—Ya casi llegamos—, jadeó por el esfuerzo físico.
Escuchaba la respiración pesada de Tobias sobre el sonido escandaloso que producía el viento al pasar entre los edificios.
—Sí, estoy detrás de ti—, gruñó él manteniendo el ritmo.
Soltó una risa cargada de burla y miró al muchacho que se esforzaba para subir por aquella viga de cemento medio destruida.
—¿Le temes a las alturas?—, se burló sin detenerse.
—No... ¿quién te dijo eso?
Subieron por aquella viga esquinera de un edificio... o, mejor dicho, de lo que fue un edificio alguna vez. Y una vez no hubo más viga por la cual subir, se detuvieron en una planta -bastante alta a decir verdad. Y admiraron el atardecer.
Cuatro se recostó en un gran escombro, usándolo a modo de silla, ella por otro lado, algunos metros alejada del ojiazul recargó su brazo contra los restos de un muro; ambos mirando hacia la Valla... e incluso más allá, tal vez.
—A veces cuando miro hacia la Valla creo que puedo ver algo allá afuera, ¿y tu?
—No, nada—, Tobias aún sonaba exhausto. Pensó que tal vez esto era por la altura, sin embargo al ver su cara con una mueca de burla, lo descartó.
—Entonces pon más atención...
—La estoy poniendo pero no veo lo mismo que tu—, dijo con una sonrisa de lado adornando su rostro.
—Cuando lo tengas en frente, lo verás...
—Entonces, vamos a hacer esto...
Sonó como una sentencia de muerte. La duda, la incertidumbre, el temor impreso en la voz de Tobias solo logró erizarle la piel y transmitirle ese sentimiento insidioso de que algo saldría mal. Terriblemente mal. Un nudo casi imperceptible se instaló en la boca de su estómago, pequeño sin embargo estaba allí como un recordatorio de que todo podría terminar en catástrofe.
—Sí...
Recostó su espalda contra la pared. Tobias se acercó a ella, pasando sus manos por su abdomen desnudo, subiendo por su espalda; acarició los brazos de la castaña y los dos nuevos tatuajes que tenía en su piel. Los detalló. Un cuervo, en el antebrazo, y sabía que se lo había hecho en honor a Tris; en su otro brazo, en el mismo lugar, el símbolo de Osadía.
Subió sus manos hasta dejarlos sobre los hombros de ella, acarició su -ahora más corto cabello. Acariciando con lentitud su cara, acercó su mano a la frente de Valentine, donde antes reposaba su siempre bien peinado fleco, sin embargo ahora lo peinaba lejos de su rostro, pues debido al largo le obstruía la vista.
"—Dijiste que no te volverías a cortar el cabello...
—No lo hice...—, se justificó pobremente, acomodando su cabello en una coleta.
—Claro que sí, pecas, antes lo tenías más abajo de los hombros... ahora con suerte te llega a los hombros.
—Uriah, no eres de ayuda.
—Gracias, Uriah.
—Tontos—, y dicho esto se cruzó de brazos a la vez que Tobias y Uriah chocaban sus puños cerrados".
Se unieron en un suave beso, en un compás lento y sincronizado. Aprovechando esos momentos de silencio y de privacidad, pues muy pocas veces gozaban de este privilegio.
Sintió el agarre del mayor intensificarse en su cintura, con el claro propósito de juntar aún más sus cuerpos. Una vez sintió los dedos de Valentine enredarse en el cabello de su nuca, sonrió orgulloso de haber logrado su cometido.
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Everything I Wanted || Tobias Eaton (3)
Fanfiction[Terminada] Tercer libro de la saga: "Young, Broke & Infamous" Lo había logrado. Finalmente. Marcaba en su lista mental de pendientes, cada cosa que había logrado, que había conseguido. Huir de la facción de hipócritas, listo. Un hogar, listo. Amor...