capítulo veintidós.

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022: finalem.

Los autos se detuvieron cuando se habían adentrado lo suficiente al bosque de Beacon Hills, el viento seguía siendo fuerte y había oscurecido un poco debido a las nubes abundantes sobre ellos

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Los autos se detuvieron cuando se habían adentrado lo suficiente al bosque de Beacon Hills, el viento seguía siendo fuerte y había oscurecido un poco debido a las nubes abundantes sobre ellos. Cada uno bajo de los autos y se colocaron uno a lado del otro esperando que Chaos se hiciera presente.

Había muchas emociones mezcladas, unos tenían algo de nervios y miedo, otros intentaban sentirse valientes y otros querían confiar en que todo iría bien.

— ¿Grace? ¿Demian? — la voz del Señor se escuchó por encima de ellos, por lo que lo único que atinaron a hacer fue mirar hacia el Cielo— creo que esto les sería de gran ayuda.

Ellos no entendieron a qué se refería hasta que sintieron un cosquilleo en sus espaldas y algo comenzó a crecer en ellos. La manada vio asombrados a los hermanos y a lo que recién el Señor les había dado, Grace abrió sus ojos como platos cuando miró a su hermano y cayó en cuenta que aquello que Demian tenía, ella también, Dio unos brinquitos emocionada y sonrió a más no poder.

Después de mucho tiempo, tenía sus grandes y bellas alas con ella. Eran color perla y era de gran tamaño, parecían tan delicadas pero realmente eran muy fuertes.

Justo cuando Jordan Parrish creía que no podía enamorarse más de Grace.

— Oh Señor— murmuró riendo la chica— Demian ¡nuestras alas! — exclamó feliz.

Demian le dio una sonrisa y después levantó una de sus cejas para mover sus alas logrando levantarse del suelo y comenzar a volar, su hermana la siguió. Había extrañado aquella sensación, el hacer que sus alas se movieran de un lado a otro mientras se balanceaba en el aire y sentía la libertad en ellas. Recordó sus tiempos en el cielo, donde Demian y ella solían jugar juntos para ver quién era más veloz volando. Los demás los veían desde abajo prestando atención a cada movimiento que hacía.

— Extrañaba esto— confesó Grace moviendo sus alas.

— Yo también— él le dio una sonrisa de lado— deberíamos...

Antes de que pudiera terminar su oración, los dos sintieron como si una onda de energía golpeara sus cuerpos, provocando que cayeran con velocidad a los pies de sus amigos. Los ángeles gimieron del dolor cuando sus espaldas chocaron contra el suelo, hicieron un par de muecas de sufrimiento. Grace se incorporó aun sobre la tierra y Demian se puso sobre sus pies y manos mientras movía su cuello.

— Qué ternura— la voz de Chaos se hizo presente haciendo que todos miraran hacia enfrente, buscándolo— los angelitos tienen sus alas otra vez— él apareció a unos metros de ellos, pero no venía sólo, venía con alguien más.

— Xavier— murmuró sorprendida Grace al ver que el brujo estaba bien. Realmente creyó que algo malo le había pasado.

— Creo que aun estás a tiempo de detenerte— Scott le dijo al demonio lo suficientemente alto como para que lo escuchara.

amnisía ; jordan parrish IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora