04.

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-¡Auron! ¡Vamos, sal! Acompañame a cazar un rato. Alexby viene con nosotros.- dijo Fargan mientras tocaba la puerta.

Los dos amigos esperaban fuera de aquella casa tridente, a pesar de todo lo que habia pasado, entre los dos policias y el juez no habia problemas, se llevaban bien.

Pero aún cuando su relación amistosa parecia ser muy estable, Auron nunca habló con ellos tras el juicio. Como policias estuvieron presentes en el juicio, pero no pudieron decir nada.

Fargan volvió a tocar la puerta, aún con esperanzas de que el dueño de aquella peculiar casa, saliera. Pero ambos ya sabian que era en vano todo, pero el buho no quería perder la esperanza.

-Fargan, no creo que salga.-dijo Alexby.

-Que va, esperemos un poco más. Quizás esté recién saliendo de la ducha. Deberíamos llamar a Mónica, quizás ella si nos deje pasar.-

Alexby puso una mano en el hombro de Fargan y este le miró. Luego entendió aquel gesto.

-Oh... cierto, lo olvidaba.-

-Dejemosle unos carteles y vamos a cazar, ¿Vale?-

-Supongo.-

Ambos dejaron un cartel cada uno, dandole ánimos a su amigo. Luego se retiraron.









Mientras, dentro de aquella casa tridente, se encontraba un Auron recostado en la puerta de su entrada, básicamente tirado en el suelo.

Quizás llevaba la misma ropa de hace una semana, no recordaba.

Sus dias se hicieron hace mucho tiempo grises y monótonos. Siempre era lo mismo.

A veces comía, solo cuando sentía la necesidad. Aunque si fuese por El, preferiría morir de hambre.

Pero sentía que debia cumplir aquella condena llamada vida. Gracias a todo lo que habia hecho, perdió todo. El karma por fín llegó con todo.

Dejaba escapar algunas lagrimas, realmente extrañaba todo. Quería salir y vivir nuevamente, pero parecia que era totalmente imposible.

Fargan y Alexby cada dos dias o casi siempre, venían a invitarle a salir, pero claramente nunca respondía o daba señales de vida.

Su vida solo era vagar de dia y de noche ir al cementerio a lamentarse por horas, hasta las 5 de la mañana del dia siguiente.

Dejaba el cementerio a esa hora para evitar ser visto por los heroes de Karmaland, quería evitar a toda costa la interacción. No tenia humor para hablar, mucho menos para una pelea.

Auron estaba decidido a ir a su sala, pero antes de levantarse, escuchó una voz conocida.

-¿Auron?-Era Luzu.

Pero, tal cual como con sus dos amigos de antes, no iba a responder. Quizás con el tiempo se de por vencido.

-Hace un momento vinieron Fargan y Alex... ¿Siempre que pueden vienen, no? Deben extrañarte mucho.-

Auron se mantenía allí, escuchando. No planeaba contestar, pero no podia irse porque probablemente Luzu escucharia sus pasos. No queria hablar o dar más explicaciones.

-¿Te molestaría si tambien te visito cada cierto tiempo? Como ahora.-

Realmente queria decirle a Luzu que no era necesario, que se olvidara de El y siguiera su vida.

-No contestarás, eso lo se. Así que de todas formas lo haré. Que no se diga que no pedí tu permiso, eh. Lo pedí pero no respondiste.-

Deseaba dejar escapar una pequeña risa ante aquel comentario del intruso, pero se mantuvo callado.

-Bueno, te veo en otra ocasión, Auroncito.- dijo para luego retirarse.

Podía escuchar sus pasos alejarse, así que al dejar de oirlo, se levanto para ir a su sala.

Por un momento, juraba haber sentido cierta calidez. Sí, quizás extrañaba mucho hablar con Luzu, aquellos tiempos donde solo eran ambos. Incluso las veces que le llamaba de aquella forma. También extraba decirle "Mi niño".

Sin embargo, estaban ya en otros tiempos. El mismo habia destruido todo. Incluso su bella amistad con Luzu. Le prometió votar por El. Pero... no quería que su preciado Luzu sufriera en aquel puesto.

Pero todo fue peor.

Fue a su sala de cofres y comenzó a sacar algunos materiales.

Tenía ganas de hacer una pequeña idea que se le ocurrió.

El chico del cementerio. [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora