Capítulo 16.
Todo el panorama había cambiado, Piero pensaba que ese tipo de cosas sólo pasaba en las películas o en las novelas e incluso en las historias de amor con final trágico… pero no, uno de sus amigos le acababa de confesa que le gustaba la misma chica que le gustaba a su otro amigo… ¡Era una situación delicada!
¿Es broma verdad? – Dijo Piero dando vueltas de un lado a otro como si él fuera el del problema –
¡No!...
¡Ignazio! Ella es… ella es la chica de Gianluca…
¡Es ella quién debería decirlo! ¿No?...
¿Acaso estás loco?...
¡Sí! estoy loco… pero por ella, tan frágil, tan buena… una chica tan bella metida en un lío así sólo merece admiración y… que la ayuden cuando otros la lastiman…
Sabes que Gianluca la trató mal sólo porque se ponía nervioso, ella le gustó desde el primer momento…
Lo sé… lo sé, pero Mia no lo sabía y necesitaba sentir a alguien junto a ella apoyándola…
¿Y ese alguien eres tú?...
¡Pues sí! quise ayudarla, como amigo… lo juro, pero… después ella tan divertida, tan adorable, tan buena persona… me ganó el corazón…
Ignazio, esto no es…
Tengo tanto derecho como Gianluca de luchar por su amor… ¿No crees? Ella no lo ha aceptado…
Ok… sí, tienes derecho, conquístala a tu manera si así lo quieres, pero deja que sea ella quién elija ¿De acuerdo? – Exclamó Piero todo preocupado, solo esperaba que eso no fuera motivo de pelea algún día entre él y Gianluca –
Sí, de acuerdo… - Dijo de mala gana pero aceptando los términos, eso era lo justo –
Así pasaron los días, Mia y Gianluca pasaban toda la noche juntos… jugando, de pronto habían desarrollado una extraña amistad que daba tinte a romance… ya que algunas miradas, sonrisas, toques… daban a entender algo más, se habían unido mucho más, Mia ya no veía las apuestas como antes… ahora hasta respetaba a quienes jugaban porque no era fácil, y la semana se terminó… la hora de la verdad había llegado.
¿Lista? – Exclamó Gianluca besando su mano como cada noche había hecho antes de entrar al gran salón de apuestas –
¡Lista! – Contestó Mia con una sonrisa confiada –
¡Por tu falta de experiencia te daré una ventaja!...
¿Cuál?...
¡Elige tú el juego! – Dijo Gianluca como todo un galán –
Bien… gracias… elijo… mmmm… ¡La ruleta! – Sonrió Mia señalando la enemiga principal de Gianluca –
¡No se vale! Sabes que… ohh… ¡Eres malvada! – Bromeó Gianluca todo pícaro –
¿Aceptas?...
Sabes hermosa te ves demasiado cómoda y confiada… ¡pero tú pasas conmigo esta noche! – Dijo completamente decidido a ganar esa noche junto a Mia, ella sólo se sonrojó… ¿Será que ya no le importaba perder? -
¿Qué haces aquí? – Preguntó Piero sentándose junto a Ignazio que estaba al otro lado del salón observando a Mia y a Gianluca –
¡Nada!...
¡No que no deseabas ver ciertas cosas!...
No molestes Piero…
¿Quieres saber quién ganará… cierto?...
No…
Sabes que Gianluca tiene el mayor porcentaje de probabilidad de ganar… es por eso que estás aquí… ¿Para salvar a Mia quizá?...
Si ella pierde y quiere irse con él no voy a interferir… pero si ella pierde y se niega a acompañarlo… ¡Claro que voy a salvarla! – Dijo tomándose hasta el fondo su copa de vino –
¡Lo que digas! – Exclamó Piero algo mareado de tanto enredo… al menos el día donde se decidiría todo había llegado –
¡21 rojo! – Apostó Gianluca colocando unas fichas en la mesa –
¡2 negro! – Dijo Mia haciendo lo mismo y la bolita comenzó a dar vueltas con la ruleta –
¡19 rojo! – Exclamó el que dirigía el juego… ninguno acertó, pero estuvieron cerca –
Ah ¡ves! Soy muy malo…
¡No más que yo! – Dijo sonriendo Mia... Gianluca de pronto recordó las palabras de Piero… “llegará el momento en que a ella no le importe para nada ganar o perder” será que ese momento llegó, porque ella no lucía nada angustiada, parecía disfrutarlo… sí, ¡ella se estaba divirtiendo! –
¡Hagan sus apuestas! – Dijo el hombre indicando una nueva ronda –
¡17 negro!...
¡34 rojo!...
¿Por qué siempre eliges el número que está a la par del mío? – Preguntó Gianluca todo divertido – Esta apuesta estaba siendo más emocionante que nunca –
ESTÁS LEYENDO
Apostándole al Amor
RomanceLas deudas de juego siempre son las peores, porque se adquieren sin necesidad alguna... y a veces sale perjudicando a las personas que menos tienen que ver en este vicio tan cruel, pero... recordemos que las cosas siempre pasan por una razón y que e...