Capítulo 13.
A la noche siguiente Mia estaba muy nerviosa, comenzaría a aprender a apostar… ¿Pueden creerlo? lo que ella más detesta en el mundo, pero… al mismo tiempo es la única forma de liberarse más rápido de su martirio… sobre todo de Gianluca… ¿Será eso?
Hola Mia - Ignazio es el primero que la saluda a la entrada –
Hola Ignazio – Le contestó ella con una sonrisa –
¿Estás bien? Te ves algo nerviosa e intranquila…
¿Se me nota mucho? – Preguntó Mia tomándose las manos –
Algo… pero ¿Por qué?...
Hoy comienzo a aprender a apostar…
¿Disculpa? – La interrumpió Ignazio muy sorprendido –
Sí… sé que es una locura pero… es mi única esperanza de pagar la deuda más rápido –
¿Quién te enseñará… Gianluca?...
¡Sí!...
¿En serio? ¿Aceptaste su propuesta…?
¿Cómo sabes…?
¡Lo escuché por ahí! – Dijo nada más acomodando su cabello alborotado –
Me apena mucho y… no sé tengo miedo de…
¡Perder! – Exclamó Ignazio algo cambiado, estaba serio –
Más o menos…
¡No tienes que hacerlo Mia! Simplemente puedes buscar otras alternativas y no seguir el juego de Gianluca – De pronto ella no sabía qué hacer, Ignazio tenía algo de razón –
No tengo otra alternativa en este momento, menos cuando me enteré de lo mucho que me falta para pagar la deuda… yo aprendo rápido no te preocupes, seguro le será difícil vencerme… pero es muy incómodo porque…
¿Por qué es incómodo? – Insistió Ignazio al notar el silencio de Mia -
Es que… Gianluca me dijo ayer que yo le gustaba y que pensaba ganar esa apuesta…
¿Ah sí? – Dijo secamente y muy cortante, él no era así –
Sí… la verdad estoy que muero de nervios… pero trataré de olvidar esa parte y…
¡Mia te estoy esperando! – Dijo de repente Gianluca saliendo a encontrarla –
Ya voy… - Exclamó de mala gana Mia entrando con él, se despidió de Ignazio que le sonrió pero no con la sonrisa de siempre –
Aquí puedes cambiarte – Le decía Gianluca mientras abría una puerta con mucha ropa elegante de mujer –
¿Qué, pero… y esto?...
Es para ti… lo compré hoy en la mañana, necesitas estar presentable toda una semana…
¿Compraste todo esto para mí? – Preguntó admiradísima, habían hasta zapatos de tacón, joyería, ¡Todo! –
Sí…
¿Debo vestirme como si fuera a una fiesta de la realeza?...
Sí…
Pero creí que…
No puedes presentarte ante clientes tan importantes así de…
¡Humilde! – Dijo algo ofendida Mia mirándolo directamente –
¡No! No quise decir eso, sólo ponte más bonita de lo que ya eres y alcánzame a la entrada de la sala de apuestas – Dijo Gianluca dando la vuelta y dejándola sola para que se cambiara –
Mia dudó un poco pero entendió el argumento de Gianluca y tenía razón, así que se puso un vestido hermoso de color blanco, zapatos altos y sólo un brazalete de diamantes que había en ese enorme joyero, después de todo era prestado, usó un poco de maquillaje para darle color a sus mejillas y a sus labios y se dirigió a la sala que Gianluca le había indicado.
¡Mia! – Exclamó Gianluca en un suspiro mirándola de pies a cabeza, había quedado noqueado –
¿Qué? ¿No te gusta? – Preguntó ella completamente equivocada –
¡Todo lo contrario! Yo estoy… te ves hermosa – Dijo al fin con la voz temblorosa, ahora era él quién estaba muy nervioso –
Ah… gracias… - Dijo ella algo apenada, tomó la mano que Gianluca le ofrecía para entrar juntos a la sala de apuestas –
¡Aquí aprenderás mucho! Debes poner atención… y exactamente en una semana a partir de ahora, llevaremos a cabo nuestra propia apuesta – Le dijo Gianluca mostrándole la escena que tenían enfrente de apuestas de todo tipo, Mia observó todo el salón repleto de hombres bien vestidos y mujeres hermosas con finas ropas y caras joyas, todos reían, estaban serios o celebraban una buena partida, ella sólo sería espectadora y de ese modo aprendería las técnicas de la apuesta… pero lo que no entendía… era porque ese sentimiento de comodidad ahora… junto a Gianluca tomada de su mano cálida, se sentía tan segura… que las cosas negativas que ella veía ahora parecían no importar, el día de esa apuesta tan esperada entre los dos está cerca… ¿Quién ganará? –
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Apostándole al Amor
RomanceLas deudas de juego siempre son las peores, porque se adquieren sin necesidad alguna... y a veces sale perjudicando a las personas que menos tienen que ver en este vicio tan cruel, pero... recordemos que las cosas siempre pasan por una razón y que e...