IX. - Pensar, pensar.

4.4K 539 660
                                    





— Izuna-san, por favor, pásame aquellos documentos de allá.

— Por supuesto.

— Y también ¿podrías ayudarme leyendo estos de aquí?

— Claro, Hokage-sama.

— Gracias, Izuna-san. Eres de mucha ayuda.

Era mediodía, y se encontraba tomando la ayuda del hermano menor de Madara para ayudarle con los documentos que cada día llegaban como si no tuvieran fin.

Debido a la ausencia de Tobirama, Izuna se había ofrecido la noche anterior a ayudarle con el trabajo. El día había transcurrido relativamente rápido y el papeleo no se sentía tan pesando como otros días. Izuna era un buen muchacho cuando de trabajar se trataba, y ahora está considerando suplantar a Tobirama por él.

La noche anterior había quedado impresionado por el relato de Madara y Tobirama trabajando en equipo por el bienestar de la aldea. Nunca se esperó que una situación así podría suceder, pero las palabras de Izuna eran auténticas por lo que estaba como que en shock.

Gracias a Izuna sabía que Anbu tendría su primer entrenamiento el día de hoy, y también había sido informado de la duración de dicho entrenamiento antes de proceder a cumplir las misiones que significaban proteger a la aldea desde las sombras.

Anoche lo había citado para ponerse al día de la situación de la misión que le había encargado. No pudo pedírselo con Tobirama encima, y menos cuando esa misión lo involucraba a él, inicialmente se trataba sobre su persona. Así que había sido necesario hacerlo a espaldas de ambos.

Izuna había llegado a primera hora, comentándole que no alcanzó a saludar a Madara pues él al parecer había salido antes de que él despertara. Él por su parte si que había visto a Tobirama antes de que partiera rumbo a la nueva cede ANBU, pero su hermano menor parecía estar de mal humor ese día pues solamente pasó por su lado sin siquiera saludarle. Solamente esperaba que Madara no tuviera que pagar por los platos rotos de su hermano.

Ahora él tenía una misión con Izuna; investigar qué sucedía en la cabeza de su azabache amigo.

No sería una tarea difícil, él sabía cómo guiar a Madara para que terminara diciéndole lo que quería saber, solamente empezaba preguntando pequeños detalles entre pláticas y después Madara hablaba por su propia cuenta sobre ello. Pero no era algo que pudiera usar muy seguido, pues Madara era listo y sabía que podría notarlo si lo hacía.
A veces se sentía mal por hacerlo de ese modo, pero conociendo a su amigo y lo poco hablador que era, no tenía otra opción que recurrir a ese ligero juego mental que aplicaba ciertas veces.

La princesa Mito había ido más temprano ese día, preguntando sobre sus actividades y llevándose especialmente bien con Izuna, ambos habían parecido hacer clic al instante y eso lo había puesto contento, pues en dado caso de que el matrimonio se realizara sería un obstáculo a su trabajo que Izuna y ella se llevarán mal.

Los había invitado a comer esa misma tarde, pero tenían mucho papeleo pendiente que no podían posponer, prometiendo salir luego de terminar aquellas tareas.

Le daba un poco de vergüenza verse como alguien flojo frente a Izuna. Conocía al chico desde que era un niño que solía seguir a Madara a todos lados, y siempre había visto lo excepcionalmente dedicado a lo que hacía que era. Incluso estando solamente ayudando a leer unos documentos, había avanzado más rápido que Hashirama el día de ayer y lo hacía sentir un poco cohibido que él siendo el Hokage avanzara tan despacio en algo que a Izuna le tomaba solamente 5 minutos. Así que ahí estaba, trabajando como nunca lo había hecho incluso cuando estaba bajo la mirada de reproche de Tobirama.

DUPLAS [ HashiMada • TobiIzu. ] EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora