Capítulo 33

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Capítulo 33

Alex POV

Hospital Central de Buenos Aires. Argentina. Décadas después...


Una fría y tormentosa noche recién comenzaba. Todos nos encontrábamos serios, era un momento sumamente triste, mi padre estaba muriendo.

Damien logró ver su muerte, al saberlo, nos comunicó a todos. No pedimos permiso a Aro, para verlo, simplemente le avisamos. Solo ocurrió una vez, años atrás, con la muerte de mi madre. Y ahora, junto a mis hermanos, Demetri, Jane, Alec y Ness. Estábamos esperando que nos vinieran a buscar para lograr entrar. Llevábamos esperando unos quince minutos fuera de unas de las salidas de emergencia del hospital. Aquí mismo trabajaba Carlisle hace pocos años, en el turno nocturno.

De un momento a otro la puerta fue abierta, y vimos al líder de los Cullen. Entramos rápidamente y él volvió a cerrar la puerta.

—Hola Carlisle —murmuré junto a los demás. El como siempre, correspondió el saludo con una sonrisa.

En pocos segundos llegamos a la planta donde estaba mi padre, junto con otros pacientes, todos en diferentes habitaciones. Allí estaban el resto de mis amigos, mi hermano que nació después de que nosotros fuimos convertidos. Y por supuesto, Sam, el gran amigo de mi padre.

Alma, Ben y su hijo Emmett, nos saludaron, esté se había convertido en un gran hombre, un poco atolondrado, pero no lo podíamos culpar sabiendo quienes eran sus padres. Con el tiempo, se supo de la verdad. Nuestro hermano y el muy tonto fue a fijar sus ojos en unas de las guardias de Aro. Otro problema, que después tendríamos que solucionar.

—Hola Alex —murmuraron Edward y Emmett a la vez, solo sonreí débilmente, no estaba de ánimos para más nada.

No solo estaban ellos, sino el resto de los Cullen. Hasta la hija de Edward, Nessie y su chucho. Con el tiempo aprendí a soportar su olor.

—Ya está todo listo —murmuró Carlisle asentimos y fuimos detrás de él.

Entramos con Leonid, Nikolay, Damien, Demetri, Ness, Alma, Ben. Edward y Emmett. El restó quedaba fuera, Carlisle al entrar todos, volvió a salir. Al momento usé mi escudo para evitar que alguien nos escuchara. Los cuatro nos acercamos a su cama y la rodeamos. Mi padre había envejecido, tuvo una vida larga y feliz. Llenas de aventuras y dolor. Como siempre era. Sin embargo, llegaba a su fin. Su corazón estaba débil, y todos sabíamos que no aguantaría demasiado.

En un momento, llegamos a pensar en convertirlo, pero descartamos aquella idea. Él, no lo quería, deseaba seguir siendo humanos. Y lo respetamos.

Ahora todos estábamos aquí con una gran curiosidad sin saber por qué le pidió a Carlisle que nos hiciera entrar a nosotros. Poco a poco fue abriendo lo ojos, y al vernos sonrió, quiso hablar, pero negué rápidamente, igualmente él insistió.

—Hijos míos...—murmuró débilmente —los demás, deben acercarse...

Al momento el resto se acercó, todos lo mirábamos fijamente expectantes.

—Padre, no debes hablar, no debes esforzarte —murmuró Damien sujetando una de sus manos.

Leonid que estaba a su lado tocó su brazo, hice el mismo gesto que Damien y Nikolay el mismo gesto que Leonid.

—Debo confesarle algo antes de morir —murmuró mirándonos a todos —Hace años, cuando nuestra querida Ness pidió que volvieran a su historia, esa misma noche, yo deseé y rogué que mis hijos no sufrieran, en especial mi querida Alexandra —susurró apenas mi padre...

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