Capítulo 21.
Ignazio juntaba sus dos manitas casi suplicando una respuesta rápida y positiva de parte de Mia que no estaba segura de lo que debía hacer en ese momento.
Yo… tengo que trabajar y…
¡Por favor! No es lejos, sólo te invito a tomar un helado ahí cerquita – Decía Ignazio todo encantador… Mia sonrió enternecida y al fin respondió –
Ok… vamos, de todos modos es temprano…
¡Excelente! Vamos – Exclamó Ignazio sin dejar terminar a Mia, la tomó de la mano y en un respiro estaban disfrutando de un helado de chocolate –
¿Te gusta? – Preguntó Ignazio mirando fijamente a Mia-
Sí… gracias…
De nada Mia... para mí es un placer consentirte – Dijo mientras se atrevía a acariciar su mejilla, Mia levantó la vista y chocó con esos ojos hermosos color café que la miraban demasiado –
¿Pasa algo? – Preguntó ella mientras saboreaba sus labios cubiertos de helado de chocolate –
Es que… ¡Eres hermosa!...
Oh… gracias… - Decía algo apenada Mia alejando un poco su mejilla del contacto de Ignazio –
Dime… ¿Por casualidad te gusta alguien? – La pregunta de Ignazio sorprendió mucho a Mia -
¿Gustarme alguien? – Repitió ella sin mirarlo a los ojos –
Sí… hay alguien que te agrade… no sé…
Pues… ¡Creo que sí! – Contestó de repente ahora sorprendiendo ella a Ignazio –
¿De verdad?...
Sí, pero no estoy segura de que sienta lo mismo por mí… al menos no en realidad… - Al escuchar esas palabras Ignazio sospechó de quién estaba hablando Mia -
¿Será acaso Gianluca? – Ignazio no necesitó que le respondiera, él supo que era Gianluca, ya que Mia se puso rojísima cuando él lo mencionó, ¡definitivamente le gustaba Gianluca! –
No creo que…
¿No estás segura si él te quiere como dice? – Volvió a insistir Ignazio algo serio –
Es que… no sé…
Mia... ¿qué harías si te digo que tú también me gustas a mí… y mucho? – Ella lo miró asustada, sus ojos se abrieron de par en par y tragó saliva ruidosamente… ¿Qué es lo que Ignazio acababa de decir? –
¿Qué?... – Pudo decir nada más respirando con algo de dificultad –
¡Que te quiero Mia! Estoy enamorado de ti como un loco… y quiero saber si tú sientes lo mismo por mí… al menos algo por mí – Si la intención de Ignazio era confundir, asustar y casi hacer colapsar a Mia de los puros nervios… pues lo había logrado –
Yo… yo te quiero… pero…
¿Pero como amigo? – Terminó Ignazio lo que quería decir Mia-
Creo… creo que sí… yo no siento contigo lo que siento con…
¡Con Gianluca!...
Ignazio… lo siento, yo no…
Tranquila, debí suponerlo, pero no te preocupes… realmente eso era lo que quería saber… - Dijo levantándose y buscando la salida… Mia sólo lo siguió, algo apenada, pero tenía que ser sincera –
En todo el camino de regreso no se dijeron nada, Mia lo miraba de vez en cuando pero no tenía el valor de dirigirle la palabra… cuando llegaron al casino, Ignazio se volteó a ella.
Mia... me vas a perdonar lo que haré y disculpa también lo que podría pasar… pero debo confirmar algo… - Simplemente Mia no entendía nada, ¿Qué quería decir Ignazio con eso? Y cuando se disponía a continuar él la detuvo y la abrazó con todas sus fuerzas –
¡¡Ignazio!! – Se escuchó el grito de Gianluca desde lejos… estaba adentro también viendo todo –
¿Qué? – Contestó nada más Ignazio sin soltar a Mia y viendo a Gianluca que se acercaba –
¡Suéltala!... – Gruñó Gianluca todo rojo pero de cólera -
¡Oblígame! – Lo retó Ignazio con cara juguetona haciendo explotar a Gianluca que lo alejó de Mia con un movimiento rápido y después le dejó ir un buen puñetazo, Ignazio cayó al suelo y sonrió sarcásticamente mientras limpiaba la poca sangre del golpe –
¡Gianluca! No… - Exclamó Mia toda asustada, esas cosas a ella no le gustaban… ¿Cómo podía hacer para frenar a esos dos? –
¿Qué pasa aquí? – Dijo Piero acercándose adivinando lo que sucedía… la verdad se sabía –
Ignazio estaba abrazando a Mia y sabe que ella me gusta… como hermano debe respetar a la mujer que amo y… - Gianluca dejó de hablar cuando Ignazio comenzó a reírse como nunca, ¡eran carcajadas de pura felicidad!...
¿Acaso ya había enloquecido? Piero y Mia también se quedaron confundidos… ¿Por qué se reía? –.
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Apostándole al Amor
RomansLas deudas de juego siempre son las peores, porque se adquieren sin necesidad alguna... y a veces sale perjudicando a las personas que menos tienen que ver en este vicio tan cruel, pero... recordemos que las cosas siempre pasan por una razón y que e...