17. Estamos juntos.

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Cole

Sonrei, sonreí como un bobo después de tanto tiempo, ahora lo hacía de verdad, me sentía feliz y más que satisfecho con aquella salida, había salido mejor de lo que esperaba a pesar de mi pequeña mentira, al invitar a Lili al cine no tenía ni idea de que pelicula veríamos, busque en la página del cine y Violet y Finch pareció una buena opción, ya Lisa me había hablado un poco sobre el libro de esta película y lili había mencionado antes que amaba el romance y aunque esta no tuvo un final del todo feliz me agradó.

- Muy feliz hermanito - asiento - ¿Saliste con alguien? - Dylan me conocía tan bien.

- Así es y la llevaré al cumpleaños de papá - una mueca de asombro cubrió el rostro de mi gemelo.

- Tan rápido ¿Es algo serio?

- Eso espero - Dylan sonrio mostrándome lo feliz que se encontraba por mi, creo que el saber que ya Amelia no era mi perdición le hacía feliz, Dylan jamás se interpuso en nuestra reconciliaciones pero sabia que le dolía cada vez que volvía a darle una oportunidad y su aprobación cuando viera a Lili sería importante para mi.

Me gustaba la chiquilla, me gustaba mucho y era verdad todo lo que le había dicho, lili era hermosa, inteligente, leal, sincera, había trasparencia en ella y no deseaba más porque ella lo tenía todo, estaba ahí acostado en mi cama, mirando el techo y sonriendo como un bobo enamorado despues de una primera cita, mi teléfono sono sacandome de mi ensoñación y al ver el número mi sonrisa se borró por completo, no conteste, colgué la llamada y enseguida ya había vuelto a marcar, decidí apagar el teléfono ¡Que carajos! ¿Por qué llamaba justo ahora? ¡A la mierda! No le contestaría, ni hoy, ni mañana, ni nunca, Amelia Snowden había muerto para mi.

....

Lili Reinhart subió a mi auto con un vestido rosa pastel que dejaba su espalda al descubierto, su zapatillas con tacón eran doradas, iba apenas maquillada y su cabello estaba suelto con pequeñas ondas, estaba guapísima y olía a flores, inmediatamente vi su pequeña cadena que portaba una cruz muy diminuta, era muy linda, sencilla como todo en ella, le tendi una de mis manos antes de ponernos en marcha y ella la tomo, si no mentire sentí un cosquilleo en mi cuerpo, uno quizás parecido al que sentí cuando Amelia me besó por primera vez o quizás este era un poco más intenso, la verdad era que había pensado en mi ingenua cabeza que compartiría toda mi vida con Ami, pero ya ven no fue así, a cambio tengo un hermoso Ángel dispuesta a amarme sin hacerme daño alguno, ella era mi recompensa.

- Dios tiene que existir - me escuche decir mientras una sonrisa aparecía en su rostro - Alguien tan perfecto debió crearte, eres perfecta y rayos yo soy un desastre, él debe amarme de lo contrario porque permitiría que tus hermosos ojos se hubieran fijado en este humano tan simple y lleno de defectos - una risita brotó de sus labios.

- Él se perfecciona en nuestros defectos Cole Sprouse - ¡mierda! Y eso era lo que la hacía realmente perfecta, deseaba besarla y al carajo todo lo hice, me acerque aspirando su aroma, viéndola cerrar sus lindos ojos, la bese, empezó con un pequeño roce, atrape poco a poco sus labios hundiéndome en ella, aferrando mis manos en sus mejillas, no queriendo alejarla, la pequeña chiquilla ya sabía mover sus labios con soltura y lo que antes era un desastre sabia que ahora sería mi perdición, al escucharla jadear me separe algo agitado había sido diferente, nada comparado con los anteriores, sonrei.

- Seras mi perdición - ella solo me miro con esa inocencia plasmada en sus ojos.

- Prefiero ser tu salvación - volví a besarla, pero solo un beso casto o de lo contrario nunca llegaríamos a casa - ¿Que somos? - y claro ella no sabía dar pasos en falso, sabía que sus creencias iban antes que todo.

Perdón Por Amarte         |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora