Señora Reid ( Spencer x TN)

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Ella estaba parada ahí, en el centro de la habitación, en el camisón blanco de encaje violeta que le había regalodo en su cumpleaños en nuestro segundo año de matrimonio, justo antes que todo se vaya a la mierda. Ella estaba cruzada de brazos. Me exigía una explicación y podía ver lo furiosa que ella estaba conmigo pero eso no me importaba, ya estaba acostumbrado.

-¿Y? ¿No me dirás  que hacías con Maeve?-dijo con voz temblorosa

-¿por qué te importa? No somos nada.

-¡Soy tu esposa!

-¡por favor!-exclamé arto de este juego-Estuvimos separados 14 años, no creo que puedas reclamarme algo, vamos firmar el divorcio en un mes.-contesté enojado.

Vi que su mirada se perdió en la nada por un momento y en sus ojos un brillo de tristeza se instaló, volvió a mirarme y agarró un almohadón y me lo tiró con furia.

-¡ERES UN IDIOTA!

Su reacción me sorprendió pero no me quedé atrás.

-¡Y TU UNA MACRIADA!

-¡BOBO!

-TONTA!

-¡INADAPTADO!

-¡MARGINADA!

-¡CABEZA DE ESPANTAPAJAROS!

-¡UMPA-LUMPA!

-¿¡QUE DIJISTE MALDITO GIGOLÓ, INFIEL, ANIMAL VESTIDO DE HUMANO!?-ella caminó fuiriosa hacia mi gritándome.

-¡QUE HASTA LOS ENANOS TE PASAN!

-¡YA VERÁS!

TN se tiró sobre mi y ambos caímos al suelo, ella comenzó a golpearme y yo intentaba esquivar sin éxito sus golpes. Luego de un movimiento rápido la puse en el suelo quedando yo arriba de ella, fijé con mis manos sus muñecas al suelo por arriba de su cabeza. No fue hasta que la miré bien que no noté que ella lloraba.

-¿TN?

-¿Ella es más bonita que yo?

La pregunta me descolocó, ella estaba llorando realmente. Pocas veces la vi llorar, en realidad sólo fue una vez, y fue la última vez que nos vimos hace 14 años.

-¿Ella es mejor que yo?

-¿Porque preguntas eso?

Ella miró a su pecho y pude ver un pequeño color plata resplandecer allí, un collar... No cualquier collar... Él que yo le regalé cuando le pedí matrimonio en aquel estacionamiento del casino.

-porque esperaba que vuelvas a sentir algo por mi.

Quedé callado ante aquellas palabras, solo podía seguir mirándola.

-nunca deje de sentir algo por ti, y no me refiero al odio, sino que al...

-amor...-terminé por ella.

Ese sentimiento por ella había costado desaparecer en mi por años y ahora parece que ha vuelto a resurgir. Miré sus ojos, aquellos que estaban empapados por lágrimas que en algún momento me habían quitado el aliento, miré sus mejillas rojas por las que las lágrimas caían aquella que tanto me gustaba acariciar y miré sus labios, aquellos deliciosos labios que no eh vuelto a probar desde hace mucho, aquellos labios que nadie puede comparar y mucho menos parecerse. Esos labios habían sido mi perdición la primera vez y lo volvían hacer ahora.

Desde que TN ingresó a la UAC mi vida tuvo más emoción, pero me acabo de dar cuenta que esa emoción es la misma que tuve 17 años atrás cuando la conocí en ese casino. Ella atraía problemas pero me gustaban los problemas, ella era todo lo que no soy pero por ella quise ser mejor. Por ello la amé tanto que me dolía.

Ella era todo lo que había querido en su momento y creo que es todo lo que quiero ahora.

Por fin lo entiendo, eran celos lo que me había consumido y me cegaron lo suficiente como para ver una triste pero feliz realidad.

Tenía un gran problema: aún seguía enamorado de mi esposa.

-¿Spence?

Su hermosa voz me devolvió a la realidad, estábamos solos en el cuarto, ella estaba entre el piso y mi cuerpo.

-Si debo morir algún día lo haré pero no me llevaré las ganas de hacer lo que yo quiero y en este momento, quiero ser egoísta.

Sin más vueltas bajé mi rostro hasta que mis labios rosaron levemente con los de ella.

-es un error.-me susurró al ver lo que quería hacer pero noté lo deseosa que ella estaba porque lo haga.

-ya hemos cometidos muchos, pero el verdadero error sería no besarte en este momento. Sería un pecado no besar los labios que tanto eh extrañado besar.

-entonces vayamosnos al infierno juntos pero sin arrepentimiento.

-sin arrepentimientos.

Y finalmente sellé mis labios con los de ella, fundiendonos en una ardiente y lenta danza que nos llevaría al Hades y nos haría enfrentar nuestros pecados más íntimos pero por ahora, eso no importaba porque el infierno tenía el sabor del cielo.

Ella era ambas cosas juntas, una perfecta combinación de ambos lados, pero aún así yo siempre volvería caer en la trampa. Todo por mí más grande y mejor error de mi vida que lo volvería a cometer por millones de vidas.

Mi amor por TN.