Capítulo 7

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Sam no podía pensar en nada, su cerebro estaba hecho papilla.

Sentía las fuertes manos de Tobias recorriendo su cuerpo mientras con sus labios acariciaba su cuello dejandole un reguero de besos.

Pero ¿qué estoy haciendo? -Se dijo a sí misma totalmente exaltada por la situación.

Sam estaba caliente, muy caliente, Tobias tenía ese efecto en ella.

Notaba como las manos de Tobias vagaban por encima de su camiseta, palpando y tentando, se acercó de nuevo sus labios depositandole un beso hambriento y feroz.

Y entonces separó sus labios de los de ella y la miró fijamente a los ojos.

Era una pregunta silenciosa.

Sam estaba exaltada, con la respiración entrecortada y el cuerpo ardiendo, se dio cuenta que Tobias estaba esperando una respuesta.

Pero Sam no sabía qué contestar, le asustaban los compromisos, no quería meter a desconocidos en su vida, no quería enamorarse o querer a alguien para después verlo partir, le daba miedo que la dejarán. No en sentido romántico, sino en el sentido de una caja de pino. Toda su familia había muerto y eso era un abandono que no se superaba.

Tu lo deseas y él a ti también.

No tienes que meterlo en tu vida, solo en tu cama.

Sam se acercó a él, agarró su camiseta y se la quitó con su ayuda, entonces apoyó sus manos en su fuerte y bronceado pecho mientras inclinaba su cabeza para besarlo.

Estaba decidida. Quería tener sexo con el ogro cañon.

**

Tobias le devolvió el beso, feliz de que hubiese aceptado, si Sam no hubiese querido la habría respetado.

Sintió las delicadas manos de Sam explorando su pecho a la vez que profundizaba su beso. Entonces Tobias la agarró de la cintura y la subió encima de la mesa, de un golpe, apartó el plato de comida tirándolo al suelo y se colocó entre sus piernas.

Cuidado Caperucita, el lobo viene a comerte.

Sam rodeo con la piernas la cintura de Tobias mientras él le quitaba la camiseta de tirantes. Una vez se la quitó, la tiró a un lado y se lanzó a besar y palpar el pecho que sobresalía del sujetador. Apartando el sencillo sujetador negro deportivo que Sam llevaba, Tobias se metió un pequeño y rosado pezón en su boca mientras con sus manos apretaba fuertemente el trasero de Sam, apretandola contra su fuerte erección.

Sam estaba en las nubes, un sin fín de sensaciones la inundaban llevándola hasta la excitación pura. Con sus manos recorría el torso de Tobias, su pecho, su espalda, sus fuertes brazos.. Cuando Tobias dejó de torturar un pezón para meterse el otro en la boca, sintió como una de sus manos se metía dentro de su pantalón, tocandola en la zona más íntima y caliente de su ser. Estaba hambrienta , hambrienta por él.

Tobias siguió así, torturando sus pezones con la boca y acariciando su clitoris con los dedos de manera frenética hasta que Sam no pudo más. Cuando Sam llegó al climax un fuerte chillido escapó de su boca a la vez que le clavaba las uñas en el hombro.

Sam dejó caer su cabeza en el pecho de Tobias mientras miles de temblores la sacudían.

Acabo de ver las estrellas.

Entonces Tobias sacó su mano del interior de sus braguitas, la agarró fuertemente del trasero y la levantó cuidadosamente llevándola en brazos hasta su habitación besándola por el camino.

¿Ángel o Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora