23.

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-Pero qué cojones...-Dijo Rubius al llegar a las puertas de la iglesia.

No habia entrado, pero se podía ver bien desde allí que las torres de la casa de Auron ya no estaban. 

Vegetta también se sorprendió al ver aquello, no se creía lo que veía. Las torres que se podían ver en donde sea, ya no estaban.

Sino fuese porque Vegetta estuvo todo el tiempo con Rubius, probablemente el rubio pensaría que fue El.

-Vamos.-Dijo Rubius entrando a la iglesia junto a Vegetta.

Por el momento no podía ponerse a investigar o preguntar sobre su amigo, solo podía pedirle a los dioses que lo cuidaran, y se encargaran de hacer su trabajo.

Luego de unos minutos que Rubius se habia puesto a hablar con los dioses entre susurros, salió de la iglesia con Vegetta.

-¿Quieres que vayamos a tu casa? Deberías ir a ver como estan tus aldeanos y demás.-

-Supongo.-

La pareja fue caminando dispuesta a ir a la casa flotante del de ojos morados. Rubius se encargaba de ir cada que podía a la casa de Vegetta para alimentar a sus animales, el pelinegro le daba el control de las torretas para asi apagarlas y encenderlas al irse.

Al pasar por las grandes puertas, que sorprendentemente no estaban destruidas, pudieron ver como estaba lleno de cofres y carteles.

-Luzu normalmente venía aquí, quería saber como estabas.-Explicó el rubio al notar la reacción de sorpresa de su pareja.

Vegetta dejo de estar a un lado de Rubius y fue a ver algunos carteles y cofres. Uno que otro cofre tenian galletas, pasteles, diamantes, vinito barato de Luzu, entre otras cosas.

"Oye, recuerda que no estas solo, Vege."

"¡Aquí te dejo un poco de vinito barato de Luzu! De seguro te ayuda a mejorarte."

"Salir te puede ayudar a despejarte un poco."

"¿Cuando volveremos a ir a pescar?"

"¿Quieres probar mi montaña rusa otra vez? Te juro que esta vez no hay lava."

Eso y más cosas se podían leer en los diferentes carteles. El de ojos morados sonrió, comenzando a recoger cada cosa que su buen amigo el castaño le habia dejado, estaba agradecido de tener a un gran amigo como El.

Y ahora que lo pensaba, quizás debería ir a hablar con El. Cuando se encontraron en el pueblo, lo habia pasado por alto, ya que en ese momento solo tenia ojos para ver a quien le arrebató a su pequeña.

Pero jamás pensó ni por un minuto en ir a ver como estaba su querido amigo el castaño. Su relacion de amistad con Luzu siempre fue buena, a pesar de todo, pero ahora se daba cuenta que mientras el estaba con Rubius tranquilamente, Luzu se encontraba dejandole regalitos, preocupado sin saber si estaba bien o no.

Con ayuda de Rubius, comenzo a recoger y guardar en sus mochilas los cofres y carteles junto a las cosas que habia, dejando nuevamente todo limpio. Vegetta pensó que sería bueno ir a visitar a Luzu y hacerle saber que todo esta bien, además de disculparse.

Sin embargo, la pareja pudo escuchar un ruido muy familiar, pero hacia tanto tiempo que no lo escuchaban.

-¡Vege, abajo!-Dijo Rubius tomando del brazo a su pareja para alejarse corriendo y tirarse al piso.

La puerta no tardó en explotar, dejando un boquete, más grandes que otras veces.

Lentamente se levantaron del suelo, mirando a la entrada. Vegetta estaba por gritar molesto por su puerta, mientras que Rubius habia notado algo más.

Sobre un caballo con montura y sin armadura, mientras que la persona estaba con armadura de diamante, y un arco en mano, saludó.

-¡Hola, Triple 7!- Gritó aquella voz. -¡Qué bonita puerta!- Y luego de decir aquello, se retiró.

Vegetta no tenía idea de quién era, pero claro que estaba muy molesto.

Rubius alcanzó a ver quien era, quizás llevaba una mascara de Lolito, pero sabía que no era El.

"Calvo Tóxico." Pasó por su mente y sonrió.

Auron había vuelto a sus genes de terrorista.



El chico del cementerio. [LuzuPlay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora