Cuando Camino llegó al comedor con la inagotable fuente de palabras que ostentaba el nombre de Lady Mariana, ya había varios lugares ocupados. La Duquesa en una de las cabeceras, y el marqués en la otra. Pocos vieron el momento incómodo que se montó cuando la Duquesa muy educadamente rehusó sentarse a la derecha del marqués de los Pontones.
A la izquierda de la Duquesa se encontraba su asistente, la derecha estaba a la espera de la pequeña. El resto de los invitados estaban al lado de sus respectivas parejas y uno que otro soltero mayor. Felicia estaba en medio de su hijo y nuera, en otra mesa adicional estaban algunos jóvenes solteros.
Camino fue consciente de la guardia de la Duquesa, que avanzaban detrás de Lady Mariana, pretendiendo ser invisibles, pero alertas en todo momento., había dos más a unos pasos de donde Maite. Y estaba segura que afuera habría más.
_ Hija mía_ Dijo Maite_ ¿Te quieres sentar aquí conmigo? O prefieres en la otra mesa.
_ Junto a Camino, madre_ Fue la inmediata respuesta., que de haber sabido la Duquesa con la respuesta que se iba a encontrar., mejor le daba el lugar de siempre. A su derecha.
_ Hija mía, eso no es posible_ Respondió la Duquesa mientras tomaba su servilleta de la mesa y la desdoblaba_ la señora de Cortés tiene que estar junto a su esposo. Tú irás a mi lado si quieres estar con los adultos.
_ Pero, Mami...
_ Lady Mariana_ Intervino Julia con voz imperativa y bastó eso para que la niña callara. Camino miró de inmediato a Maite, buscaba su mirada., para exigirle que detuviera a esa mandona mujer. Pero Maite actuó como si fuera de lo más normal. A leguas se veía que evitaba su mirada a propósito.
_ No creo que a mi esposo le importe cambiarse frente a usted, Señorita Rodríguez_ Intervino Camino, con un marcado acento de rebeldía., reacia a permitir que esa pequeña viviera obedeciendo órdenes, renunciando a decidir su propia vida... así como ella.
Felicia no necesitó hablar para que Camino entendiera lo que le quería decir con una simple mirada, con un gesto que dejaba clara su opinión. "no es tu asunto"
_ Será un placer_ Respondió Ildefonso con una sonrisa genuina mientras se levantaba y le indicaba a Lady Mariana que le cedía su lugar. Cuando la pequeña estuvo sentada al lado de Camino, entonces Ildefonso tomó su frente a Julia.
Julia y Maite intercambiaron miradas que denotaba preocupación. Mariana no tardó ni un segundo en intentar entablar una conversación con Camino, ella solo contestaba con monosílabos, con alguna pequeña sonrisa, aun así Mariana no lo tomó en cuenta pues estaba feliz de conocer a la famosa protagonista de los cuadros de su madre.
En cada cuadro que Maite terminaba, en alguna parte del paisaje, oculta en la maleza, detrás de una canoa, en las orillas de un melancólico río, en la ventana de un palacio, entre figuras geométricas y manchas difuminadas estaban los ojos de Camino. Julia y Mariana eran quizá las únicas personas que sabían ese secreto. Tal vez ni siquiera la misma Maite lo supiera.
_ Pueden empezar a servir_ dijo el marqués ante la sutil señal de la Duquesa.
...
Maite no podía apartar la vista del peculiar dúo que en complicidad estaban armando un desastre en la mesa., en una guerra de guisantes que trataban de disimular pero que todos ya habían notado y se esforzaban en ocultar para no dejar en mal a la futura marquesa de los pontones. El que parecía ajeno a lo que ocurría a su alrededor era el heredero de los Pontones., Ildefonso estaba concentrado en la plática de sobremesa con la asistente de Maite.
Felicia no perdía detalle, y se movía incómoda en su asiento., la asistente de Maite Zaldúa estaba tejiendo redes en torno a Ildefonso, o al menos así lo parecía., y su hija perdiendo tiempo y compostura con la futura Duquesa de Díaz de Vargas. Aunque en el fondo, y siendo sincera consigo misma... no sabía cómo sentirse al respecto. Después de todo, Camino estaba codeándose con el top 2 de la realeza, la que acostumbraba frecuentar el palacio real como si fuera su segunda casa.
ESTÁS LEYENDO
EL DÍA QUE MAITE VOLVIÓ A ACACIAS fanfic
Fanfic...Dicen que un viejo amor nunca se olvida. Después de algunos años, Maite regresa al mismo lugar donde fue desterrada por el delito de amar. ¿Llegó de visita? ¿Para quedarse? O para recuperar la otra mitad de su alma.