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Alex salió de su cuarto para ir al baño, comer tanto le había dado náuseas y necesitaba sacar todo aunque no le parecía muy agradable esa parte. Justo cuando iba a entrar al baño la puerta estaba cerrada por dentro. Seguro George esta tomando una ducha al escuchar el agua caer del otro lado. Se sentó en suelo frente a la puerta, no quería moverse. Sentía que si lo hacía su cuerpo lo traicionaria y eso no es lo que quería.

Paso un largo tiempo y la puerta permanecía cerrada. Alex formuló cientos de hipótesis. Ninguna le gustaba. Estaba preocupado, no sabía que era lo que estaba pasando pero lo lo iba a averiguar. Se levantó del suelo e intento abrir la puerta, la perilla de la puerta giro y del otro lado vio a George, estaba bien. O eso era lo que a simple vista parecía.

No dudo ni un segundo y lo abrazo, no quería alejarse de él. Para su desgracia George no pensaba igual. Lo quería lejos, no quería que lo tocara y eso le dolía. El había sufrido tanto desde hace tres meses amandolo en secreto. Cada día deseaba poder invitar le un trago en el bar de Joe, conversar y decir le que lo amaba. Claro que en su mente George aceptaba sus sentimientos, lo besaba y terminaban acordándose en un motel.

Quizás ese era el problema. El no decía nada, solo amaba a distancia. Y ciertamente George O'Malley no es el tipo de persona que entienda con indirectas. Debía ser valiente y decir lo que sentía. Debía ser lo si realmente quería que George estuviera a su lado.

***

Tras haber tratado a Alex cómo basura George se recosto en su cama y tomo su celular. Pudo ver en la pantalla un mensaje sin leer.

«Alex: Lo siento, no debí
ser tan idiota.»

George leyó el mensaje unas cuantes veces antes de responder. Justo cuando tenía la respuesta perfecta la borro. Volviendo a escribir.

«George: ¿Podrías abrir
la puerta?»

Envío el mensaje y escucho como una puerta era abierta. Se incorporó y salió de su habitación y camino hacía la de Alex. Se recargo en el marco de la puerta mientras miraba al suelo.

—No eres un idiota, bueno si lo eres en realidad pero en este caso no. Lo que quiero decir es que si alguien es un idiota ese alguien soy yo. No debí tratarte así Alex, estaba asustado de que el amor llegara y lo arruinara como siempre. No quiero lastimarte Alex porque no te lo mereces. Si te tomaste la molestia de hacer que estos tres meses fueran los mejores de mi vida con una simple nota y un poco de comida significa que eres una persona maravillosa. Y yo no merezco eso, y tu no mereces alguien como yo que por miedo niegue sus sentimientos. Que niegue que esta enamorado de alguien que no tenia rostro sólo por darle algo de comida y unos hermosos mensajes en su casillero.

Sin notar que Alex estaba parado justo enfrente de el George cerro los ojos intentado no soltar una lágrima. Alex lo toma de la cintura y lo atrae hacía su grande cuerpo para abrazar lo.

—No eres un idiota Georgie, solo estabas asustado. Y no eres el único. Yo también lo estuve, tenía miedo de que algún día te dieras cuenta que era mi letra la de las notas y que llegaras temprano a las rondas y vieras a alguna de las chicas dejando la comida.

—¿Ellas lo sabían?

—Ellas fueron quiénes me dijeron que debía ser valiente y decirte lo que siento.

—¿Y que es Alex? En realidad que sientes por mi.

Alex separo su cuerpo del contrario para poder ver lo a los ojos, esos hermosos ojos. Acercó su rostro al contrario y dejo un casto beso en los labios de George. Que lo miraba sorprendido.

—Estoy enamorado de un pequeño Bambi con lindos ojos.

George sonrió ante su respuesta y le regresó el beso con un poco más de intensidad.

Ward Love [Galex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora