Capítulo 23.
Cuando Piero e Ignazio se retiraron Mia miraba hacia abajo sin el valor suficiente para mirar a Gianluca que sufría un poco por el ardor en su mano… sí… la misma con la que golpeó a Ignazio.
¿Te duele mucho? – Preguntó Mia interrumpiendo el silencio sepulcral que reinaba en ese momento –
No… más o menos… - contestó Gian sacando su pañuelo e intentando vendarse –
¡Yo te ayudo! – Exclamó Mia tomando la mano lastimada de Gianluca y examinándola dio su “profesional” punto de vista –
¿Qué tal está doctora? – Bromeó Gianluca disfrutando el contacto de sus manos –
¡Está bien! Pero necesita alcohol… vamos, te voy a curar – Dijo ella sonriendo levemente y dirigiéndose al cuarto de juegos buscó el botiquín y sacó todo lo necesario para comenzar su labor –
Gianluca no le quitaba los ojos de encima… admiraba cada detalle de su rostro, su cabello, sus manos, su exquisito cuello y escote, toda ella era un deleite y de repente no supo como… comenzó a soñar despierto… cuando Mia estaba colocando las vendas Gianluca tomó su mano y le dio un beso suave y lento, ella la quitó inmediatamente, le asustó demasiado el gesto… ¿Por qué tan afectuoso de repente?
¡No te asustes…!
No es eso… sólo que, no lo esperaba…
Mia - Exclama Gianluca en tono suave –
¡Dime! – Contesta ella guardando las cosas en el botiquín nuevamente –
¡Bésame!... – Ella se quedó paralizada al escuchar esa petición… ¿Por qué le pedía eso? –
¿Qué? – Dijo ella con un nudo en la garganta –
¡Por favor… bésame! – Volvió a repetírselo con más ansiedad… parecía necesitar ese beso –
Un beso en la mejilla a nadie se le niega…
No… quiero que beses mis labios… ¡Quiero probar tus labios! – Se lo dijo Gianluca más claramente ya que al parecer no había entendido… aunque la verdad era que trataba de disimular lo que había entendido perfectamente –
No creo que…
¡Sólo uno… pequeño, corto… pero bésame!...
¡Bien pudiste robarlo…! ¿Por qué no lo hiciste? – Dijo Mia para variar… ¡Qué le cuesta besarlo! xD -
No quiero robarte nada… ¡Quiero que tú me lo des todo! – Las palabras de Gianluca enternecieron a Mia... pero… parece que no era suficiente, ella se inclinó y le dio un leve beso en la sien… después antes de dirigirse a guardar el botiquín y salir a cambiarse para iniciar la noche lo miró para decirle algo importante –
¡Sólo ese beso puedo darte!... nos vemos en el casino – Exclamó sin mirarlo a los ojos y salió, Gianluca casi llora ahí mismo… había quedado claro que ella no lo quería como él –
¿Será por Ignazio? – Suspiró Gian viendo atentamente su mano vendada… ¡Pero era un error! Debía ser persistente, pero… no lo hizo, se conformó y no volvió a tratar de declarar su amor… ya lo habían rechazado muchas veces –
Así pasó la noche, jugaron… compartieron algunas apuestas, miradas, medias sonrisas… pero no estaban ni cómodos juntos, ni separados… esa sensación de necesitar a alguien pero no tener el valor de decírselo, esa sensación de amar a alguien… pero no estar seguro de su amor por ti… quizá, lo único que les hacía falta era comunicarse y ser sinceros el uno con el otro… pero, el tiempo siguió su curso y eso nunca pasó.
De esa forma transcurrió un mes, las ganancias de Mia eran buenas… y la deuda, ¡Estaba pagada!
¿Me mandó a llamar señor Ginoble? – Dijo Mia entrando a su oficina –
Sí amore… toma asiento – El señor Ercole se había vuelto demasiado consentidor con Mia, la trataba con demasiada dulzura y consideraciones, a petición de Gianluca… pero para él no era sacrificio ya que apreciaba a Mia y su padre había demostrado ser hombre de palabra ya que no había vuelto al casino a jugar más que sólo para visitar a su hija… había encontrado un buen trabajo y parecía que había aprendido la lección volviendo a ser la cabeza de la familia, y por lo tanto también el señor Ginoble lo apreciaba muchísimo –
¿Pasa algo?...
Pasa Mia que te tengo buenas noticias… ¡Tus ganancias en el casino han sido excelentes! Así que felicidades, la deuda ha sido saldada y eres libre de irte…
¿Libre? – Exclamó Mia con tremenda alegría pero… después sintió un gran vació en su interior que no se alcanzaba a explicar –
Sí… - En ese momento entra Gianluca a la oficina y se queda congelado mirando a Mia que también no le quitaba los ojos de encima –
¡La deuda está pagada! – Le dijo ella a Gianluca sin dejar de verlo y él asintió nada más con la cabeza aprobando y felicitando la noticia –
¡Ha sido un placer conocerte! Ven a visitarnos – Dijo el señor Ginoble despidiéndose de ella mientras se ponía en pie para salir de ahí –
Gracias… adiós – Le dijo a Gianluca cuando iba pasando a su lado –
¡Adiós! – Contestó mirándola de reojo sin mayor expresión en su bello rostro… pero cuando la puerta se cerró detrás de Mia, él se volteó desesperado para tratar de verla irse pero era tarde… ya se había ido y Gianluca sentía que una parte de su corazón se iba con ella –
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Apostándole al Amor
RomanceLas deudas de juego siempre son las peores, porque se adquieren sin necesidad alguna... y a veces sale perjudicando a las personas que menos tienen que ver en este vicio tan cruel, pero... recordemos que las cosas siempre pasan por una razón y que e...