mí. Sacó un cuchillo y apuntó a mi corazón. Saltó sobre mi cama. Yo luché contra él, le lancé una patada, un puñetazo, me revolví tratando de alejarlo. Fue en ese momento cuando mi papá entró. El hombre lo hirió con su cuchillo en el hombro. Probablemente lo habría matado si uno de los vecinos no hubiera llamado a la policía».

"Bajaron al estacionamiento y corrieron hacia la puerta. El desconocido se volvió y huyó por el pasillo. Escuché lo que parecía un cristal rompiéndose. Cuando salí de mi cuarto, vi que la ventana en la parte trasera de mi casa estaba rota. Desde allí lo vi desaparecer a lo lejos. Te puedo asegurar una cosa, jamás olvidaré esa cara. Esos ojos fríos, siniestros, y esa sonrisa psicópata. Nunca abandonarán mi mente».

La policía sigue buscando a este hombre. Si nota a alguien que encaje con la descripción de esta historia, comuníquese con el departamento de policía local.

                                                                                       ***

Jeff y su familia acababan de mudarse a un nuevo barrio. Su padre había sido ascendido en el trabajo, y decidió que empezarían a vivir en uno de esos vecindarios «elegantes». Jeff y su hermano Liu no podían quejarse. Tendrían una casa nueva y mejor. ¿Cómo no la iban a amar? Cuando estaban bajando sus cosas, llegó uno de los vecinos.

—Hola, soy Barbara —se presentó—. Vivo enfrente. Solo quería saludar y presentarles a mi hijo. ¡Billy! Estos son nuestros nuevos vecinos.

Billy saludó y corrió para seguir jugando en su jardín.

—Bueno, soy Margaret —dijo la mamá de Jeff—, este es mi marido Peter, y mis hijos, Jeff y Liu.

Después de presentarse, Barbara los invitó al cumpleaños de su hijo. Los niños estaban a punto de negarse antes de que su madre dijera que les encantaría asistir. Cuando Jeff y su familia terminaron de desempacar, el chico se acercó a ella.

—Mamá, ¿por qué tenemos que ir a una fiesta para niños? Por si no lo has notado, ya no soy un niño tonto.
—Jeff, acabamos de mudarnos. Tenemos que llevarnos bien con nuestros vecinos. Vamos a ir a esa fiesta, es mi última palabra.

Jeff quiso protestar, pero se detuvo sabiendo que no serviría de nada. Cuando su madre decía algo, era definitivo. Fue a su habitación y se tumbó en su cama. Estaba sentado allí mirando hacia el techo cuando, de pronto, tuvo una sensación rara. No se sentía muy incómodo, pero... era una sensación rara. No le dio importancia. Escuchó a su madre llamándolo para recoger sus cosas y fue a por ellas.
Al día siguiente, el chico bajó a desayunar y se preparó para ir a la escuela. Mientras estaba sentado, comiendo su desayuno, volvió a experimentar esa sensación. Esta vez con más fuerza. Sintió un tirón ligeramente doloroso, pero una vez más lo descartó. Cuando él y Liu terminaron con su desayuno, fueron hasta la parada de autobús y se sentaron a esperarlo. De repente, un niño en una patineta saltó sobre ellos, a solo unos centímetros por encima de sus cabezas. Los niños saltaron hacia atrás asustados.

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