El chico del cementerio. [LuzuPlay]

10.

-¿Estas seguro de que quieres entrar?-Preguntó Rubius.

-Estoy seguro.-Respondió Samuel, también conocido como Triple 7.

Ambos estaban en las puertas del cementerio de Karmaland, Vegetta por fin se sentía capaz de poder ver la tumba de su querida hija adoptada.

Al abrir las puertas y entrar, se sorprendio mucho por lo bien cuidado que se veia todo el cementerio, pero más algunas tumbas, que tenian preciosas flores en ellas, como si estuviesen recién puestas.

Y era así.

Auron se encontraba escondido tras un arbol del cementerio que estaba en una esquina.

Habia escuchado voces y al notar que era Samuel, rápidamente se escondió, no sabia que hacer frente a el, no sabia como actuar o hablar. Y sabia muy bien que no quería ni verle.

El dia del juicio supo lo mucho que este quería a Aurora. Sus ojos tan brillantes y su actitud que a todos agradaba, se habian ido.

Todo su odio y dolor fue mostrado aquel día.

-Parece que Willy hace un buen trabajo como el nuevo sepulturero.-mencionó el de ojos morados, estando ahora frente a la tumba de Aurora.

-Eso parece...-Dijo Rubius.

Luego ambos se quedaron callados un momento, Vegetta se arrodilló en el suelo y puso una mano en la tierra, donde se supone estaba enterrada su pequeña.

-Hola, Aurora, cuanto tiempo...-Habló a la tumba, su voz sonaba quebrada, como si en cualquier momento fuera a llorar.

Aún recordaba cuando se ofreció para cuidarla, aquel dia se emocionó tanto con la idea que le dió todo lo que quisiera.

Habia conseguido muchas cosas para así ordenarle su cuarto, un sitio cómodo para estar.

En el cuarto de Aurora, habia ido a visitarla con su verdadero padre, Lolito.

Siendo una adolescente, le contaba historias, Aurora adoraba oirlas.

-¡Quiero ser como tú cuando crezcas! Shhh, ¡Pero no le digas a Papá!-

Aquellas tiernas palabras que salieron de su boca, que para ella podrían no ser mucho, para Samuel habian sido lo mejor que habia oido.

También cuando la visitaba como "Lobo nocturno", incluso cuando le dejó uno de sus lobos para que la cuidara. Ella era su pequeña.

Pero no duró mucho.

Algo se rompió dentro de el cuando encontró una lápida con su nombre.

-¿Vegetita?-Dijo Rubius mientras ponia una mano en su hombro.

-Ella no debía morir...-

-Lo sé.-

-Tenía... toda una vida por delante...-

Rubius miraba al de ojos morados con tristeza, no le gustaba verle así.

Se arrodillo tambien a su lado y lo abrazó.

-Ella no debía morir... No debía...-

-Tranquilo...-

-¿Porqué? ¿Porqué el si puede estar como si nada y ella no?-

Rubius sabia bien a quién se refería, y Auron no era tonto, sabía que hablaba de el.

No esperaba que Vegetta le perdonara tan pronto, nisiquiera esperaba que todo volviera a la normalidad con el de un dia para otro.

Samuel se mantenía correspondiendo el abrazo dado por el rubio. Tras notar que se calmo, Rubius se levantó y le ofreció una mano para que se levantara, la cual aceptó y se puso de pie.

-Aurora no hubiese querido verte así.-

-...Quizás tengas razón.-

Era muy de noche, y realmente iban a dormir en un principio, pero Vegetta no podia dejar de pensar en su pequeña y le pidió a Rubén que le acompañara a ir.

-¿Vamos?-Preguntó Rubius.

-Vamos.-Respondió.

Luego de eso, ambos agarrados de la mano se retiraron del cementerio.

Auron al no escuchar a nadie, aún se quedo donde estaba mirando al suelo.

Samuel tenía razón. Quizás no merecía nisiquiera existir.

Despues de todo, lo único que provocaba eran peleas, bromas y desastres.

Ni la hermandad oscura habia hecho algo en todo este tiempo. La aldea y la vida de todos seguía correctamente sin su presencia.

Quizás solo deba... desaparecer.

Despues de todo, no es como si alguien estuviese en casa esperando su regreso luego de cada misión o salida, ya no tenía a Frederick. Nadie.

Se levanto y fue a la tumba de Frederick.

-Lo siento, mi niño...-Susurró.

Aquella noche, el "fantasma" que habia en el cementerio lloró amargamente hasta no poder más.

Los aldeanos mencionaron que el chico del cementerio tuvo una noche mala.