Capítulo 14

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Sam despertó tumbada en la cama junto a Tobías, tapada con una ligera sábana con el cuerpo dolorido mientras recordaba lo sucedido la noche anterior.

Tobías literalmente le había arrancado el vestido, haciéndolo pedazos.

Le había roto los botones de su vestido liberando sus pechos mientras la penetraba ferozmente una y otra vez. Sam había probado posturas que desconocía, posturas que le habían avergonzado pero también disfrutado enormemente.

Se giró en la cama mirando a Tobías el cual dormía profundamente boca abajo. Aprovechó ese momento para ver sus heridas, la noche anterior no había vuelto a hablar de ellas, no le había dado ninguna explicación ni le había dejado curarlas.

¿Quién podría haberle hecho eso?

Su parte médico salió a la luz, toda su espalda estaba manchada con sangre, debía limpiar y desinfectar los desgarros.

Se levantó de la cama sigilosamente, había pensado en ponerse de nuevo su vestido, pero estaba totalmente desgarrado en el suelo, por lo que cogió una sencilla camiseta blanca que había en una de las sillas y se la puso.

Salió de la habitación buscando en muebles y armarios algunas vendas o alcohol que poder usar, todo en el ático parecía nuevo. No encontró lo que buscaba, en cambió al abrir un cajón encontró una pequeña y desgastada foto de tres niños.

Los tres niños tendrían entre 8 y 12 años, dos niños y una niña, se encontraban en un enorme campo de amapolas, pero lo más impresionante es que los tres tenían unos preciosos ojos azules muy parecidos entre ellos. ¿Serían hermanos?

-¿Voy a tener que atarte? - le susurro Tobías asustandola.

- Pensaba que estabas dormido.

- Lo estaba, pero hay un ratón en mi casa cotilleando mis cosas. - le dijo Tobías quitándole la foto de las manos.

-Lo siento si te he despertado. Estaba buscando vendas y algo de alcohol.

- Prefiero café. - le dijo bromeando mientras le daba un ligero beso.

- ¿Sabes que voy a curarte esa espalda,verdad?

- Están en el cuarto de baño.

-Buen chico. - le dijo Sam devolviendole el beso y dirigiéndose al baño.

Lo que no sabía es que Tobías la estaba siguiendo. Cuando Sam empezó a buscar en los cajones noto como las fuertes manos de Tobías la rodeaban y levantaban, metiendolos a ambos en la ducha.

-¿Pero qué haces? - gritó Sam mientras Tobías dejaba correr el agua.

-¿Pensabas que iba a ser tu perrito faldero? Te lo dije, yo soy un chico malo.

- Tu lo que tienes es mucho morro.

Le dijo dejando que el la desnudase en la ducha y besara su espalda.

-Tu tienes que ducharte y yo también. - susurro entre besos.

-Cierto, pero no hace falta que nos duchemos juntos. - le dijo cerrando la cortina dejándolo fuera de la ducha

-Le quitas la diversión a todo. - dijo Tobías haciendo un puchero.

Sam aun estaba riendo cuando Tobías salió del baño.

Había ganado esta batalla pero no la guerra.

Una vez sola bajo el chorro de agua caliente empezó a enjabonarse de arriba abajo estremeciéndose cada vez que tocaba algún moratón.

Realmente ha sido sexo duro y descontrolado.

Cuando salió de la ducha se encontró con un suave vestido azul colgado de una percha juntamente con algo diminuto que simulaba ser ropa interior.

Agradecida y sorprendida de que Tobías le hubiese buscado ropa se puso el vestido, dejando la insinuante ropa interior, y salió del baño.

Al salir escucho una notas sonar, la música venia de una habitación, se adentró en ella para ver a Tobías tocando algunas teclas de lo que era un enorme y precioso piano.

-¿Tienes un piano? - preguntó sorprendida acercándose a él.

-Tengo un piano.

-¿Sabes tocar alguna canción?

-No.

-¿Estás aprendiendo

-No

-¿Y entonces porque tienes un piano?

-Porque puedo. - le dijo de manera arrogante viendo como llevaba puesto el vestido que él le había preparado. - Te queda bien.

-Muchas gracias por el vestido. ¿ De dónde lo has conseguido?

-Soy un demonio. Tengo mis trucos. - le dijo guiñandole un ojo y levantándose del piano. -Ven. El desayuno está listo

Ambos se dirigieron a otra parte del ático que Sam no había visto, una pequeña azotea en el piso superior llena de flores con dos sillas blancas y una pequeña mesa llena de comida.

-¿Como tienes un ático tan impresionante?

- Trabajando.

-¿Trabajas?- le preguntó sorprendida mientras tomaba asiento.

-Si. Pero no como tu crees.

-¿Cómo crees que creo?- le dijo sentándose frente a él y cogiendo una taza de café.

-Creo que crees que tengo algún trabajo humano. No soy oficinista, ni profesor, ni policía, ni político..Nada que puedas imaginar.

- ¿Y a qué te dedicas?

- Mató a personas.

Sam se atragantó.

-¿Como que matas personas?

-Soy un demonio. Muchas personas hacen pactos conmigo con tal de deshacerse de alguien.

-¿Y tu lo haces?

-Es un trabajo. Y uno muy bien pagado. - le dijo Tobias mientras se comía unas tostadas con total naturalidad.

Como si no le acabase de confesar que era un asesino.

-¿Y no te importa a quién matas?

-Aveces me preocupa más a quién no mató. - susurró. - Soy un demonio Sam. No te sorprendas tanto.

-¿Pero no te importa esa gente? Podrían tener familia..

-Lo sé. Y no, no me importa nadie más que yo.

-¿Y qué hay de la foto que vi antes?- recordando a los tres niños.

-No es de tu incumbencia.

-¿Sino te importa nadie porque guardas esa foto?¿Por qué eres bueno conmigo?

-Yo hago pactos con la gente. Tu quieres uno. No soy bueno contigo, solo soy profesional.

¿Profesional? Y una mierda.

-¿Como sabes que quiere un pacto contigo?

-Porque sino no te habrías arriesgado a venir a mí.¿Qué es lo que le quieres pedir a este demonio, Sam?

Entonces Sam, decidida a ser ''profesional'' sacó el historial medica que traía guardado en su bolso y toda la información de su móvil.

-Ya sé quién es la niña del cementerio. Su nombre es Zoe Marshall. Hija de Lena y Ben Marshall. La policía cree que el padre ha secuestrado a la niña, pero no a sido el padre, sino un demonio. Su madre fue asesinada brutalmente, la torturaron desangraron y le arrancaron el corazón. Esa niña lleva un mes desaparecida, seguramente un mes poseída. Quiero que me ayudes a encontrarla.

-¿Para matarla? - preguntó Tobías mirando la foto.

-No, para salvarla.

¿Ángel o Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora