21.

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Auron corría entre los arboles, su respiración era agitada, y el miedo inundaba su ser.

Luego de ver a Vegetta, con aquella mirada de el día de la catástrofe...

Volvió a sentir miedo, no quería volver a quedarse solo, a sentir aquel dolor tan fuerte en su corazón.

Se caía con una que otra cosa, por su apuro, ganó unos raspones entre esas numerosas caídas, pero le importaba poco.

Llegó a su casa luego de un tiempo y se encerró. Corrió hasta su sala principal y se alivió al ver a Chocoplay.

Rápidamente le abrazo, sin intención de soltarlo pronto.

-Mi niño... estás bien...- Sus lagrimas seguían saliendo sin parar. Ahora se sentía muy aliviado.

Claro, no podía ser feliz, aún no. Puede ser que varios ya le perdonaran, que todo esta bien, pero...

Aún había alguien en Karmaland, con quien necesitaba sanar heridas.















-¿Estás molesto?-Preguntó Rubius.

-Estoy molesto.-Respondió Vegetta.

-Vege, de verdad creo que... deberían hablar.-

-¿Hablar? ¿Con quién?-

-Ya sabes, con... Auron.-

-No tenemos nada que hablar.-

-Vamos, Samuel, enserio.-

-¿Te vas a poner de su lado?-

-No, es solo que...-

-Rubén. No hablaré del tema.-

Rubius suspiró.

-Bien...-

Por más que quiera que Auron y Vegetta mejoren su relación, el de ojos morados se negaba totalmente, y no parecía tener ganar de hablar sobre el tema o siquiera encontrarse a Auron.

Quizás necesitaba más tiempo.



















Auron no salió en toda la tarde, hasta que se hizo de noche.

Habia hecho una nueva habitación totalmente cerrada, imposible de entrar, ya que ni una puerta habia dejado. Todo para dejar a su chocobo allí mientras no estaba.

Luego de eso, salió al cementerio.

Se quedó frente a la tumba de sus queridos animales, como dias anteriores.

De verdad deseaba traerlos a todos de vuelta, los extrañaba demasiado.

-Lo que daría porque volvieras a llenar la casa de huevos, Frederick.-

Iba a comenzar a llorar nuevamente, se sentía totalmente inservible para sus hijos, no pudo protegerlos, y a pesar de ser Auron el terrorista no pudo hacer nada...

Pero allí lo pensó un poco.

Claro, no pudo hacer nada, pero una idea comenzó a crearse en su cabeza, una nueva idea que no tenía nada que ver con sentarse a llorar y esperar la muerte.

Tenía que ser fuerte por Chocoplay.

-¿Auron?...-

El pelinegro volteó a ver a la entrada del cementerio, era Luzu.

-¿Luzu?-

El castaño se acercó preocupado, se alivió al saber que Auron parecía estar bien.

-Lo siento... no fue buena idea salir, ¿verdad?-

-Tranquilo, Luzu. No es tu culpa, no sabias que nos encontraríamos con ellos...-

-Sí, pero...-

-Está bien, enserio.-

-Quizás a Vegetta le afecto más... también necesitará tiempo.-

-¿Eso crees?-

-El tiempo ayuda. Pero no dejes que eso te afecte, lo que necesitas es... pensar en otras cosas, volver a ser tú.-

"Ser tú." Aquella palabra se la repitió mentalmente. Su idea parecía ser perfecta.

-...Tienes razón, Luzu.-

-¿Qué?-

-Debo ser yo.-Auron sonrió. -¡Nos vemos mañana, Puerco!-

Luego de decir aquellas palabras, se retiró del cementerio.

Luzu no entendía del todo que pensaba Auron, pero suponía que era algo bueno.

Pero no todo es bueno cuando sale de la mente de Auron.

El chico del cementerio. [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora