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Fue una milésima de segundo. Un breve instante, casi un parpadeo. Pero para Kim Taehyung fue más que suficiente. Ni siquiera cerró la puerta. 

Era Park Jimin cerca de Seokjin. Había tenido la osadía de tocarlo, de acercar sus labios a los de él. 

¿Cómo llegó allí?, ¿Acaso Jin lo había llamado?... ¿Estaba aprovechando su ausencia para concederle una audiencia privada? Sí, eso era lo más seguro. Mientras él estuvo intentando poner su empeño para conocer a su nuevo médico y tratar de mejorar, Jimin se escabullía en su departamento para tomar ventaja con Seokjin, y el mayor lo permitía.

¿Qué más hubieran hecho si él no los interrumpía?, ¿Seguir besándose?, ¿Hacer incluso algo más?

Su mente estaba en cortocircuito. No entendía razones ni motivos. No entendía por qué había tanta comodidad en ese gesto. Taehyung se quedó atónito un momento.

—Taehyung... —la voz llena de preocupación que acababa de usar su novio lo devolvió a la realidad.

Dio dos zancadas y empujó a Jimin lejos de Seokjin. El forcejeo comenzó.

El rubio logró sujetarlo de los antebrazos para que Taehyung no llegara a su rostro, pero estaba costándole. No esperaba que el novio de Seokjin tuviera tanta fuerza.

Yeontan comenzó a ladrar. Yoonie erizó su lomo y clavó las uñas en el tapiz del sofá.

El mayor de los tres se apresuró a tratar de separarlos.

—¡Taehyung, déjalo! —gritó—. ¡¡Paren, basta ya!!

Y ninguno parecía estar escuchándolo.

—Bienvenido a casa, Taehyungie, ¿creíste que Jin estaría esperando por ti? —se burló Jimin. Fue la gota que colmó el vaso. 

Taehyung usó una de sus piernas para empujarlo y logró apartarlo haciendo que el rubio perdiera el equilibrio. Fue veloz y preciso al momento de cerrar su puño, reunir fuerza y estampárselo en el estómago. Jimin se quedó sin aire.

Lo siguiente que hizo fue volver a empujarlo para arrojarlo al suelo, y sin pensarlo dos veces se lanzó encima para ir por su rostro. 

—¡¡Taehyung!! —Seokjin lanzó su apoyo y se agachó para intentar quitárselo a Jimin de encima. Cerró los brazos en torno a su abdomen y jaló, quedándose perplejo ante su inutilidad.

Tae había dejado de ser el jovencito débil que no podía medirse con alguien más. Estaba seguro de que en ésta realidad podría hacerle frente a cualquiera, incluso a Namjoon.

Uno. Dos. Tres golpes. Fuertes, sacándose con ellos la ira acumulada por ver que alguien amenazaba con arrebatarle lo que más quería en su vida. Muchos años pasaron sin que se atreviese a hacer nada, aceptando lo malo y lo bueno que podía tocarle... pero eso había quedado atrás. Había aprendido a defenderse. Había aprendido a atacar, y a enfrentar sin miedo todo lo que le hiciese daño, incluso si al final resultaba ser una batalla perdida. El tonto niño llorón que alguna vez fue vivía profundamente enterrado en su interior, sepultado bajo metros y metros de rencor, de dolor y de resiliencia. 

Jimin se cubría con los brazos lo más que podía. Su posición bajo el castaño lo dejaba en clara desventaja. Aunque quería usar las piernas, las tenía inmovilizadas por el peso del menor sobre él.

—¡¡Basta ya, Taehyung!! —los golpes, los ladridos de Yeontan y sus gritos comenzaban a aturdirlo. Seokjin no tuvo mejor idea que recurrir a la maniobra que hacían las personas para ayudar a alguien que se había atragantado. Juntó sus manos en un punto medio entre el ombligo y el esternón de su novio, y tomó impulso para presionar con fuerza hacia adentro y arriba, logrando sobresaltarlo—. ¡¡Te dije que pares!! —volvió a ordenar. Repitió el movimiento una vez más, y consiguió separarlo lo suficiente de su amigo para que pudiese escabullirse con torpeza hacia la pared de la habitación.

Love Me [◇JinTae/TaeJin◇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora