Mundos Cruzados

Capítulo 22

Capítulo 22

Alex POV

Y aquí estaba, mirando como una desquiciada el maldito lego, esté se encontraba en la biblioteca de mi habitación. En un alejado rincón, entre dos libros y debajo de uno. Pareciera que estuviera dentro de una casita.

Quería dejar de pensar en Christopher, pero me era imposible, no entendía por qué no se me salía de mi cabeza, y en el fondo agradecí que nadie pudiera leer mis pensamientos. Recordé la reunión en el gran salón antes de su partida, llegó para presentarse oficialmente con Aro, Eleazar los presentó y después de leer sus pensamientos se quedó gratamente sorprendido. No lo dijo, pero sabía que Aro, deseaba a Christopher en la guardia, solo rogaba que jamás aceptará porque el día que pisará un pie en Volterra, ya no volvería a salir, y no lo decía por Aro, sino por mi Demetri.

De todos los dones que pudiera existir, justamente tendría que ser otro rastreador, solo con la diferencia que rastreaba objetos. Tenía sentido, ya que logró encontrar mi pequeño lego cuando fue humano. Aro le ofreció quedarse, pero él muy amablemente lo rechazó, aunque dejó claro que, si necesitaba su ayuda, lo podrían llamar porque yo, estaba en su guardia.

—Adelante —dije antes de que la puerta fuera golpeada a la vez que me giraba. Entró Damien, con su amable sonrisa como siempre, tuve que sonreírle también.

—Hermano —murmuré mientras cerraba la puerta —tengo una idea —me senté en el sofá que había en la habitación, él hizo lo mismo —Christopher me ha contado que bebe sangre humana pero comprada, y como sé que a ti, suele dolerte cada vez que debes alimentarte, podrías beber sangre comprada. 

—No me desagrada la idea —murmuró —Pero, ¿y Aro?

—Podemos hablar con Demetri y Jane, así ellos pueden hablar con él. ¿De acuerdo?

Él asintió con una sonrisa, pero no pudimos seguir hablando ya que la puerta de mi habitación fue abierta de golpe, entro Nikolay con una sonrisa, no dijo nada, solo me tomó de la mano y me arrastró fuera de la habitación.

—Hey, ¿qué te ocurre? —pregunté mientras íbamos volando por los pasillos. Damien venía detrás nuestro.

—Te encantará es una sorpresa... —No dijo más, simplemente llegamos los tres a la puerta principal. Y al ver lo que estaba frente a mis ojos, prácticamente me quedé en shock.

Cientos y cientos de rosas rojas, en muchos floreros y canastas, distintos arreglos florales, algunos en formas de corazones, pero todos de rosas. Realmente era hermoso.

—¿Y todo esto? ¿Para quién es? —pregunté incrédula.

Toda la guardia estaba allí y muchos reían, otros solamente estaban mirando a Demetri que se encontraba serio mirando a las flores.

—Mi dulce y tierna hermanita —dijo Leonid que reía junto a Jane —todo esto...—señaló con su brazo a las rosas —es para ti, y no, no fue el Conde de almas perdidas —miró a Demetri y rió más fuerte.

—Muy cierto —Nikolay fue al centro, por suerte las puertas estaban cerradas —y esto, es solamente para ti —sacó de su bolsillo un hermoso sobre color rosa, lo abrió y de allí sacó una papel también rosa y lo desdobló —lo voy a leer —se aclaró la garganta —Mi dulce y tierna Alex... —comenzó a leer el bobo de mi hermano—Ayer me dijiste que hoy, hoy me dices que mañana, y mañana me dirás que ya no te da la gana. Aquí yo estaré cantando, cantando hasta el amanecer, para que las flores secas vuelvan a revendecer. ¿Cuándo será ese cuándo y esa dichosa mañana qué nos lleve a los dos el chocolate a la cama?