Atención: Emma necesitará su cariño al finalizar el capítulo. 👀💖
La luz se cuela a través de mis párpados. Los oprimo con fuerza para seguir durmiendo. Creo que si logro hacerlo, el cuerpo me dejará de doler. Pero ¿por qué es que duele tanto? Despacio, abro mis ojos. La punzada de dolor se dispara al más mínimo movimiento. No logro enfocar, tengo la vista borrosa y me siento bastante perdida. Es casi como si no pudiera hilar pensamientos, como si una densa burbuja de neblina envolviera mi rostro.Sé que en algún lugar hay luz blanca artificial y me molesta el brillo blanquecino de la lámpara del techo. Me hace doler la cabeza. Quiero que se apaguen, pero no puedo decirles que lo hagan, no encuentro mi voz.
«¿Qué me pasó?».
No entiendo nada. Me siento bastante adormecida y no sé por qué. Por poco, solo sé mi nombre. Mi cuerpo se siente pesado y liviano a la vez, flácido y macizo, áspero y suave. Vuelvo a abrir los ojos. Esta vez, poco a poco.
«Tal vez si no soy tan abrupta…».
Aleteo mis pestañas con parsimonia las veces suficientes hasta que logro acostumbrarme a la iluminación. No obstante, no me muevo. No quiero levantarme porque sé que no lo podré hacer. Decido quedarme quieta, acostada en la posición incómoda en la que estoy.
Mientras la conciencia comienza a visitarme, parpadeo varias veces más. Me percato de que tengo agua en las pestañas; me gustaría quitarla, pero mis brazos están muy lejos de mi rostro —o no, pero no responden a mis movimientos—.
Pronto, me doy cuenta de que estoy mojada y comienzo a sentir mucho frío. Demasiado. Tanto que me cala la piel.
«¿Estaré muerta?».
Respiro con profundidad y de mi cuerpo sale una tos involuntaria que me veo incapaz de controlar. Sin embargo, los estertores me obligan a mover. Duele. Todo duele.
Caigo en la cuenta de que, debajo de mí, hay más agua. Sin que yo se lo ordene, mi cuerpo vuelve a moverse. Miles de escalofríos me estremecen en mi totalidad y se repiten como si fueran parte de una coreografía programada y exacta de lo que el humano puede realizar sin siquiera intentarlo.
«Estoy temblando», asimilo, «por el frío».
Observo a mi alrededor. Creo que las formas comienzan a tener sentido. Me fijo con atención de lo que me rodea y noto que estoy rodeada de blanco.
«La bañera», dice una voz dentro de mi mente; descubro que soy yo. «Así que por eso está el agua».
Poco a poco, la escena que viví momentos atrás invade mi mente de manera fragmentada. Siento que me obligan a ver fotogramas frenéticos sin conexión alguna, como si fuera alguna clase de brutal tortura.
Duele.
Me duele la cabeza.
Y lloro.
Intento sentarme en el piso de la bañera, pero no puedo. Mi cuerpo está resentido por la posición en la que cayó. Estoy entumecida y el frío no ayuda. Quiero ordenar mis pensamientos de una vez por todas, pero me cuesta. No comprendo ni la mitad de las cosas que se agolpan en mi mente.
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Sola
Science FictionEsa noche, Emma despierta luego de estar horas inconsciente en la ducha. Le cuesta comprender cómo ha llegado a esa situación. Está bastante golpeada y aturdida. Las preguntas sin respuesta se acumulan en su mente. Ella quiere saber qué sucedió y qu...