Perdón Por Amarte |TERMINADA|

35. Saber la verdad.

Lili

Reia a carcajadas sosteniendo mi estomago no pudiendo más, Anabel nos contaba como habían tenido que sacar a las cuatro mujeres de sala de Emergencias, el hombre tenía cuatro mujeres, cuatro mejores amigas que se habían enteredado por accidente ese día, el sufrido un pre-infarto y su pequeña hija de seis años las había llamado a todas en un intento de ayudar a su papá, ayudarlo a que lo mandara a mejor vida, nótese el sarcasmo, después de casi pelear todas esas mujeres en sala de emergencia se dieron a la tarea de golpear al demonio de hombre desvalido, Anabel era muy gracioso y contaba todo con gestos exagerados y moviendo sus lindos marrones imitando a cada mujer.

- Lili - deje de reír para miran a Timothy quien sostenía una rosa en sus manos - Es para ti - en ese momento no supe si debia sonreír o solo tomar la pretenciosa rosa, sonreí, era la mejor opción me dije, pero esta parecía ser una sonrisa algo deforme, lo sabia por la incomodidad que delataba mi cuerpo - No te gusta - negué mordiendo mi labio inferior, era tan fácil de descifrar, eso no había cambiado, la tome en mis manos sintiéndome incómoda a niveles industriales.

- Gracias, es... hermosa - lo era.

- No pierdo las esperanzas de que me digas que si, hoy vendrán todos Lili, ven conmigo por favor - mire a anabel quien movía ambas cejas divertidas, Timothy era guapo, guapísimo, ojos verdes, su piel no era tan blanca pero lucia tan cremosa, tenía una linda sonrisa en ese rostro que no poseía ni un solo lunar, era amable, chistoso y el doctor residente en el área de pediatria, pero... pero estaba Cole, no lo había olvidado, mi corazón aun lo pensaba, ya no a diario, habían días donde lo olvidaba, donde su recuerdo solo llegaba cuando estaba cerrando mis ojos ya abandonando la realidad.

Había enterrado a Cole Sprouse, a él junto a todos, comprendí que no podía continuar una amistad con Camila, él sabría tarde o temprano mi paradero y lo más seguro es que ya no le importara, pero igual no deseaba saber nada de él y ella estaba muy liada a él, pensar en Cole solo hacia que recordara lo amargo que fueron esos días y los meses que le siguieron, las noches de llanto, lo perdida que me hallaba en ese país tan ajeno a lo que era, aún recordaba la llamada de Dennis, me había contado que él había ido a casa, que papá lo había golpeado, esa conversación con mi hermano se me hacía tan lejana, tan ajena a lo que me había convertido ahora, fue hace casi dos años ya, por lo mismo comprendía que dentro de poco debía regresar, sabía que las chicas ya debían estar a punto de graduarse y si corría con suerte no me las encontraría.

Quería creer que jamás nada había pasado, que jamás lo conocí, ni a él, ni nada relacionado a él en esos meses en Princeton, nada que me recordara que había existido, que había dejado una huella, sus amigos, mis amigas que resultaron no ser mías, si no de él, pero los recuerdos llegaban y me dejaba ir en llanto, sobre todos en los días que la lluvia no parecía cesar, me sentía nostálgica y esta me recordaba mi pasado.

- Lo siento, pero Timothy dentro de unas semanas volveré y.. y no quiero crearte falsas esperanzas - Él solo me miro y asintio para irse por el pasillo de aquel hospital pareciendo derrotado.

- Vaya... dos años donde el pobre Timothy no logró ni un café contigo, vaya hueso duro de roer que eres - sonreír, Anabel era un desastre y me encantaba, más el saber que se iría conmigo a Princeton, había pedido intercambio y le habían dado la carta de aceptación hace unas semanas - Tengo la esperanza de algún día conocer a ese caleb - mire la rosa, era bonita, Caleb, así lo había nombrado, era menos doloroso, mire a mi amiga y sonreí.

Aunque quisiera olvidarlo sabia que había dejado también algo bonito, especial, ese día en el cine, aquella tarde en casa junto a papa y mamá, el dia de su cumpleaños, el del mío incluso, el día de la playa, el día que me hizo mujer, el día que lo conocí y supe muy en el fondo que él lo cambiaría todo.