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Seokjin despertó con la luz del sol filtrándose por las cortinas y llegando a su rostro. 

Estiró los brazos y las piernas, todavía bajo las sábanas. Se inclinó un poco más hacia el centro de la cama pues era extraño moverse con tanta libertad si dormía junto a Taehyung. Y su sorpresa aumentó cuando no fue capaz de tocar nada más que un lugar vacío.

Abrió los ojos. Taehyung no estaba.

Jin puso las manos contra el colchón, volteó, para ver si no dormía del otro lado. No estaba.

Un poco asustado logró sentarse en la cama. Frotó sus ojos, estaba desnudo. Notó los hematomas en su pecho y vientre, y bostezó con pereza. Echó un vistazo general a la habitación. La mesita de noche tenía condones usados y limpios, los tubos de lubricantes estaban abiertos y volcados. 

Sonrió en cuanto pudo recordarlo todo. La noche de sexo más placentera de su vida. Después recordaba haberse dormido en sus brazos, cayó apenas minutos después de que Tae comenzara a acariciarle el cabello. Un par de mariposas revolotearon en su vientre, entrecerró los ojos como si eso le ayudara a recordar mejor.

¿Acaso Tae le dijo...?

¿Fue un sueño?, lo cierto era que no estaba seguro. Sin embargo lograba recordar un cuento sobre un tesoro y una cueva. No tenía sentido que Tae terminara su relato y luego mágicamente le dijera algo así, ¿correcto? Seguramente lo soñó. 

La puerta se abrió, Taehyung ingresó con solamente una toalla blanca en los hombros.

—Estás despierto —observó con media sonrisa—. Buenos días.

—Muy buenos días —respondió el mayor, dándole una sonrisa sincera.

—Nunca te vi dormir tan profundamente como ahora —dijo Taehyung, caminó despacio hacia su armario y buscó ropa interior. Jin tuvo una perfecta vista panorámica de sus nalgas redondas. 

El cabello castaño de Tae goteaba un poco, su piel morena dejaba ver unas cuantas manchitas rojizas y otras más moradas, sobre todo en la zona cercana a su cuello. 

—Qué puedo decir —se encogió de hombros—. Hacerlo durante la madrugada es tan agotador como espectacular. 

—Ya lo creo. 

Jin notó entonces algo diferente. Tae usó una de sus manos para frotar la toalla en su coronilla un par de veces, eligió un bóxer gris con rayas negras y caminó con dificultad hasta la silla frente al escritorio, donde dejó secar la toalla.

—Estás cojeando.

—Es una pequeña molestia, es todo —le restó importancia.

—¿Fui brusco? —Taehyung volteó a mirarlo con tranquilidad.

—Por supuesto que no, Jinnie.

—Te lastimé. De lo contrario podrías caminar con normalidad.

El menor se dejó caer en una esquina de la cama y gateó hacia él. Trepó por el cuerpo del mayor, dejando una mano a cada lado del cuello de Jin.

—Es la típica molestia después del sexo. Nada más —aseguró, mirándolo fijamente. Saber que se preocupaba por él era dulce.

—Nunca te dejé cojeando. No así.

—Cielo, no lo vuelvas algo enorme —rió con ligereza—. Me encantó. Disfruté cada segundo. 

Jin no lucía del todo convencido, así que él le dio un suave beso. Taehyung volvió a besarlo y dejó que su peso apretara un poco al mayor, Seokjin jadeó al sentir la frescura de su piel contrarrestando con su actual temperatura corporal. El espacio se extinguió entre sus siluetas. Deslizó sus manos por la curvatura de su cintura, sujetándolo despacio.

Love Me [◇JinTae/TaeJin◇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora