Capítulo 26

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Ángel llegó poco antes del mediodía acompañado de diez cazadores.

-Cuantos cazadores hay? - le susurró Sam al oído.

-En nuestro país hay alrededor de 5.000 cazadores. -le respondió Tobías. - En el mundo es un misterio.

-Son muchísimos - exclamó sorprendida Sam.

-Pero cada vez hay menos. -le contestó uno de los cazadores. - Ser cazador no es un trabajo seguro ni está remunerado.No llena la nevera ni paga la hipoteca.

-Es una bendición, somos los siervos de Dios, ayudantes de los ángeles- contestó Mery.- No da dinero porque es algo superior a eso.

-Parece más una maldición. - contestó Ángel. - Nosotros perdimos a Mía, Tobías dejó de ser humano y encima ahora papa poseído. No puedes girarte ni un momento sino poseen a alguien. - dijo Ángel enfadado.

-No te preocupes hermano. - le dijo Tobías palpando su espalda - Usa el polvo de hada, un par de cortecitos y huala. Papá ya está aquí de nuevo.

Ambos hermanos rieron y empezaron con el trabajo, impregnaron sus dagas místicas con la poca sangre de ángel que le quedaba y empezaron a llenar con pequeños cortes la piel de Joseph.

-Como se supone que funciona? - le preguntó Sam a Mery.

-La sangre de ángel es corrosiva para los demonios.La idea es hacerle pequeños cortes para asi envenenar su sangre y que el demonio no pueda habitar en el.

-Y que le pasara a Joseph?

-La sangre de ángel no tiene efecto en los humanos. Cuando vuelva en sí, solo estará molesto al ver que sus hijos le han troceado y su mujer le ha golpeado.

Mery estaba impaciente porque acabasen ya con los cortes, era su marido, el amor de su vida y estaba siendo poseído por una bestia demoníaca.

Sam al ver que Mery estaba afectada decidió llevársela al otro extremo del sótano para que no viese ni escuchase los gemidos de dolor.

-Me gustaría hacerte una pregunta. - le dijo Sam.- Es algo vergonzoso pero no sé con quién hablarlo.

-Claro. Cualquier cosa. Pregunta.

-Cuando conocí a Tobías me dijo que él no podría dejarme embarazada, que era estéril. Sabes a qué se debe eso?

-Mi hijo no es estéril - dijo riendo Mery - Los demonios no pueden fecundar a un humano. Los espermatozoides son más rápidos y violentos por lo que no llegan a fecundar el óvulo humano. ¿Es que acaso estáis pensado en tener niños? - grito Mery ilusionada.

-¡No, no es eso! Aún somos muy jóvenes y hace poco que nos conocemos..Es solo que ayer hablábamos sobre el futuro y sobre tener bebés... En nuestro caso no podremos tener hijos juntos.

-¿Porque dices eso? Acuérdate que no eres humana del todo.

-Según Lucy mi parte angelical es insignificante...Además, ¿crees que un demonio y un angel podrían procrear?¿No son biologías totalmente diferentes?

-Que yo sepa nunca a pasado.Pero que nunca haya pasado no significa que aun no pueda pasar.- dijo Mery agarrándole de la mano fuertemente - Vosotros no os rindáis y cuando lo queráis intentar, me avisais, pondremos muchas velas y haremos muchos rezos. ¡Que ganas tengo de ser abuela! - se alejó ilusionada dejando a Sam perpleja.

Solo era una pregunta, no he dicho que queramos ser padres..No aún.

***

Tobías y Ángel llevaban más de media hora haciendo pequeños cortes para infectar la sangre de Joseph siempre que lo habían hecho funcionaba. No entendía porque tardaban tanto con Joseph.

Después de provocarle un centenar de cortes Tobías empezó a sentirse mareado, era una sensación rara que nunca antes había sentido.

Fue a buscar una botella de agua para hidratarse cuando se encontró a Sam de pie en la cocina improvisada, ayudando a su madre a preparar unos sándwiches.

Se puso detrás de ella, abrazándola , enterrando la cara en su cuello empezó a inspirar su dulce aroma.

-Hueles tan bien. - le susurró.

-Será una broma. - le dijo Sam riendo.-Hace días que no me baño. Y gracias a dios que tu padre trajo el baño portátil, sino no se como lo habríamos hecho.

Tobías estaba escuchándola hasta que de repente empezó a sentirse aún más sediento, la jaqueca era más fuerte y cada latido de su corazón lo estaba incitando a beber, a beber de ella.

Asustado por el rumbo que tomó sus pensamientos se alejó bruscamente de ella empujándola, de tal manera que Sam se cortó con el cuchillo que tenía en la mano.

-Dios, lo siento Sam. ¿Estás bien? - le preguntó Tobías cogiéndole la mano para ver el corte.

Mery fue a buscar el botiquín, mientras Tobías le inspeccionaba la herida.

Entonces al ver sangre en el dedo de Sam, su boca empezó a babear. Sam se dio cuenta de algo aún más tenebroso, sus ojos se habían vuelto rojos.

Asustada por que alguien lo viera, se acercó a él abrazándolo fuertemente, ocultando su rostro.

-Tobías. Tus ojos. Reacciona. - le susurró al oído mientras lo arrastraba a otro lado del sótano donde no había nadie. - Estamos encerrados con cazadores. No me hagas esto. Aquí no. Venga cambia esos ojos.

Al ver que Tobías no reaccionaba y seguía mirando su dedo ensangrentado, Sam se armó de valor y le dio una fuerte bofetada que resonó en todo el sótano.

El impacto sorprendió a Tobías haciendo que reaccionara de inmediato volviendo a la normalidad.

-Auch! - dijo tocándose la mejilla - Te he dicho que a sido sin querer.

Sam alegre de que volviese a ser el, se abalanzo hacia él y lo abrazo fuertemente. Entonces le explico lo que había pasado.

-No puede ser..¿Porque me esta pasando esto?- dijo Tobías sorprendido.

-Según nos explicó Lucy mi sangre es muy adictiva. Es posible que vuelva a pasarte.

-Entonces quiero que vayas siempre armada. - le dijo Tobías dándole su daga mística. - Llévala siempre encima.

-No voy a atacarte con tu propia daga. - le dijo Sam.

- Cualquier demonio que te amenace, coge la daga así - enseñándole como se coge - y haz toda la presión de tu cuerpo apuñalando aquí - poniéndose la daga en el corazón - De una puñalada en el corazón podrás matar a muchos demonios, y al que no mates al menos te dará tiempo para huir.

-No es necesario Tobías. No voy a apuñalar a nadie. Y menos a ti. ¿Sabes lo que me costo coser tu corazón la última vez? No voy a volver a hacerlo.

-Espero que no te haga falta usarla nunca.Pero por si acaso prefiero que estés protegida. - le dijo dándole un beso en la frente. - Incluso de mí.

-Hermano, tenemos un problema. - los interrumpió Ángel.

-Qué ocurre?

-No funciona. No puedo echar al demonio de papa.  

¿Ángel o Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora