Querido amigo que me ayuda a ser mejor persona:
Traté de olvidarte, y casi lo logro. Pero no contaba con que volvería a tenerte en frente tan cerca. Ni con tu perfume que se queda impregnado en mi ropa después de bailar juntos. Había dejado pasar el hecho de que me encanta tu voz, tu cuello ancho y el lunar de tu pómulo.
Tenemos que dejar de vernos, de ser tan amigos. Tenemos que dejar de ser tan parecidos. Debo detenerme a pensar un poco y entender de una vez por todas que nosotros no tenemos futuro. Porque aún si lo quisieramos, ambos hemos sufrido lo suficiente como para entender que iríamos directo al fracaso. Creo que dos disfuncionales, no podrían funcionar juntos.
No me dedicarías canciones románticas o escribirías cartas. Ni nos proyecto en una salida al cine, caminando por la calle tomados de la mano. No te imagino regalándome chocolates o comprándome las rosas blancas que me encantan por nuestro primer aniversario.
Porque me parece que tu y yo estuvimos destinados a ser fugaces. Y libres.
O porque mejor no decimos la cosas como son: No encajamos, porque nunca seré parte de tu mundo. Nunca seré lo suficientemente buena para ellos. Ni para ti.
Estoy cansada.
