*Madame Baudin en multimedia
-Lo siento, Dante, debo irme, mi hermano me busca
Ana estaba por darse la vuelta pero sintió que una mano áspera tomó la suya, Dante la jaló hacia su cuerpo, se quitó brevemente la máscara y le dio un pequeño beso en los labios.
Ana debió asustarse o al menos abrir los ojos como platos pero una extraña fuerza proveniente de su interior la obligó a cerrar los ojos.
Dante después se separó bruscamente de ella.
-Lo... Lo siento -dijo finalmente y despareció en la oscuridad de los laberínticos jardines de los Rockingham
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Eran alrededor de las doce cuando llegaron a casa.
Ana se recostó en su cama y tapando su cara con la cobija emitió un grito de emoción, no podía creer lo que había pasado. ¡Dante la había besado!. Ya no tenía otra escapatoria tenía que admitir que Dante le atraía, ¿por qué sino su corazón palpitaba fuerte cada vez que pensaba en él? Y ahora que la había besado no podía hacer otra cosa que pasar el resto de la noche con una sonrisa tonta en el rostro.
Parecía que la suerte le había sonreído, había tenido su primer beso, con un hombre que le atraía y además gracias al cielo y a todos los santos, su hermano no se había percatado del beso. Sino de seguro ya estaría muerta. Primero su hermano la hubiera matado ahí mismo, luego la habrían revivido solo para que sus padres también pudiesen matarla y finalmente la hubieran resucitado una tercera vez para mandarla a un convento.
Aún así, Ana no logró salvarse de que Alexandre le pegara la regañiza del siglo por haber desaparecido por tanto tiempo del salón.
Pero ahora, no sabía cómo debía actuar ¿Cuál se suponía que sería su siguiente paso?. No podía simplemente aparecerse en la boutique, quizá Dante pensaría que era una ofrecida.
Los caballeros siempre debían dar el primer paso, pero ella no podía esperar otro paso de Dante. A menos que el destino los juntara milagrosamente de nuevo. ¿Cómo sino iba a presentarse Dante en la casa del barón de Ros?
Una vocecilla en su cabeza le dijo <<él no es un caballero y tú no eres una dama>> se ofendió por lo que ella misma había pensado y puso un gesto de indignación. Pero al darse cuenta de lo ridícula que era la situación dijo:
-Estoy loca -y se encogió de hombros.
Se recostó y comenzó a mirar al techo. Ahí fue cuando le llegó como un chispazo que Giselle no estaría en casa todo el día de mañana porque iba a buscar una casa de campo con su prometido.
Ana se paró en la cama y comenzó a hacer un baile de victoria con numerosos gritos ahogados.
-Oh sí, oh sí punto para Ana, cero para Elle
Giselle entró de imprevisto a la habitación y vió a Ana bailando como loca desenfrenada sobre su cama.
Cuando Ana se percató de la presencia de Elle se limitó a decir con las mejillas furiosamente rojas:
-Ejercicio nocturno
-Claro... -dijo Elle mirándola como si fuese un bicho raro- para otra vez, primero tócare antes de entrar, en fin, venía a preguntarte si mañana quieres acompañarnos a Andrew, a mamá y a mí en la búsqueda de la casa.
-En realidad... Quería descansar un poco de los viajes en carruaje, ya sabes, hemos estado saliendo sin parar y quiero tomarme un descanso
-¿Estás segura de que no quieres venir? Nos divertiremos mucho
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Enamorándome de un monstruo
RomanceLondres, Inglaterra 1870 Dante Smith es un joven inglés que quizá, en el útero de su madre estuvo destinado a ser un guapo muchacho, pero algo sucedió. Una maldición, es lo que debieron pensar sus padres; cuando, al nacer Dante, se encontraron con u...