Capítulo 7

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Capítulo 7

Alex POV

Decirme estúpida era poco, aunque para mi defensa se me había escapado, y cada vez que me encontraba relajada pasaba lo mismo, hablaba de más. ¿Relajada con Lucifer y sus secuaces? Por extraño que pareciera, así era.

Luego de aquello, Aro se retiró junto a sus hermanos. No dijo nada. Lo cual, suponía, que era peor. Demetri sujetó mi mano, y nos fuimos de allí, hasta su habitación. No dije nada, él tampoco. No podía dejar de pensar en lo estúpida que había sido, había condenado a mi hermano. Y lo peor de todo, que lo había hecho sin saber qué paso.

—Alexandra —Demetri me llamó, y me giré. Ambos estábamos solos en su habitación —tienes que aprender a controlarte.

—Ya lo sé —murmuré mientras giraba para enfrentarlo. —Todo esto es demasiado nuevo, no entiendo lo qué ha ocurrido, quiero hablar con mis padres y aún más ahora que Leonid está aquí, y quiero verlo.

—Descubriremos juntos lo que ha pasado —sus manos fueron a mi cadera—no puedes hablar con nadie que te haya conocido, Aro no lo puede saber —enfatizó cada palabra—y cuando tu hermano se despiertes, hablarás con él.

Sabía que Aro no podía enterarse, pero descubriría la manera de hacerlo.

—Leonid me matará —lo miré mientras lo abrazaba—mira lo que he hecho, ¿sabes lo qué hará, Aro con Damien?

—No voy a mentirte, seguramente querrá convertirlo.

—Soy una estúpida.

—Por supuesto que no lo eres —sentí como besó mi frente, tuve que sonreír.

—A pesar de todo, me alegra tenerte aquí —murmuré abrazándolo con fuerza.

Auoch...

—El poderoso Demetri Vulturi se queja de un simple abrazo —no pude evitar reírme.

—Ahora eres fuerte —murmuró y besó una de mis manos—solo tienes pocas horas de despertar

—Lo sé —no pude sonreír ampliamente.

—Iré a cambiarme y luego quiero que conozcas el castillo...

Lo besé en los labios sin contenerme, lo quería, lo necesitaba, no me interesaba conocer el castillo, Demetri me correspondió el besó llevando una de sus manos a mi espalda, al siguiente segundo ambos estábamos sobre la cama. Llevé mis manos a su camisa y la abrí de una sola vez, admiré su perfecto torso, era aún mejor de cómo lo recordaba, llevé una de mis manos a sus abdominales marcados, recorriéndolo con mis dedos, poco a poco fui subiendo, en su torso había cicatrices, antes podía verla, pero ahora todo estaba con mayor nitidez. Llegué a su cuello, y levanté mi vista para admirarlo de nuevo, era tan sumamente bello y perfecto. Algunos de sus cabellos caían rebeldes sobre su rostro. Me sonrió, con aquella sonrisa que tanto me enamoraba.

No sabía que día estaba, no sabía que ahora era. Estaba completamente enamorada de Demetri. Y ahora no habría quien se interpusiera. Volvimos a besarnos, mi ropa desapareció en pocos segundos como la ropa de él, sentíamos nuestras manos recorrer cada centímetro de nuestro ser. Después de tantos años sola, después de noches y noches sin lograr dormir pensando en él, por fin estábamos juntos. Los dos. y tenía el presentimiento que está vez sería para siempre.

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—No me creo que hayamos roto la cama —murmuré riéndome mientras Demetri terminaba de cambiarse, en cambio yo simplemente estaba envuelta en una sábana de seda negra.

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