Capítulo 12

45 4 0
                                    

Tobías se encontraba en su apartamento con la peor compañía posible.

Una encolerizada Lucy había llegado hacía unas horas, presentándose en su cama semidesnuda.

-¿Qué haces aquí Lucy? - le preguntó Tobías al verla en su cama.

-¿En serio lo preguntas?¿Qué crees que hace una mujer en tu cama? -

-Tú no eres una mujer Lucy. Eres una arpía diabólica.

-No te hagas el dificil conmigo Tobías.

-No es difícil, ahí está la puerta. ¿Te enseño a usarla?-

-Como te atreves a desafiarme Tobías. -

Entonces Lucy se puso hecha un demonio, con sus ojos rojos, sacando sus garras, dando gritos y golpes. Tobías la había cagado y lo sabía.

***

A Sam le había costado mucho tomar una decisión, no quería ver a Tobías, pero necesitaba verlo. Quería ayudar a la pequeña Zoe y él podría ayudarla.

Lugi le había dado la dirección de Tobías, a donde le llevaban las pizzas, y ahora se encontraba allí de pie frente a la puerta con una pizza en la mano dudando si tocar al timbre.

Justo cuando iba a tocar el timbre, la puerta se abrió saliendo una mujer mirándola sorprendida.

-Que interesante. - le dijo la mujer mirándola de arriba a bajo.

-Perdona, me habré equivocado. Estoy buscando a Tobías.

-No te has equivocado. És aquí. - le dijo lamiéndose los labios.- ¡Tobías! Tienes aquí una zorra muy apetecible.

-Entonces Tobías apareció de golpe vestido únicamente con unos vaqueros.

-Dejala en paz. - le dijo separándolas, agarrando a Sam y metiendola en el interior del ático.

-Quizás habría que castigarla a ella también. - le dijo mientras se relamía los dientes.

-Vete.

-No tienes que ser tan descortés..Acuérdate de lo que hemos hablado. Tienes una misión.

Entonces Lucy se fue dejándolos solos. Tobías cerró la puerta poniendo varios seguros y se giró encolerizado hacía Sam quién miraba aterrorizada su espalda.

-¿Que te a pasado? - jadeó Sam al ver unas profundas heridas en su espalda.Parecían arañazos de garras.

- ¿Que demonios haces aquí?¿Es que acaso quieres morir?- le preguntó ignorando sus recientes heridas.

- Necesitaba verte. ¿Qué te ha pasado? - le dijo girandolo para ver su espalda.

- Nada

- ¡Como que nada! Esas heridas son profundas y muy recientes - le dijo intentando tocarlas.

-¿Solo haz como que no están, vale? - le dijo girándose evitando su toque.

-No se si podre. -

-Entonces vete.-

Tobias estaba de mal humor, Sam lo notaba en cada fibra de su ser. Sentía una horrible energía negativa brotando de él.

-No quiero irme. - le dijo siguiéndolo al interior del ático.

Entonces Sam alucino. El ático estaba formado por unos impresionantes ventanales que ofrecían una vista impresionantes de la ciudad, lleno de muebles modernos y sofás lujosos.

-¿Cómo has encontrado mi ático?

-Por la pizza. - le dijo enseñándole la caja que le habia traido.

-¿Intentas comprarme con pizza?

-Piensalo, és una jugosa ofrenda de paz.

-¿Para qué has venido Sam? No creo que hayas venido únicamente a traerme la cena.

-Necesito tu ayuda. - declaró Sam.

-Me echaste de tu casa. Y ahora te presentas en la mía, ¿acaso no pillaste mi amenaza?- dijo sarcásticamente.

-Lo sé, y lo siento. Me asustaste.

-¿Te asusté? - le dijo incrédulo - ¿Acaso fue por esto? - le dice cambiando el azul de sus ojos por uno rojo.

Sam jadeó ante el susto, pero está vez no se aparto, no como la última vez que los vio.

-Justo por eso fue por lo que me asusté. ¡No esperaba que tú fueras un demonio!

-¡Sorpresa! Ya lo sabes, ya puedes volver a echarme. A no, que esta es mi casa.

-No te pongas así. He venido a disculparme.

Tobías se alejó de ella, cogiendo la pizza y sentándose en un enorme sofá blanco situado enfrente de un ventanal.

-¿Para qué has venido realmente Sam?

-Te lo he dicho. Necesito tu ayuda.

-¿La ayuda de un demonio? Acaso no sabes que pactar con un demonio tiene consecuencias.

-Estoy dispuesta a pagarlas.

¿Ángel o Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora