CAPITULO XIX.- LA VERDADERA CAMINO

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Ildefonso retuvo el aliento cuando vio a su esposa caminar hacia él. De inmediato lo golpeó una ola de recuerdos de lo que vivió en su matrimonio con ella durante cinco años. Y el corazón le dijo que no la dejara ir.

Si era sincero consigo mismo, no la amaba como mujer., pero se había acostumbrado a ella, a su serenidad, a sus consejos, a su cariño incondicional. Camino se había portado con él más como una madre que como esposa., se encargaba de que su ropa estuviera limpia y sin arrugas, sabía cocinar, lo consentía de muchas maneras. A veces cuando él entraba en crisis por lo que vivió en el campamento, ella lo acunaba en sus brazos y le susurraba que todo iría bien. Camino era una mujer maravillosa, cumplió con creces lo que él esperaba de ella. Aunque nunca le dio hijos, y en parte era por su culpa... nunca pudo tener una erección en forma, y era por traumas que jamás superaría. O tal vez ya era tiempo de superarlo... y la única manera era firmar ese papel.

_ Ildefonso_ Dijo Camino mientras avanzaba hacia él y lo miraba con esos ojos de mar profundo. El capitán Almada entró entonces detrás de ella.

_ Lo siento duquesa_ Susurró el capitán ante la expresión horrorizada de Maite.

_ Lady Cortés ¿Podría acompañarme un momento?_ dijo Julia mientras la tomaba del brazo con suavidad, interceptándola en su camino hacia Ildefonso.

_ No_ respondió Camino mientras se zafaba de ella sin ninguna sutileza.

_ Camino_ susurró Ildefonso mientras salvó la distancia entre ellos y la capturó en un fundido abrazo.

Maite se sintió morir, y Julia no sabía qué hacer para remediar eso. Ver a su mejor amiga así, después de verla en la cúspide de su felicidad, le estaba rompiendo el alma.

Camino estaba herida... Una persona herida y celosa tendía a volverse vengativa. Ella lo sabía en carne propia.

_ Ildefonso ¿De verdad? ¿De verdad estás dispuesto a firmar el permiso?_ Susurró Camino mientras le acariciaba una mejilla_ ¿Estás dispuesto a dejarme ir?

Maite estaba como en trance, se resistía a creer que todo lo que soñaron alguna vez, estuviera en peligro por causa de un absurdo malentendido.

Mientras Ildefonso intentaba justificarse ante su esposa., Maite miraba con lacerante tristeza el último papel sin firmar sobre la mesilla, y la pluma en el piso con la tinta derramada.

_ Perdóname amor mío. Perdón por permitir que seas tratada como un objeto que se presta al mejor postor_ dijo Ildefonso mientras la miraba con ojos de cordero.

_ Será mejor que retire sus palabras. No le voy a permitir una sugerencia de ese tipo_ Masculló Maite, que tiempo no le faltó para defender la dignidad de su mujer.

_ Maite_ Reprendió Camino mientras dejaba a Ildefonso y caminaba hacia ella con una mirada helada, acusatoria.

Hay heridas que con solo tocarlas, sangran., Maite no podía soportarlo, era la segunda vez en toda su vida desde que conocía a Camino que ésta la miraba de esa manera. La primera vez fue cuando quiso echar tierra de por medio y marcharse a París para evitar caer en la tentación.

_ Todavía estamos a tiempo, Camino. Tú eres la única que puede evitar que esto pase_ llamó Ildefonso con un parpadeo nervioso_ Estoy dispuesto a hacer lo que tú me pidas.

Maite y Camino se miraron las caras durante varios segundos. Ambas enfrentadas, con los sentimientos a flor de piel. Maite dividida entre la súplica y la decepción por la poca credibilidad que le confería a su amor., Camino con la rabia destellando en sus ojos.

_ Camino_ clamó Ildefonso, intentando atraerla de nuevo.

Camino liberó a Maite de su mirada acerada y regresó a él. Julia se acercó a Maite para pedirle calma.

EL DÍA QUE MAITE VOLVIÓ A ACACIAS  fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora