Capítulo 9

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Capítulo 9

Alex POV

Aro me miraba sonriendo, Cauis intrigado y Marcus sin expresión, como siempre. No me moví de donde estaba, en estos días me di cuenta que no debía hacer ningún movimiento a los principales, sin previo aviso.

-Acércate querida -dijo Aro.

Poco a poco comencé a acercarme a ellos, sus guardaespaldas me rodearon sin estar demasiado cerca.

-Hemos hablado con mis hermanos -continúo Aro -a pesar de que Demetri no dijo nada de tú existencia, has terminado aquí, con nosotros, ya has declarado que tienes intención de quedarte, ¿sigue siendo de esa manera? -asentí-No preguntaré que ha pasado, ni a tí, ni a Demetri, sin embargo, si olvido esa pequeña parte de tu vida humana...

-Aceptarás quedarte aquí, no irte -sentenció Cauis.

-Por supuesto, no tengo intención de abandonar este lugar, Demetri tampoco. Me quedaré aquí, siempre y cuando el pasado se quedé allí. Tienen mi palabra -Afirmé.

-Siendo de esa manera -Aro sonrió satisfecho -serás parte de la guardia -no pude evitar sonreír -es recomendable que no salgas del castillo. Y lo más importante, tienes un don muy especial -me miró intrigado -debes aprender a cómo usarlo, entrenar diariamente. Estos meses serán lo mejor.

-Y no debes equivocarte -dijo Cauis mirándome -los Vulturis no damos segundas oportunidades y tú como uno, debes ser un ejemplo.

Asentí despacio.

-Me gustaría saber algo...

-¿El qué, querida?

-Transformarán a mi hermano Damien, ¿no es cierto? -Aro rió suavemente y asintió -ya han partido a buscarlo.

-No tengo idea si él querrá quedarse aquí -murmuré con sinceridad.

-Ya habrá tiempo para pequeños detalles. -dijo Aro -Demetri se encargará de tu entrenamiento, ahora puedes irte también.

Me hubiese gustado decir más cosas, pero no lo hice. No era el momento, y lo más importante que durante un tiempo Aro, no indagaría sobre mi vida como humana, lo que me daba tiempo a descubrir lo qué había pasado. Salí de allí rápidamente.

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Estaba lista mentalmente para lo que me enfrentaría con Leonid y Demetri, sin embargo, la realidad superó mi expectativa. Ambos estaban sujetados por otros vampiros, se gruñían como si quisieran matarse, abrir la boca para hablar, pero volví a cerrarla, la verdad no sabía qué decir. Todos estábamos en la última estancia, está se encontraba debajo de los calabozos, y se usaba para entrenamiento, según me había dicho Demetri. Era inmensa y no me extrañaría que ocupara toda la ciudad.

Ambos lograron soltarse y fueron uno contra el otro, chocaron, y comenzaron a pelear, eran rápidos, aunque debía decir que Leonid era más rápido que Demetri, pero eso se debía a nuestra condición de neófitos. Algunos vampiros quisieron ir para separarlos, pero Alec negó levemente había una sonrisa en sus labios, se estaba divirtiendo. ¿Y quién no lo haría? Un viejo Vulturi contra un neófito que sabía cómo defenderse y pelear cuando era humano, era interesante saber quién ganaría.

Muchos comenzaron a murmurar entusiasmado, otros hacían apuestas. Y todavía Leonid no sabía lo de Damien, allí seguramente me mataría o haría el intento. ¿Podría culparlo? Por supuesto que no. En esos momentos otras vampiresas llegaron, las esposas de Aro y Cauis junto con más guardaespaldas.

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