Capítulo 9.
Gianluca iba a toda prisa a la oficina de su padre, quería pedirle ayuda… le parecía mentira aún que Mia hubiera rechazado su idea, no podía creerlo… ¡así de simple!
¡Padre! Tienes que obligar a Mia a aceptar mi idea – Dijo Gianluca sin previo aviso asustando a su padre –
¿Cómo? – Preguntó muy confundido el señor Ginoble –
Papá… debes decirle que debe apostar conmigo…
¿Te rechazó no? Eso no me sorprende…
¡No te rías! – Decía todo enojado Gianluca cruzando los brazos –
Te lo dije, Mia es una chica diferente y apostar no le interesa, para comenzar está en este lío justo por las apuestas…
¡Vas a ayudarme o no! – Lo interrumpió Gianluca –
Sólo te diré… que debes motivarla, ¡Ofrécele un buen negocio! Algo que le interese…
Ok… creo que ya sé, tú aceptarás lo que sea ¿Cierto?...
¿Qué… por qué…?
¡Entonces hecho! Iré a proponerle el negocio – Dijo sin darle más lugar a su padre de aclarar las cosas… pero no había problema, ¿Qué podría proponerle que no pudiera cumplir? O… ¡Quizás no! –
¡Ignazio deja eso!… Jajajajaja – Se reía Mia con las locuras de Ignazio –
¡Pero así es como se lavan mejor los platos! – Bromeaba haciendo caras chistosas mientras hacía una torre con platos sucios… ¡Sí se quebraban… era él! –
Debo terminar de lavarlos…
¡Pero si me tienes a mí! Estoy ayudándote, ¿A poco me vas a decir que ayer no terminaste más rápido? – Preguntó haciendo un gracioso puchero –
¡Sí! terminé más rápido gracias a ti… pero ahora me estás atrasando…
¿Atrasando? ¡Esto es atrasar! – Gritó levantándola en sus brazos y dando vueltas con ella, Mia sólo se sujetaba más de él riéndose a más no poder –
¡Bájame!...
¡Te estás riendo! Pídemelo seria – Decía Ignazio haciéndole cosquillas en el cuello con su boca –
¿Cómo no me voy a reír si me haces cosquillas?...
¡Anda tú puedes!...
¡Bájame Ignazio! Jajajajaja…
¡Aún te estás riendo!...
¿Interrumpo algo? – Dijo Gianluca muy enojado de pie en la puerta de la cocina con una mirada de pocos amigos –
¡No! Mia y yo sólo estamos jugando…
¡Ella está trabajando! Tú la atrasas – Dijo Gianluca acercándose con cara de pocos amigos, Mia sintió la tensión… pero aún no entendía por qué –
Sí, eso me dijo ella…
¡Ignazio nos dejas solos por favor! – Dijo sin mirarlo a los ojos, sólo miraba a Mia fijamente que se estaba apenando –
Sí, claro… nos vemos en un ratito Mia - Se despidió Ignazio dándole un beso en la mejilla lo que causó un gesto de desagrado en Gianluca, aturró la nariz, mordió su labio inferior y desvió su vista hacia otro lado –
¡Sí!... adiós…
¡Quiero hablar contigo! – Decía Gianluca tratando de que la atención de Mia estuviera en él y no en Ignazio que estaba saliendo –
Si es para proponerme que apueste contigo, creo que ya fui clara…
¡Sí algo de eso! Pero no me dejaste terminar la propuesta – Dijo él con una media sonrisa sexy activando la curiosidad de Mia -
¿Qué fue lo que no dijiste?...
Quiero enseñarte a apostar, para que hagamos equipo y hagamos que los clientes gasten más… pero también, quiero que apostemos nosotros dos – Eso sí que ya era el colmo, ¿Acaso estaba loco? –
¿Disculpa? ¡Eso no mejora tu propuesta! Yo odio las apuestas – Dijo toda ofendida Mia regresando a lavar los platos –
¡Pero si te digo que podrías ganar tu libertad! – Eso hizo que ella se detuviera y se volteara a verlo –
¿Cómo así? – Preguntó muy interesada y era lo que Gianluca quería… ¡su interés! –
Ayúdame con los clientes una semana, mientras aprendes a jugar y la dinámica de las apuestas… después juegas conmigo y apostamos… si tú ganas le perdonamos la deuda a tu padre y podrás irte – Eso sí que no se lo esperaba Mia -
¿Toda… la deuda? – Preguntó ella jugando con sus manos muy nerviosa –
¡Sí! toda la deuda…
¿Y si tú ganas? – Eso era muy importante saberlo –
¡Te quedas conmigo toda una noche! – Contestó acercándose provocativamente a ella con la voz más ronca… Mia retrocedió toda roja… ¿Toda una noche a solas… con él? –
ESTÁS LEYENDO
Apostándole al Amor
RomanceLas deudas de juego siempre son las peores, porque se adquieren sin necesidad alguna... y a veces sale perjudicando a las personas que menos tienen que ver en este vicio tan cruel, pero... recordemos que las cosas siempre pasan por una razón y que e...