Capítulo 3

521 38 0
                                    

"Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue; pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo." (Platón)

Capítulo 3

Alex POV

La gran mayoría de las personas temen a la muerte, es algo a lo que no se han enfrentado, es misterioso. ¿Y quién no teme a lo desconocido? Somos seres humanos y es completamente racional como entendible, reaccionar con temor. El miedo es una emoción básica, asociado al instinto de supervivencia del hombre primitivo, acompaña al hombre a los peligros que lo rodea en su vida diaria. Nacimos para morir, cada segundo que pasa y cada respiro que damos, nos acerca más a ella. A la muerte. Al fin.

Dicen que el ser humano nace con dos miedos innatos, que es el miedo a las caídas y a la oscuridad. Los otros son aprendidos por la sociedad en la que crecimos y vivimos. Los Vikingos no temían a la muerte, pero ¿qué puedo decir yo? No soy una psiquiatra, psicóloga o neuróloga. Simplemente he leído suficiente para captar algunas cosas de la vida.

Sin embargo, nunca temí a la tan misteriosa muerte, siempre tuve presenté que era parte de la vida. Estaba consciente que la inmortalidad no existía, aquello lo dejaba para los libros de fantasía y no para la realidad racional. Aunque me hubiese gustado morir por una buena causa, como salvar la vida de un ser querido, y no porque un maniático, que me secuestro. ¿El por qué lo hizo?, tenía el presentimiento que pronto lo descubriría.

El taxista murió, había mucha sangre, fue lo que vi antes de perder la conciencia, y ahora estaba en algún lugar. Por lo menos si moría comenzaría mi venganza junto a Lucifer, si señor. Pasaría la eternidad en el infierno, pero al menos, me vengaría de muchas almas.

Me dolía todo el cuerpo, no sentía hueso roto, pero si sentía como si un elefante hubiera caminado sobre mí. La cabeza se me partía de una fuerte migraña, desde que se fue Demetri siempre era así, pero en estos momentos lo sentía muchísimo peor. Como si un taladro estuviera dentro de mi cabeza y no dejara de funcionar.

Estaba colgada, mis muñecas por arriba de mi cabeza y mis pies colgados, no tocaban el suelo. Me encontraba consciente, pero mis ojos cerrados, poco a poco fui abriéndolos y me encontré en una fábrica abandonada, levanté mi cabeza poco a poco, y frente a mí me encontré con un inmortal.

'Lo bueno de todo esto, es que no estoy soñando' - me dije a mi misma.

El vampiro sonrió ampliamente al ver que lo miraba, dejando mostrar sus colmillos. Como si aquello me diera miedo de alguna forma.

-No veo temor en tus ojos, pero ¿por qué lo tendrías? -dijo sin dejar de sonreír alzando frente a mí el escudo que Demetri me dio antes de partir. -Si, ya has conocido a un Vulturi y nada menos que a Demetri -se rió -esos Vulturis deberían morir, uno a uno... pero en cambio, cada vez se hacen más poderosos -dijo con rabia mientras apretaba más el escudo, no pasó mucho tiempo que este se partió y cayó al suelo.

-No...-murmuré con un hilo de voz lo que le hizo reír más, sentí unas lágrimas bajar por mis ojos. Sentí dolor, pero no físico. Era un recuerdo que siempre tuve junto a mí. Era parte de mí, y al ver como se partió sentía como una parte de mi corazón terminaba volviéndose oscuro.

-¿Lloras por esa bestia? -dijo con rabia y en un segundo sujetó mi cuello - veremos si también lloras mientras te desmiembro poco a poco -acercó su rostro al mío-de la misma manera que el muy imbécil lo hizo con ella.

Tuve que reír amargamente, a pesar de todo estaba feliz. Demetri existía. No estaba loca. Pero aquello a mi atacante le pareció frustrante ya que llevó una de sus manos a mi brazo y con facilidad lo partió, me tragué mis gritos, sentía un dolor inmenso, pero no le daría la oportunidad de verme sufrir.

Mundos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora