Cap. 2

3.3K 266 5
                                    

—Yo hago caso a los deseos de mi pueblo. Ya es hora de romper con el pasado.

La voz de Evelyn retumbó por todo el hangar, después de haber hablado en voz baja con Johanna. Nuevamente, vítores y gritos de alegría, pues evidentemente, Max sería sacrificado. Dwight le tendió el mango de un arma a Cuatro, notó la mueca casi enojada de el ojiazul le dedicaba al Abandonado, para finalmente el mismo Dwight acercarse a Max y posicionar el cañón de esta en su nuca.

Él lucía aterrado, parecía estar al borde del llanto. 

Silencio absoluto, el chasquido al quitarle el seguro al arma, y la voz temblorosa de Max: —No quiero morir.

—Tampoco tus ovejas.

Bang...

Y el cuerpo sin vida del exlíder de Osadía se desplomó en el suelo, sin compasión alguna. Las aclamaciones y gritos victoriosos, los gritos de enojo y la multitud enfurecida, el lugar se volvió un caos. 

Una parte de ella, mínima, sintió lastima por el hombre. Sin embargo, era casi inexistente; pues el resto de ella deseaba ver sufrir a Max, verlo arder en el infierno y pagar con sufrimiento y dolor todo el daño que había causado. Todas las vidas que había cobrado. Su deseo de venganza era superior a su deseo de no tener más pesadillas; reconociendo que, tras ver esa ejecución, esa noche se sumaría a las muchas otras noches que había despertado .y que despertaría- sudando entre gritos de terror. 

Tobias la miró, casi con preocupación, le dedicó una pequeña sonrisa con la intención de tranquilizarlo, pero él no se veía muy convencido. Se fijó en la gente que estaba frente a ella, en la misma planta pero del lado opuesto, había una celda, y en ella se encontraba Edd. El pelirrojo empezó a gritarle, casi rogando por su perdón, pues no quería morir; sin embargo, poco le importaba lo que él tenía por decirle. Bueno, tal vez un poco sí.

Evelyn y Johanna intercambiaron algunas palabras, lo que llevó a la morena exlíder de Cordialidad a retirarse, siendo seguida por todos aquellos que no querían que aquel juicio se tornara en una ejecución. Esta larga fila de personas era abucheada por el resto -es decir, todos aquellos que estaban en desacuerdo con el homicidio de Max.

Y Uriah estaba entre ellos.

Tobias bajó de aquella tarima, ingresando en la casa a sus espaldas. Segundos después, Evelyn fue tras él. Y ella, por su lado, se recostaba en una pared, mirando el caos que había, cruzando sus brazos sobre su pecho, una pequeña sonrisa crecía en su rostro, casi de orgullo. Miraba todo como si se tratara de un espectáculo. 

Se preguntó a sí misma ¿Cuándo se había vuelto tan violenta? Y, sencillamente, no tenía ni un solo recuerdo en el que no fuera violenta; más allá del tiempo que pasaba con Tobias -pues, estando con él, parecía ser la única forma en la que no debía estar a la defensiva o con el veneno en su lengua listo para acabar con todo a su paso. 

( . . . )

—Tienen que ver que estamos unidos, sobre todo cuando Valentine se niega a apoyarnos.

—No voy a decirle a Val qué hacer...-

—Tienes que intentarlo.

—¿De veras crees que evitarás que esta gente deje la ciudad?

—La Valla seguirá cerrada. Mis soldados tienen ordenes. Nadie saldrá de aquí.

Cuatro se recostó en la silla, mirando a su madre con una mueca de molestia: —¿Por qué te deshiciste de Jeanine, solo para seguir sus pasos?

—Un líder debe tomar decisiones duras para proteger a su pueblo—, él asintió, sin creerle ni un poco—. Eso lo entenderás cuando tomes mi lugar...

Everything I Wanted || Tobias Eaton (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora