v e i n t i c u a t r o

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Capítulo 24.

Los días para Gianluca se habían vuelto grises, y las noches en el casino se habían vuelto insoportables… nada lo alegraba, nada le parecía satisfactorio, trataba de distraerse pero simplemente no podía… ¡En sus pensamientos sólo reinaba ella!

¡No puedo seguir viendo esto! – Decía Ignazio sentado en el sofá mirando a Gianluca morir de pena –

¡Ni yo tampoco! No se aguanta ni él solo… ¿Será cierto eso de morir de amor?...

¡Piero!...

Sólo digo… pero así no puede seguir… de verdad se va a enfermar, ni siquiera sus “amiguitas” lo sacan de ese trance… ninguna le interesa, ¡También confirma lo de enamorarse de verdad… impide drásticamente las aventuras! – Piero tenía toda la razón… Gianluca no había vuelto a ser el don Juan de siempre… no quería besar otros labios que no fueran los de Mia, no quería tocar otra piel que no fuera la de ella… no deseaba a nadie más sino sólo a ella, y el castigo era tanto ya que desde el día en que Mia se fue no ha vuelto a verla, y ya habían pasado varias semanas –

¡Gianluca ve a buscar a Mia!... – Le estaba casi ordenando Ignazio a Gianluca -

No…

¿Por qué no?...

Ella no me quiere…

¡Hazme caso! Ve a buscarla – Le insistía Ignazio pero parecía no entender… ¡Sólo si Mia entraba por esa puerta y le decía que lo amaba quizá lo creería! –

Mia... ¿en qué piensas? – Le pregunta su papá mirando como jugaba con la comida en la mesa –

En nada en especial – Contestó sin mayor ánimo –

Ajá… ¿Será acaso que te hace falta ir a trabajar?...

No sé… creo que…

¿O es que te hace falta alguien? – Ante esa otra pregunta Mia sólo se acomodó de mal modo en su silla, pero era obvio –

Entiendo… no me quieres decir, tantos años de ser tu padre y no me tienes confianza… ¡Me siento ofendido!...

¡Papá! Deja el drama… eso lo hacía mamá… - Dijo Mia sin pensarlo y después se arrepintió, recordar a su madre siempre había sido doloroso… especialmente para su papá –

Está bien Mia... recordar a un ser querido no tiene porque ser triste, recordémosla con alegría… ella así lo querría… y… también le gustaría mucho que fueras feliz… ¡con el hombre que amas! – De inmediato Mia levantó la cabeza y miró a su padre fijamente –

¿Cómo sabes?...

Es fácil adivinar cuando alguien está borracho… ¡o enamorado! – Sonrió acariciando la mejilla de su hija tiernamente –

Pero él no me quiere…

¿Cómo sabes tú eso? ¿Acaso te lo dijo?...

No… siempre me dijo que le gustaba y eso pero… él no toma a las mujeres en serio y…

Vaya… ¡Es increíble cómo te pareces a tu madre! Ella dijo exactamente lo mismo… cuando me conoció…

¿De verdad?...

Sí hija… digamos que no era de fiar… pero cuando la conocí mi mundo cambió por completo… y se lo pude demostrar hasta que ella me dio la oportunidad…

¿Qué quieres decir con eso papá?...

Quiero decir, que le des la oportunidad a Gianluca de demostrarte su amor… no sabrás que tanta verdad hay en sus palabras sino lo dejas demostrar esa verdad con hechos…

Pero y si…

¡Y si nada Mia! No pienses en suposiciones… ¡Que importan! No ganas nada con estar ahí toda triste muriendo de pena por no estar con quién amas… si no funciona ok! Al menos lo sabrás… pero y si funciona, ¿No te alegrará haberte arriesgado? -

Mia se quedó analizando la situación, su padre tenía razón… y por primera vez desde que murió su mamá… sintió su apoyo como el padre amoroso que era y ahora es nuevamente –

¡Hazle caso a tu papá Mia! – Escuchó que dijeron detrás de ella –

¡Ignazio, Piero! ¿Qué hacen aquí?...

Veníamos a decirte justo lo que tu papá te dijo pero se nos adelantó… y lo hizo mejor… por algo nos pidió que nos escondiéramos en la cocina…

Mia... no dudes de Gianluca, él de verdad te quiere… y mucho – Le dijo Piero acercándose a ella –

Es verdad… doy fe de ese milagro, Gianluca de verdad está enamorado de ti… igual que tú de él – Sonrió Ignazio apenando a Mia pero de repente con esas palabras ya no tenía más dudas -

En la noche Gianluca llega al casino… estaciona su auto y se dispone a entrar… ya no apuesta… pero al menos se distrae algo… si se queda en casa seguro se muere de tristeza, pero… la vida tenía preparada otra sorpresa.

¡Mia! – Exclamó con brillo en los ojos y casi sin aliento cuando vio al amor de su vida de pie, junto a la entrada del casino… tal cuál como la primera vez –

¡Hola! – Dijo ella con esa dulce y hermosa voz algo tímida –

¿Qué haces aquí?...

¡Quería pedirte algo! - ¿Será un préstamo? ¿Trabajo? ¿Mudarme del país para que ella no se sienta incómoda con mi presencia? Todo eso y más pensaban Gianluca… hasta que escuchó la verdadera petición –

Claro… dime…

¡Bésame! – Gianluca sintió escalofrío por todo el cuerpo… ¿Qué acaba de escuchar? ¿Oyó bien? Ella quería que la besara… ¡le pedía un beso!… ¿Será realidad o sólo un sueño?... ¿Qué hará? –

Apostándole al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora