Intercambio

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Título: Intercambio

Universo: Ben Primo

Las cosas estaban mal, no ¡eran horribles! No solo Zomboso se les había escapado de entre los dedos en el último segundo, sino que además aquella bomba que arrojó había hecho que el omnitrix emitiera varias chispas, interrumpiendo su transformación de humungoaurio.

¡¿Cómo carajos tantos criminales conseguían armas que podían imposibilitar su reloj?! – definitivamente encontraría a al alíen que las fabricaba y lo estrangularía; y si ese alíen resultaba ser Albedo, que los celestiasapiens se apiadaran de su existencia, pues ya estaba más que cansado de ese galvan narcisista.

Aun así, eso no fue lo peor que ocurrió, pues solo fue el inicio de la cadena de eventos que lo llevaron a uno de los peores días de su corta vida.

Lo segundo que ocurrió, fue que tuvo la pésima idea de pedirles a Blukic y Driva que lo ayudaran en su problema, en lugar de recurrir a Azmuth, solo para evitar el regaño que seguramente le daría por estropear el omnitrix por milésima vez.

Nos adelantamos en el tiempo, hasta cuando estaba estirando su brazo hacia una de las maquinas, la cual escaneaba el aparato con minuciosidad.

– No te preocupes, encontraremos el problema y lo arreglaremos – dijo Driva bastante confiado.

Rook observaba todo desde una de las esquinas, atento a cualquier desastre que pudieran causar esos dos galvans. Incluso tenía su arma a la mano.

– Solo por si acaso – dijo él cuando le preguntó. Ben consideraba que, desde el incidente en el que acabó transformado en Upchuck había quedado algo traumatizado.

El humano de cabellos castaños rodó los ojos ante la paranoia de su compañero de trabajo, pero bueno.

La máquina acabó de escanear el omnitrix, cambiando de herramientas para proceder a trabajar en las reparaciones. Al inicio todo parecía relativamente normal, la maquina trabajaba sin problemas escaneando los daños y moviendo las delicadas piezas de un lugar a otro. Pero como cierto ojidorado había predicho, las cosas comenzaron a fallar. La primera señal de alarma fueron las chispas que la maquina soltó, luego el brusco movimiento y ya para cuando estaba soltando vapor Ben no había logrado quitar su mano de allí.

Sin dudarlo, Rook fue hacia su compañero para auxiliarlo y entre ambos comenzaron a jalar el omnitrix para quitarlo de la máquina, pero solo obtenían dolorosos quejidos por parte del humano al sentir su piel siendo jalada.

Entonces hubo una luz intensa que los cegó a todos.

La habitación se sumió en silencio cuando el sonido de dos cuerpos chocando contra el suelo hizo eco.

Entre mareos, Blukic ayudó a su compañero Driva a levantarse, sus ojos aún estaban algo nublados por la luz cegadora de antes.

– Creo que para ser nosotros, este fue un desastre muy pequeño – comentó el galvan.

– Sí, creo que vamos progresando – se felicitó Driva.

– ugh... mi cabeza – gimió Ben desde el suelo.

Fue cuando los dos Galvans recordaron la presencia de los dos héroes. Ya mejores de la vista saltaron de la mesa de observaciones para ver que tanto daño había quedado

– ¿Ben te encuentras bien? – Preguntó Blonko mientras se incorporaba pero al ver a su compañero sus ojos se abrieron como platos mientras retrocedía – ¿Ben eres tú?

– Claro que soy yo, quien más va a ser... – su boca permaneció abierta al ver a su compañero o más bien, su aspecto – ¡¿Qué fue lo que te paso?!

– ¿a mí? – aun shockeado el ravonnaghander buscó en la habitación alguna superficie reflectante al mismo tiempo que Ben observaba sus manos y ambos soltaron un grito que casi deja sordo a los galvans.

– ¿¡estoy...azul y cubierto de pelo!?

– ¿qué le pasó a mi cara? ¿Por qué luzco como...?

– Ben/Rook – ambos se miraron, presas del pánico esperando desmentir sus temores, resultando en lo contrario.

Se acercaron el uno al otro y Ben señaló a su compañero con él la mano temblorosa sin ser capaz de encontrar las palabras adecuadas.

– Bien, esto pudo ser mucho, mucho peor – dijo Blonko por fin. Y no mentía, mejor esto a comparación de lo que pudo haber pasado si la maquina estallaba o peor, el omnitrix.

– t–tienes razón, esto se puede arreglar... ¡¿cierto?! – miró a los dos mecánicos a quienes había dirigido la pregunta.

– ehhh, eso creo – comenzó Driva.

– la última vez fue cuestión de tiempo.

– así que solo habrá que esperar.

Ben y Rook intercambiaron una mirada que pronto esquivaron. Aquello era demasiado extraño para ellos.

Rook tenía la piel morena sin sus características marcas negras bajo los ojos; las facciones de su rostro habían cambiado, su nariz era más pequeña y su mentón estaba cubierto por una barba negra; su cabello azabache estaba peinado hacia atrás dándole un aspecto rebelde; su estatura se había reducido unos centímetros, Ben consideraba que ahora estarían parejos con Kevin, aunque sus músculos ahora se habían acentuado un poco más en la armadura.

Ben por otra parte no había crecido ni un mísero centímetro, cosa que lo indignó – ¿no se supone que los ravonnaghander eran altos? – su piel se había cubierto de una delgada capa de pelo azul, negro y blanco, siguiendo un patrón parecido al que la familia Rook tenía. Su cabello castaño se había recortado a algo más parecido a como lo tenía Ben 23; su nariz se amplió, pegándose más a su cráneo. Pronto notó como nuevos olores llegaban a su nariz, unos que, como humano no hubiera sentido. No sabía que su compañero tenía una habilidad así.

Volvieron a intercambiar miradas y como la primera vez se esquivaron para poner atención al piso y techo, como si fuese lo más interesante del mundo. Aunque Rook no pudo evitar notar como sus mejillas se calentaban solo por recordar la apariencia actual de Ben, ¿Qué era aquello? ¿Eso era lo que llamaban sonrojo? Se sentía extraño.

El "humano" miró por el rabillo del ojo al menor y sintió como su corazón se aceleraba. Con esa expresión confundida y sus ojos verdes destacando por sobre el negro que rodeaba sus ojos – ¿estaba mal pensar que lucía adorable así?

Ben cambió la combinación del omnitrix una vez más buscando en vano revertir el efecto, no tendrían más remedio que llamar a Azmuth. Ya podía escuchar sus regaños sobre su mal cuidado sobre el reloj.

Suspiró y levantó la cabeza, pillando a Rook observarle, pero este pronto giró su cabeza fingiendo que no había hecho nada. Ben alzó una ceja fijándose en el sonrojo que había aparecido en el rostro de su compañero.

Lindo – pensó. Debía reconocerlo, como humano Blonko no lucía nada mal, incluso podría considerarlo de su tipo.

Más tarde, luego de la reprimenda de Azmuth por no consultar con él apenas supieron del problema, fueron devueltos a sus verdaderas formas.

Ben sonrió alegre acariciando sus mejillas suaves, aunque tener pelaje no había estado tan mal.

Rook en cambio se estremeció cuando los olores regresaron a su sensible nariz.

No pudieron evitar mirarse y otra vez apartaron la mirada. No podían evitarlo, los pensamientos aún seguían allí.

Era demasiado confuso y ese día ya había tenido suficientes emociones. Ya habría un momento para hablar sobre eso, pero ahora lo único que querían era ir por un smoothie. 


Cuentos Brooken EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora