ChloeDías, semanas, meses.
Todo eso fue lo que nos tomó para poder localizar cada pequeño e insignificante cambio en mi cuerpo, cada líquido que calló sobre mi y cada cambio que ocasionó. Íbamos y volvíamos del laboratorio día tras día sin éxito, caras largas, hombros caídos y ojos sin esperanza, pero nunca nos rendimos. Luchamos por todo ese lapso de tiempo y sólo hasta unos días fue que logramos combinar la perfecta mezcla, o por lo menos lo más asemejada que se pudo, y justo cuando me la iban a derramar sobre mi pelaje... Sucedió.
Delgado salió corriendo despavorido de entre las manos de un compañero y accidentalmente chocó conmigo y con la chica que cuidadosamente trataba de colocarme la mezcla. La chica de pelo rizo que sostenía el líquido soltó el contenedor que tenía la cura y éste calló sobre ambos.
-¿Qué rayos pasó?-pregunté un poco enojada. Pero al ver como de repente Delgado perdía pelo y su hocico se encogía, además de que su postura se volvía extraña.
-¿Qué pasa con tu cuerpo?-ambos hablamos a la vez y nos miramos confundidos, rápidamente observé mis patas, las cuales comenzaban a alargarse y separarse, logrando formar una mano llena de pelo con garras.
Antes de que lo supiéramos ya comenzábamos a ser humanos. Yo, en un rápido pensar, le arrebaté al bata de laboratorio a la chica que todavía estaba en el suelo y me la coloqué, cubriendo mi cuerpo que pronto estaría desnudo, y gritando a alguien que le diera algo a Delgado que ahora comenzaba a tomar al forma de un humano, uno desnudo.
Ya cuando ambos estuvimos cubiertos todo se mantuvo en un largo silencio, en donde lo único que todo ser el la sala podía hacer era observarnos con diferentes emociones.
Cuando por fin pude más o menos abotonar la larga bata con mis manos temblorosas, me levanté y caminé despacio hasta el chico de ojos ámbar y cabello negro que miraba sus manos confundido.
-¿Delgado?-el chico miró en mi dirección, su ceño frunciéndose y su ojos volviendo a caer sobre sus extremidades.
-Chloe, ¿por qué tengo esto?-extendió sus manos hacia mi con cara afligida. Yo solo sonreí y tomé sus grandes manos entre las mías.
-Eres un humano-susurré emocionada, imaginando las cosas que podríamos hacer juntos ahora que no era un can. Mas su cara no se mostraba del todo contenta con la noticia.
-No... No, yo soy un perro, tengo a mis amigos y...-miró a su alrededor y se levantó de golpe, tratando de caminar y tambaleándose, extendiendo ambos brazos hacia los lados para lograr volver a tener balance.
Rápidamente me acerqué y pasé mi brazo sobre su cintura y lo ayudé a volver a tener el control, él rápidamente se aferró a mi como si fuera su salvación.
-Tranquilo, un paso a la vez. Sigue el ritmo, es natural.-Sonreí recordando aquella vez que él tuvo que ayudarme a caminar en forma de perro, había sido un desastre.-¿Ves? Ahora yo te ayudo.
Él me miró de reojo, riendo un poco nervioso.
-¿Qué se supone que haga ahora? Soy un humano-sonreí tratando de mostrarle mi apoyo al ver sus ojos tristes y agitados-T-tengo amigos, me gusta ser un perro.
-Tranquilo, iremos a casa y mañana a primera hora estaremos aquí, trataremos hacer las mezclas lo más rápido posible.-dije, eran casi las diez de la noche y todos estábamos cansados.
Y así fue como fuimos a nuestra casa.
Pasaron muchas cosas en todo el proceso de la mezcla de los líquidos que volverían a tornar a Delgado en un perro. Resultó ser que quedó encantado ser un humano y al final no estaba seguro de si quería volver a cambiar después de los tres meses que fue humano. También resultó que algo más que una amistad surgió entre nosotros, creo que desde que me convertí en perro la chispa ya había comenzado a formarse. Y es que no pude evitar enamorarme de su gentileza, de su forma brusca de jugar o de su actitud positiva y juguetona, su cabello negro y esos ojos brillantes que me miraban con amor cada vez que se posaban sobre mi, aveces era como un osito que abrazaba todo el día. Y realmente no quería que volviera a su forma animal.
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Convertirse en perro
RastgeleHola, me llamo Chole, tengo 17 años y vivo en Minnesota. Tengo un perro llamado Delgado es un Pastor Alemán, de todos, él es mi mejor amigo, le debo mucho. Ha hecho que deje la timidez atrás y cumpla mis sueños, es lo más importante que hay en mi vi...