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Capítulo 7.

Gianluca se acercaba lentamente llamado por fuerzas ocultas, ella lo llamaba extrañamente, de pronto deseaba besar esos labios y tocar esa piel… todo iba bien cuando…

¡No! Ya terminé de lavar los platos – Gritó Mia levantándose de repente y dándole en la frente a Gianluca con su cabeza, el pobre cayó al piso todo adolorido y rojo –

¿Qué rayos te pasa? ¿Por qué te despiertas de esa manera tan salvaje? – Le preguntó todo enojado Gianluca sobándose la frente, le había dado con todo –

¿Disculpa? Es tu culpa, me traumaste con eso de terminar de lavar o lamentarlo… ¿Y qué hago aquí?...

¡Te dormiste! Y…

¿Tú me trajiste hasta aquí?...

¡Sí!...

¿En tus brazos? – Preguntó toda afligida –

¡Ni modo que hacerte volar hasta aquí con mis poderes mágicos! – Bromeó Gianluca levantándose del suelo –

¡Ahhhhh! ¿Qué me hiciste? – Gritó Mia mirando para todos lados como si hubieran abusado de ella –

¡No eres lo suficientemente hermosa como para despertar esos deseos en mí! – Dijo todo despectivo Gianluca cruzando los brazos –

Ja-ja gracioso… ¿Ya terminé mi turno verdad?...

¡Sí… puedes irte! Vuelve esta noche a la misma hora para indicarte tus otras obligaciones…

¿Ya no lavaré platos?...

¡No!...

¿Por qué? – Eso sí que no sabía cómo responderlo Gianluca, pero igual lo hizo –

El cocinero se quejó de que no los lavas bien, así que te cambiaré cargo, ahora vete y duerme, necesitas todas tus fuerzas para esta noche… - Disimuló Gianluca mirando hacia otro lado –

Ok… ¡Qué genio! Y buen día joven…

¡Sólo dime Gianluca! Tenemos la misma edad… - Mia se le quedó viendo algo nerviosa, ¿Era posible tanta confianza? –

Pues… si quieres…

¡Sí quiero! – Ella sólo tragó saliva ruidosamente y asintió con la cabeza, salió de la sala y del casino, iba tan cansada que se olvidó del asunto, era un gran progreso para los dos, al menos no habían peleado… ¡Es más! Hasta parece que hicieron las paces –

¡Papá! Quiero pedirte algo – Decía Gianluca entrando de repente a la oficina de su padre –

¿Qué cosa Gianluca? ¿Se sobregiró tu tarjeta otra vez? – Dijo en son de broma sin dejar de firmar unos papeles –

¡No! Quiero solicitar permiso para que Mia Bunsen tenga un nuevo trabajo – El señor Ercole lo miró extrañado -

¿De qué hablas Gianluca? Ella ya tiene un cargo…

Sí, pero como vendedora los hombres la molestaban, lavar platos es muy pesado para ella…

¿Entonces qué sugieres? – Preguntó él poniendo más atención a su hijo –

¡Quiero enseñarle a apostar!...

¿Disculpa? – Exclamó su padre muy sorprendido –

¡Sí papá! Quiero que aprenda para que me ayude a incitar a los clientes a apostar más, ¿Sabes que usamos esa táctica? Y con una mujer bella es fácil, además estará a mi lado y nadie la molestará…

Gianluca… sino te conociera diría que Mia Bunsen te gusta, por eso quieres pasar la mayor parte del tiempo con ella y “sobre” protegiéndola de los otros hombres que la busquen – Decía su padre levantándose de su escritorio –

¡No es eso…! Sólo que…

No me digas más… ¡Plantéale tu idea a Mia esta noche que vuelva! Si ella acepta tienes mi permiso… pero de ya te digo, ella aborrece las apuestas, las odia por lo que le ha hecho a su padre…

¡Lo sé! quiero ayudarle a vencer ese miedo…

Gianluca no nos engañemos, pero bueno… te dejaré actuar pero no la vayas a lastimar… ella no es como otras…

¡Lo sé papá! Créeme que lo sé – Dijo Gianluca saliendo de la oficina de su padre sonriendo, ¿Planeaba algo más? –

Y pensar que creí no ver esto sobre estas tierras, ¡mi hijo enamorado! – Sonrió el señor Ginoble regresando a su asiento, la idea le agradaba y mucho, parece que esa noche que Mia llegue las cosas se pondrán mucho más interesantes que nunca –

Apostándole al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora