Tobías se encontraba en su apartamento con la peor compañía posible.
Una encolerizada Lucy había llegado hacía unas horas, presentándose en su cama semidesnuda.
-¿Qué haces aquí Lucy? - le preguntó Tobías al verla en su cama.
-¿En serio lo preguntas?¿Qué crees que hace una mujer en tu cama? -
-Tú no eres una mujer Lucy. Eres una arpía diabólica.
-No te hagas el dificil conmigo Tobías.
-No es difícil, ahí está la puerta. ¿Te enseño a usarla?-
-Como te atreves a desafiarme Tobías. -
Entonces Lucy se puso hecha un demonio, con sus ojos rojos, sacando sus garras, dando gritos y golpes. Tobías la había cagado y lo sabía.
***
A Sam le había costado mucho tomar una decisión, no quería ver a Tobías, pero necesitaba verlo. Quería ayudar a la pequeña Zoe y él podría ayudarla.
Lugi le había dado la dirección de Tobías, a donde le llevaban las pizzas, y ahora se encontraba allí de pie frente a la puerta con una pizza en la mano dudando si tocar al timbre.
Justo cuando iba a tocar el timbre, la puerta se abrió saliendo una mujer mirándola sorprendida.
-Que interesante. - le dijo la mujer mirándola de arriba a bajo.
-Perdona, me habré equivocado. Estoy buscando a Tobías.
-No te has equivocado. És aquí. - le dijo lamiéndose los labios.- ¡Tobías! Tienes aquí una zorra muy apetecible.
-Entonces Tobías apareció de golpe vestido únicamente con unos vaqueros.
-Dejala en paz. - le dijo separándolas, agarrando a Sam y metiendola en el interior del ático.
-Quizás habría que castigarla a ella también. - le dijo mientras se relamía los dientes.
-Vete.
-No tienes que ser tan descortés..Acuérdate de lo que hemos hablado. Tienes una misión.
Entonces Lucy se fue dejándolos solos. Tobías cerró la puerta poniendo varios seguros y se giró encolerizado hacía Sam quién miraba aterrorizada su espalda.
-¿Que te a pasado? - jadeó Sam al ver unas profundas heridas en su espalda.Parecían arañazos de garras.
- ¿Que demonios haces aquí?¿Es que acaso quieres morir?- le preguntó ignorando sus recientes heridas.
- Necesitaba verte. ¿Qué te ha pasado? - le dijo girandolo para ver su espalda.
- Nada
- ¡Como que nada! Esas heridas son profundas y muy recientes - le dijo intentando tocarlas.
-¿Solo haz como que no están, vale? - le dijo girándose evitando su toque.
-No se si podre. -
-Entonces vete.-
Tobias estaba de mal humor, Sam lo notaba en cada fibra de su ser. Sentía una horrible energía negativa brotando de él.
-No quiero irme. - le dijo siguiéndolo al interior del ático.
Entonces Sam alucino. El ático estaba formado por unos impresionantes ventanales que ofrecían una vista impresionantes de la ciudad, lleno de muebles modernos y sofás lujosos.
-¿Cómo has encontrado mi ático?
-Por la pizza. - le dijo enseñándole la caja que le habia traido.
-¿Intentas comprarme con pizza?
-Piensalo, és una jugosa ofrenda de paz.
-¿Para qué has venido Sam? No creo que hayas venido únicamente a traerme la cena.
-Necesito tu ayuda. - declaró Sam.
-Me echaste de tu casa. Y ahora te presentas en la mía, ¿acaso no pillaste mi amenaza?- dijo sarcásticamente.
-Lo sé, y lo siento. Me asustaste.
-¿Te asusté? - le dijo incrédulo - ¿Acaso fue por esto? - le dice cambiando el azul de sus ojos por uno rojo.
Sam jadeó ante el susto, pero está vez no se aparto, no como la última vez que los vio.
-Justo por eso fue por lo que me asusté. ¡No esperaba que tú fueras un demonio!
-¡Sorpresa! Ya lo sabes, ya puedes volver a echarme. A no, que esta es mi casa.
-No te pongas así. He venido a disculparme.
Tobías se alejó de ella, cogiendo la pizza y sentándose en un enorme sofá blanco situado enfrente de un ventanal.
-¿Para qué has venido realmente Sam?
-Te lo he dicho. Necesito tu ayuda.
-¿La ayuda de un demonio? Acaso no sabes que pactar con un demonio tiene consecuencias.
-Estoy dispuesta a pagarlas.
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¿Ángel o Demonio?
RomanceSam se consideraba una persona normal, tenía amigos, un trabajo , incluso cuenta de Netflix. De un día para otro, toda su vida cambia de repente, acaba rodeada de ángeles y demonios. Intentan matarla y no sabe porqué. Solo un ser podrá ayudarla...