Era un imbecil, claro que lo era, no le importaba lastimar a los demás con tal de verse ganador, no entendia como podía aun tener sentimientos hacia alguien tan egoísta como lo era él, lo cierto es que al verlo después de semanas mi corazón parecían todo un trampolín al ser saltado, sentía que se agitaba con solo ver sus azules que en ningún momento repararon en mi, me sentía una masoquista al sentir esto pero no podía evitarlo, era algo que crecía en contra de mi voluntad, cuando dijo que todo había acabado con Amelia no sentí ilusión porque sabía que era cuestión de días para que volviera junto a ella.
Los días pasaban y sentía que mi cabeza iba a explotar, entre la biblioteca, visitar el laboratorio, estudiar hasta la madrugada me estaba consumiendo, había dejado de comer con los chicos, era lo mejor, ver a Cole no me ayudaba, usaba como excusa el estar muy ocupada, así que Barbara, Dylan y yo almorazabamos en el jardín cerca de la biblioteca, Amaba como estaba fundamentada su relación, había tanto respeto en ella y sobre todo amor, confianza y detalles, eran mi pareja favorita, habían días donde solo éramos Bárbara y yo y era verdaderamente agradable su compañía.
Corría hacia las oficinas de coordinación, debía encontrar a la coordinadora de medicina, debía entregar mi reporte del primer trimestre, todos los estudiantes andábamos en corre, corre ya que todas las carreras debíamos entregar un reporte en las oficinas cedes, entre al ascensor sintiendo ese aroma... era él, tantas personas en todo Princeton y debía ser él, marque el piso seis y vi que el nueve ya estaba marcado, el iba a entregar su reporte también sin dudas, aguante la respiración sintiendo las mariposas andar, ¡Dios hacia tanto no lo veía! sentia mi manos temblar, queria llegar a la coordinación lo más rápido posible, queria no verlo, quería llorar por saberlo tan cerca y tan lejos a la vez, era ridículo ese sentimiento que mi cuerpo profesaba hacia él y como si las cosas no pudieran empeorar el ascensor hizo un ruido y se detuvo, estuve apunto de gritar cuando las luces blancas se apagaron y en segundos unas amarillas opacas se encendieron en su lugar.
— No puede ser — solto él marcando algunos botones — ¡Mierda! — odiaba que la gente dijera groserías — y me tenía que pasar esto justamente contigo — lo mire arrugando la frente, la verdad era que quería pegarme a él, tenía miedo, odiaba los espacios cerrados, sentía que me asfixiaban y él lucia tan bien, después de semanas sin verlo estaba ahí despeinado como de costumbre luciendo molesto pero sereno, guapo con esa fragancia bailando en el pequeño espacio.
— ¿Cual es tu problema? — me atrevi a preguntar, avalentonada.
— No hablaré contigo — era como un niño caprichoso y mis miedos en esos momentos no me permitían discutir.
Nos quedamos en silencio, sacamos nuestros teléfonos pero ambos no tenían señal, pasaban los minutos y empezaba a sudar mientras el miedo tomaba más fuerza.
— Dios por favor — susurre.
— Dios no existe niña — zanjó el sonando aún más molesto.
— Claro lo que digas — no pensaba discutir, gastar mis energías con él, me tranquilice, no era bueno desgastarme.
— No eres perfecta lili Reinhart — sonreí no entendiendo que le pasaba.
— ¿qué pasa contigo? No te hecho nada, yo creo en Dios tu no y bien, no tengo problemas con eso, solo te pido respeto, si crees en estupidas teorías de como fuimos creados bien, yo creo en Dios, creo en que algo superior nos creo, creo en la magia y felicidad que es él — soltó una carcajada que me hizo enfurecer aún más.
— Claro un Dios de amor que deja morir miles de niños a diario y deja que mujeres sean abusadas, que padres de familia no consigan un buen empleo, que exista el cáncer, por favor niña reacciona el mundo no es esa burbuja de mundo perfecto que crees — quería llorar, era un cínico.
— Di lo que quieras, claro que existe la maldad, gracias a que nosotros también contribuimos a ella — Él se acercó tomandome de la cintura, acercando su rostro peligrosamente a él mío, mi cuerpo temblaba bajo sus manos, bajo su tacto, mi respiración subía y bajaba y podía ver su frente perlada, hacia calor.
— La gente sufre, si la vida fuera tan perfecta como crees entonces yo tal vez — sonrio rozando nuestras narices, sentía su aliento cálido, su respiración agitada — te amará de la misma manera en que lo haces, pero como tu Dios no es tan bueno lo único que siento por ti es.. lastima y escúchame bien, jamás en la vida me metería con una niña santurruna como tú, tal vez me divierta contigo una vez, pero no más — mordi fuerte sintiendo un dolor calar en mi corazón, queriendo que me soltara pero no teniendo las fuerzas suficiente para hacerlo, una lagrimas se deslizó por mi mejilla al saber que él era consciente de mis sentimientos por él y aún así me lastimaba — ¿Que se siente experimentar el dolor? Apuesto que en tu mundo de princesa jamás lo habías sentido — intente soltarme pero su agarre era más fuerte y solo logré que me pegara más a su cuerpo.
— Suel-eltame — tartamudee logrando que él riera, una carcajada brotó de sus labios para luego plantar estos sobre los míos, mis ojos se abrieron y luché para que se separara pero al sentirlo tan secar, al sentir su suaves labios sobre los míos, a su aroma mezclarse con el mío cedí, como una estupida cedi, deje que me besara, deje mis labios bailar junto a los suyos, deje que mis labios fueran guiados por los de él, era una estúpida me decía mi mente mientras mi corazón se regocijaba de felicidad, lagrimas salieron sin poder evitarlo, me sentía culpable pero deseosa de que el continuara, lo salado de mis lagrimas se mezclo con nuestro contacto y él se separó algo agitado, dejándome aturdida.
— Eres fácil y si quisiera hacerte mía lo fueras — seque las lagrimas y baje mi rostro avergonzada, sintiéndome débil — te haría vibrar bajo mis brazos sin problema — mordi mi labio inferior queriendo llorar aun más, papá estaría tan decepcionado de mi — No me digas que vas a llorar — pregunto acercándose, levantando mi rostro con sus manos, sus azules lucían negro por la oscuridad del lugar, la luz amarilla poco a poco se iba extinguiendo.
— Solo quiero que me dejes en paz — susurre intentando alejarme pero él hizo algo que me dejó aún más aturdida, me abrazo, ya no era un beso, era un abrazo, era mucho más alto que yo así que quedé a la altura de su pecho.
— Eres muy dulce — un estruendo nos hizo separar y en segundo ya el ascensor había retomado su marcha, al abrirse había algunos estudiante junto al personal suponía que encargado de reparar el ascensor.
Al salir Bárbara estaba ahí, Cole salió rápido y lo perdí de vista, mi amiga me abrazó preguntándome si me hallaba bien, respondí a todo que si cuando la verdad era no lo sabia, de lo que si estaba segura era que debía hablar con mis padres, contarle todo, exponer lo que me sucedía era la mejor manera de no cometer una locura.
....
Papá había venido de inmediato, mamá se había quedado cuidando a dennis ya que requería cuidados, estábamos en mi habitación al verme me abrazó y se había dedicado a observarme.
— Pulga me preocupas — forme una línea con mis labios nerviosa.
— No quiero decepcionarte — papá negó con su mejor rostro de compresión.
— jamás lo harás — y le conté todo, me sentí avergonzada pero le conté todo lo que había ocurrido, hasta de mi asistencia al club, se mantuvo tranquilo imperturbable, cuando terminé sonrio — hice un buen trabajo después de todo — arrugue mi ceño sin entender — Eres joven cielo y debes compartir con tus amigos más me preocupa ese chico, tus sentimientos hacia él te están jugando una mala pasada y no quiero que se aproveche de ti, así que iré a hablar con él — mis ojos se abrieron negando — tranquila, solo le pediré que se mantenga alejado, le dejaré en claro que no estás sola y que no eres el juego de nadie, no dejaré que nadie juegue contigo, con tu corazón, abran amores que no serán correspondidos y probablemente él esté muy herido y no dejaré que descargue su frustración contigo, entendido — asenti sin más remedio — te amo — lo abrace.
— Y yo a ti papá, eres el mejor — sentí que debaja un beso en mi frente y sonreí bastante aliviada.
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No olvides dejar tu estrella y gracias a todas esas chicas que comentan, sus comentarios me motivan full a subir capítulo, GRACIAS ❤ hasta mañanas, recuerda que eres importante y que Dios te ama mucho 💕
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Perdón Por Amarte |TERMINADA|
RomantizmEl mundo universitario, probablemente el que todos deseamos a cierta edad de nuestras vidas, así como era el anhelo de Lili Reinhart, una chica de diecisiete años recién llegada a la universidad de Princeton, medicina siempre pareció ser la mejor op...