❄Venganza❄

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-¡Calvooo, he llegado! ¡Abre!- Gritaba Rubius desde afuera de la casa del psicólogo. No podia tocar ya que tenia en sus manos bolsas llenas de alcohol y comida.

-¡Ya era hora!- Dijo Fargan mientras abria la puerta y dejaba pasar al recién llegado.

Planeaban tener una pequeña reunión/fiesta en casa de Auron, y al final quien tuvo que ir por las cosas fue Rubius.

Luego de que Auron quedara en libertad condicional y se quedara libre en su casa, además de perder a sus animales, se habia encerrado. Sin embargo, Rubius se habia encargado de evitar que se esconda en su casa.

Fargan se unió a la causa, tambien Luzu y Alexby. Mangel de vez en cuando se pasaba, trataba de hablar con Lolito para que fuera a disculparse, y una semana despues logró hacer que se reconciliaran.

Para Willy era algo más incómodo, sin embargo, no tuvo problemas en volver a hablar con este. Todo parecia ir perfecto. Ciertamente para Auron la tristeza seguía allí, pero agradecia enormemente poder contar con ciertas personas.

Pero aún habia alguien que no estaba del todo feliz. Era Samuel.

Habia estado solo en su casa todo aquel tiempo. Luzu a veces iba y le llevaba regalos, pero no se molestaba en saludarlo o recibirle. Sentía que todos sus regalos eran sin sentimientos, ¿Cómo se atrevia a darle regalos mientras que abrazaba a Auron diciendo que no hizo nada malo?

Auron. Comenzaba a fastidiarle ese nombre. Incluso Rubius habia dejado de ir a verlo, o más bien, tampoco lo recibía en casa, no queria a alguien que estaba de los dos lados, necesitaba saber que se decidía. Se sentía traicionado.

¿Porqué Auron podía ser feliz? ¿No solo mató a Aurora, sino que también se llevó a todos sus amigos? Claro, jugando al ser el dolido.

No soportaba más eso.







La noche habia llegado, momento donde lobo nocturno surgía.

Habia salido de su fortaleza flotante y fue camino a la casa del psicólogo.

Ese pedazo de mierda que se creía mejor que él.

Quizás la casa era inexpugnable. Pero para lobo nocturno no era así.

Sin problemas pudo colarse dentro, para su suerte no habian ni torretas ni animales. Sería fácil.

Necesitaba saciar su dolor de alguna manera.

Lo pudo ver, descansando tranquilamente en su cama.

Allí estaba, tan relajado. Tan libre de todo mal.

¿Por qué él sí podía tener su final feliz?

Se acercó lo suficiente y rodeó su cuello con sus manos.

Solo debía apretar lo suficiente, y la fuerza no le hacia falta.

Comenzó a ahorcarlo, ejerciendo cada vez más presión, el odio que sentía no se escondia.

Pero más que odio, era dolor. Lagrimas comenzaban a aparecer, para su suerte, su casco lo escondía bien.

Auron se levantó ante la falta de aire, comenzó a lanzar patadas y sin éxito hablar, trataba de liberarse sin pensarlo. Hasta que se encontró con esos ojos morados, unos que conocía bien.

Era la misma mirada que le dió cuando fue a su casa y sus animales estaban muertos.

Lo conocía.

El miedo lo invadió, no podía con liberarse, comenzaba a temblar, siendo sincero, lobo nocturno no era el que realmente le preocupada ahora mismo, habia algo más.

El chico del cementerio. [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora