Capítulo 2

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Capítulo 2

Alex POV

—¡¿Qué rayos has hecho?! ¡Dímelo! —le grité a Nessie en el rostro, ella temblaba, estaba a punto de llorar, y no era para menos.

Me encontraba desquiciada, faltaba poco para que cometa alguna estupidez. La tenía acorralada entre la pared del taller mientras con una de mis manos sujetaba con fuerza su cabello, y con la otra le apuntaba en la cien con un arma nueve milímetros, ¿de dónde la había sacado? Ahora no importaba.

Mis padres, hermanos y amigos estaban detrás de mí, intentando que me calmase. Aunque a decir verdad no los escuchaba. Solo quería respuestas, la necesitaba antes de entrar a la locura por completo.

Alejé el arma de ella y disparé contra una pared, ella abrió grande sus ojos, sabía que en cualquier momento se desmayaría. Volví a colocar el arma en su cien, muy despacio.

Dime. Qué. Rayos. Has. Hecho. —le hablé despacio, acentuando cada palabra.

Pero antes de que ella pudiese hablar, me vi en el suelo. Leonid estaba sobre mí y me había logrado quitar el arma.

—¡Lárgate de mí vista! ¡No quiero volver a verte! ¡Vete! ¡Maldigo la hora en que te conocí! ¡La maldigo una y mil veces! ¡Desaparece! —me encontraba histérica, frenética. No lograba controlarme, en cualquier momento saltaría sobre Nessie para romperle el cuello, si mi hermano me soltaba.

Después de tantos años, después de tanto dolor acumulado. Sentía que mi corazón poco a poco iba oscureciéndose por completo. Todos estaban bien o felices a su manera, y me alegraba por ello, eran mi familia o amigos, pero, me encontraba en un eterno sufrimiento por no poder estar junto a la persona o, mejor dicho, inmortal, a quien amaba.

Mi amiga Alma se había convertido en una estupenda diseñadora de modas, era reconocida en muchos países. Sus diseños eran únicos, de alta costura, finos y elegantes. Se casó con Ben, e hicieron una impresionante fiesta. Prácticamente medio mundo, estuvo allí metido. Y mi amigo Ben, logró convertirse en un Chef de renombre internacional, poseía su propio restaurante. Y su pequeño hijo, Emmett dentro de nada cumpliría cinco años, me sorprendía que el niño no haya nacido con escamas, con lo descontrolados que eran aquellos dos. Hasta Nessie consiguió estar tranquila y ser feliz a su manera, sin embargo, me encontraba en un eterno remolino de tristeza que enmascaraba con mi sentido del humor negro y mi carácter serio. Mis padres lograron volver a estar juntos después de tantos años de sufrimientos, mis hermanos a pesar de que no se habían casado, estaban felices con sus vidas.

—Alex...—murmuró Nessie.

—¡¡Desaparece!! —rugí mientras sentía como Leonid sujetaba con fuerza mis brazos.

Nessie comenzó a llorar, Alma la sacó de allí. Se la llevaron de mi casa, lejos de mi vista. No supe cuánto tipo había pasado, pero aún seguía en la misma posición. Mi hermano, no me soltó. Cerré mis ojos con fuerza y comencé a contar hasta diez. Al terminar abrir los mismos nuevamente despacio.

—Leonid, suéltame —pedí, pero no lo hizo.

Me conocía muy bien y sabia, que, si me soltaba, iría tras de Nessie. Chico listo. Cerré mis ojos de nuevo mientras escuchaba como mis padres intentaba calmarme.

Después de aquel ataque con el vampiro, me quedé en el suelo por unas dos horas. Estaba asimilando lo que había pasado, en ese periodo un coche de la policía me encontró, como no hablaba, pensaron que me habían querido agredir sexualmente, preferí no decir nada. Luego de llamar a una ambulancia y del protocolo necesario, llamaron a mi familia. Todos fueron, incluidos mis amigos, pero seguí sin decir nada, ellos sabían que algo más pasó. Al llegar a casa directamente fui a mi habitación, quería y necesitaba, estar a solas.

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